Decimo Octavo

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Ahora me siento culpable. Aunque no quiera aceptarlo Azael tiene razón, no puedo culpar a Nicolás. Pero si a mi madre... aunque ella también tenia reglas me supongo.

—Tienes razón.—suspiro.—Creo que soy un poco egoísta.

Azael ríe como si lo que hubiera dicho fuera un chiste.

—¿Que?—lo vuelvo a ver y cruzó los brazos.

—Que si fueras egoísta hubieras corrido la primera vez al saber a lo que te enfrentabas, no eres egoísta. Estas arriesgando tus habilidades tu familia tu vida por salvar mas vidas.

—Es como si fuera un doctor.—el asiente.

—Odio decir esto pero...es hora de que regreses Phoe.

—Bueno.—Azael se acerca mas de lo debido y una los roja se activa en mi cabeza.

El besa mi frente y suspiro. Lo abrazo cierro los ojos y los abro.

Estoy incomoda, huele horrible, aún sigo en el templo. O mas bien el Olimpo.

Y por alguna extraña razón mi ropa y mi cara están mojadas hasta que veo que no es una extraña razón. Una chica de cabello corto y piel blanca tiene un recipiente vacío con un poco de agua adentro, en las orillas caen las pequeñas gotas de agua al suelo.

—Te dije que así despertaría.—le dice ella a Kristhel, Kristhel se golpea en la frente.

—Esa no era la forma Junne, si Nicolás la ve así puede que nos maté.—le dice Kristhel.

—Entonces que se cambie de ropa.—sugiere Junne.

Me levantó con los codos y las miro mejor.

—No tengo ropa demás.—las dos se voltean a verme.

—Pero nosotras si. Mucho gusto soy Junne.—ella me extiende una mano y la tomo, las dos las estrechamos.

—Phoe.

—Lo sé.—me dice ella con una sonrisa y suelta mi mano. Junne me ayuda a levantarme y me guía hasta una parte del templo que parece ser un tipo de cámara para alimentos o algo así. De tras de nosotras viene Kristhel con una mudada.

Ella me la da y me encierro en la cámara que me quito la ropa mojada y me pongo la seca.

Un pantalón negro y una camisa gris.

Ambos pegados al cuerpo.

—Poseedora.—me susurra una de ellas y entre abro la puerta.—toma, hacen juego.

Tomo los zapatos y los miro bien, son botas de motociclista. Sonrió y me las pongo.

—Ya esta.—digo en voz alta y las dos entran.

Me miran y me evalúan de pies a cabeza, son peor que Casandra.

—Le falta algo.—dice Junne.

—¡Ya se!—Kristhel me hace sentarme en una caja de madera que estaba adentro y toma mi cabeza entre sus manos.

Junne saca una pequeña bolsa y la abre, hay un delineador un encrespador, brillo labial y otras cosas que no distingo bien. Casi no me maquilló, de hecho no lo hago, por lo general eso lo hacia Sophie o Megan.

—Ahora no te muevas Phoe.—me dice una concentrada Kristhel mientras pasa el encrespador por mis pestañas. Luego de pasarlo me aplica una pequeña capa de base y me da sombras negras en los ojos.—Mira hacia arriba.—obedezco y ella pasa algo por la parte de abajo de mis pestañas y me hace cosquillas. —Que no te muevas.—dice entre dientes y hago un “si" con mi garganta. Hace lo mismo con mi otro ojo y por ultimo me aplica brillo labial.

Transcendence la Profecía(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora