Secretos

225 16 2
                                    

Entro a lo que antes era el Olimpo y todos los Vigilantes me vuelven a ver, Bastián y Nicolás llevan las bolsas. Casandra prefiere mantenerse afuera, es comprensible. Los tres caminamos hasta el centro, en donde antes se suponía que estaban las sillas donde se sentaban los dioses. Nicolás y Bastián ponen las bolsas en el suelo, miro a los Vigilantes en general.

~Inspirarlos Phoe~

Escucho decir la voz de Azael, en donde quiera que este.

Bien, yo puedo.

—Hoy Apolo nos ha declarado la guerra. No hay marcha atrás. El podrá tener mil Vigilantes y monstruos pero nosotros tenemos fe. Vamos a luchar por mantener a los mortales a salvo, el quiere vernos caer pero no se lo vamos a permitir. El será un dios pero yo soy una musa y poseo lo que no tiene límites.

Se me agotan las palabras.

Le doy una mirada rápida a Nicolás y el capta el mensaje de inmediato.

—No le vamos a dar el gusto de rendirnos, le daremos pelea. No nos vamos acobardar por su presencia. Yo estaré a su lado, la guerra es nuestro último recurso...

Dejo de escuchar el discurso de Nicolás y miro bien la habitación hay mas de ochenta personas. Lo hicieron. Reclutaron mas. Sonrió inconscientemente. El viento sopla y escuchó sus palabras en el.

~¿Enserio quieres hacer esto Phoe ?~

El Llamado brilla y espero la siguiente ráfaga.

~Nunca me verás caer, no lo puedes ver pero eres tú el que va perder~

Nicolás me sacude el hombro y vuelvo a la realidad, veo que todos los Vigilantes ya tienen un arma, Nicolás tiene en una mano la espada de Artemis, el me entrega  un cinturón. Me coloco primero el cinturón y luego meto la espada, Nicolás coloca armas de fuego al rededor del cinturón mío y luego hace lo mismo con él.

Otra ráfaga de viento vuelve y hace que mi cabello se mueva.

~Eres estúpida Phoe, rinde te~

Sonrió al escuchar su desesperación.

~Siento tu voz, quieres herirme una y otra vez pero no lo conseguirás~

Le respondo. El Llamado deja de brillar.

No voy a caer, por ellos. Por todas las personas que están depositando su fe en mi. Kristhel camina entre le gente y trae algo en sus manos, una bolsa. Se acerca lo suficiente y saca una chaqueta negra de la bolsa.

—Toma la necesitarás.—asiento y cojo la chaqueta, me la pongo y sonrió.

—Gracias.

—No hay de que.—me dedica una sonrisa y se gira en sus tobillos para desaparecer entre la gente.

Me volteo y Nicolás me hace un ademán para que lo siga, camino entre los Vigilantes haciendo el mejor esfuerzo para que no me pisen. Llegamos a la salida y Nicolás se dirige al bosque.

—Nicolás.—sujeto su hombro antes de que entre.

El me voltea a ver.

—Phoe.—solo quiero estar segura de que es él y no un engaño de Apolo.

Transcendence la Profecía(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora