Ultima oportunidad

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Se supone que para mi cumpleaños siempre hacemos una parrillada con unos amigos y familiares, luego en la noche se parte el pastel. Este año es distinto. En vez de partir el pastel voy a partir la cabeza a Apolo.

 — ¿En donde están los demás?—cambio de tema drásticamente.

—Están planeando el segundo golpe. Será mejor aparecer ya que luego nos buscarán.

Asiento y el se pone la camisa, me bajo del tronco y regresamos al templo.

Afuera de el hay un grupo de Vigilantes reunidos.

—Iré a ver.—le digo a Nicolás el asiente y me acercó sigilosamente entre las personas que ni siquiera se percatan de no presencia, en el centro del lugar esta Jeremmy y José repartiendo armas.

Miro hacia arriba y el cielo sigue con nubes grises, no hay rastro del sol. Es como si fuera a llover.

Una brisa me comienza a recorrer el cuerpo y escucho algo.

~Quiero hablar contigo, a solas.~

Miro hacia los lados y no veo nada, ya que el templo esta rodeado de árboles. Salgo del tumulto de Vigilantes y me fijo bien en los árboles, no se ve nada.

El viento regresa y con el vienen mas mensajes.

~Solo sigue mi voz~

Me alejo de los Vigilantes y camino hasta la parte trasera del olimpo, cada cinco segundos me doy la vuelta para ver que Nicolás no me siga. En esta parte no hay nadie.

—¿Phoe?—me doy la vuelta y veo a Anthea.

— ¿Si?—miro sus manos y en ellas tiene algo que es conocido, un prendedor. Pero no cualquiera, solo hay dos de esos uno lo tengo yo y el otro lo tenía Sophie.—¿De donde lo sacaste?

Me acerco rápidamente a ella y le arrebato el prendedor.

—La chica me lo dio, era muy parecida a ti.—Anthea se ve confundida.

Me inclino a su altura y la tomo de los hombros.—¿En donde estaba ella?

—En el bosque.—ahora se ve asustada.—¿Hice algo malo?

—No, solo di me en que parte exactamente.—sus cejas se juntan y mira al suelo, sus ojos marrones parecen estar pensando.

—No se donde es la ubicación exactamente, pero si puedo guiar te.

No, eso es peligroso. Si Sophie quiere verme no creo que sea para hablar.

—Solo di me por donde.—le vuelvo a pedir.

—¿Llamo a Nicolás?

—¡No!—grito sin querer, peor no fue muy alto. Respiro hondo y me pongo en pie.—lleva me pero si la cosa se pone peligrosa saldrás corriendo, si te digo que lo hagas no lo pienses y haz lo.

Ella asiente obedientemente y me toma de la mano, Anthea me conduce por el bosque y me adentra a el cada vez mas.

Mi mano derecha esta cerrada en un puño, dentro de ella esta el prendedor, que consiste en un flor con pequeñas piedras brillantes.

Anthea se de tiene frente a un gran árbol, creo que podría medir cuarenta y cinco metros de altura, su tronco en muy ancho.

Anthea suelta mi mano y señala el árbol.

—Ahí estaba ella.

En el tronco del árbol hay un agujero.

—Bien, tu te quedas afuera.—ella asiente lentamente.

Transcendence la Profecía(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora