Daphne

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Miro el techo blanco de la habitación blanca, valga la redundancia. Nicolás logró sacarme de ahí junto con mi familia, él y su compañero Bastian nos salvaron la vida, debo de reconocerlo, de no haber sido por él ahora posiblemente estaría muerta. Pero eso no quita el porque me querían matar, ni a mis primos.

El grito de Megan al verme aún sigue resonado por mi cabeza, si gritó de esa forma es porque enserio lucía fatal. Hasta logré ver la preocupación en los ojos de Sophie, algo que creí casi imposible pero mi rostro se descompuso al ver mi cuerpo al día siguiente, tenía hematomas por la mayoría de mi cuerpo, milagrosamente no habían quebrado mi brazo o cualquier parte de mi cuerpo y no tenía nada grave en mi cerebro. Aunque, por lo que imaginé estoy segura de que sí tengo un problema.

Cinco días encerrada en esta habitación blanca, una cama, una mesa de noche y una silla es lo único que la habita. Y por supuesto yo.

Después del grito de Megan no recuerdo nada, ni donde estoy ni de como llegué aquí. Pero sé que he estado cinco días aquí porque la chica que trae la comida y me lleva al baño me lo ha dicho, pese a que se lo tenido que preguntar al menos unas veinte veces.

La puerta se abre y mis ojos se dirigen rápidamente a esta, su caminar relajado y su pequeña sonrisa me hace fruncir el ceño, el chico cierra la puerta detrás de sí y se voltea hacia mí.

-Hola Phoebe.

Ladeo la cabeza y mi cabello cae por mi espalda.-Nicolás.-no es una pregunta, es una afirmación a lo que él asiente.

-¿Tienes dudas verdad?-asiento lentamente y el chico de piel bronceada se sienta frente a mí.-Bien, estoy aquí para eso.

-Esos hombres, ¿los mataron?-el chico niega. -¿Qué querían conmigo y mi familia?

-Con tu familia nada, contigo secuestrarte.-responde secamente.

-¿Qué es esto?, ¿El OIJ?, ¿La CIA?

El chico de aproximadamente unos veinte años niega.-Ninguna de esas, no somos ninguna organización del gobierno ni internacional. Somos el Clan Griego.

-¿Griego?-me acercó un poco más a él y ladeo la cabeza.

-Sí, griego.-dijo poniéndose en pie, el chico se encaminó hacía la puerta y cuando creí que iba a salir de la habitación apagó la luz.-Espero que tengas un poco la mente abierta.-logré ver la sonrisa que se formaba en sus labios, no entendí nada.

Pero cuando una constelación apareció frente a mis ojos entendí.-Artemisa.-habló el muchacho, una silueta de mujer se formó entre las estrellas. Por un momento pensé que estaba en el espacio.-Diosa de la Caza y Luna, hija del mismísimo Zeus, melliza de Apolo, protectora de la nueva vida.-lentamente me  baje de la cama y observe la proyección, no veía algún proyector por ningún lado. -¿Cómo?

-Tecnología de punta Phoebe.-respondió él y se aclaró la garganta.-Hija de Leto, Leto era conocida como diosa de la noche y alternativamente de la luz del día.-continuó explicando.-Pero volvamos con Artemisa. La diosa le pidió siete deseos a su padre cuanto tenía tres años, a lo cual Zeus accedió. El primero virginidad perpetua, el segundo muchos hombres como Apolo, un arco y saetas, la capacidad de dar a luz a otros, el quinto una túnica color de azafrán con ribetes rojos que le llegaran a las rodillas, seis ninfas del mar que tuvieran su misma edad y le sirvieran de escolta y por ultimo veinte ninfas de los ríos para que le cuidaran sus aderezos de caza y sus perros.

Mire las figuras que formaban las proyecciones de estrellas, esto era una broma o quizás había caído en coma, el chico leyó mi rostro y negó.-Todo esto es real Phoebe.

Pase una mano por mi rostro, pellizque mis mejillas, jale un mechón de cabello pero no logré despertar.

-¿Qué te cuesta creer?-una risa involuntaria salió de mi garganta. ¿Creer? ¡Esto parece una película de ficción! Qué tenía que ver yo en todo eso.

-Si esto es real, dime dónde está mi familia.-pedí saber, mirándolo fijamente a los ojos.

-Están en habitaciones como esta, durmiendo. No deberías despertarlos, el polvo de Morfeo es muy poderoso en mortales y además las personas tienden a ser agresivas cuando los despiertan.
Otra risa salió de mi garganta, ¿Polvo de Morfeo? Pero con qué clase de demente estaba encerrada.-Ah sí, debes estar jugando conmigo.

Él negó.-Sabes Phoebe, es curioso.-el chico de cabello negro se volvió a sentar en la silla blanca que permanecía en una de las esquinas de la habitación y la constelación de estrellas desaparecieron.-Tu nombre no es muy común que digamos, eso sin contar que proviene de raíces griegas y por si no fuera poco hiciste magia frente a mi perro con un violín. Claro Phoebe, estoy jugando contigo.-fruncí el ceño y relamí mis labios nerviosos.

-Tú me viste... pensé que todo fue producto de mi imaginación...

Lentamente su cabeza se giró hacia ambos lados en señal de negación.-Eres un poco nueva en esto, pero te contaré una historia.

Hace mucho pero mucho tiempo existió una musa que se llamaba Euterpe, ahora conocida como Daphne. Ella era la favorita del Dios de la destrucción, Apolo, por esa misma razón el Dios le concedió algo más que a las hermanas de susodicha, la joven musa de la música recibió un don con un poder inimaginable, un don que podía hacer lo que muchos imaginaran. Con solo tocar su lira a los mortales les daba súper fuerza, rapidez, agilidad. Muchos la llamaron la poseedora de la transcendencia, pero una vez en las noches de luna llena la joven conoció a un joven guerrero y como si el destino lo hubiera planificado ambos se enamoraron, pero el joven Damián quería a la musa para él solo.

Se detuvo por un momento y aclaró su garganta.-Así que en una noche de tantas ambos jóvenes escaparon, Damián era un guerrero muy fuerte y confiado de las habilidades que le había otorgado su amada se intentó enfrentar al Dios de la destrucción, pero por más fuerza que tuviera no era suficiente para Apolo, murió a manos del mentor de la musa.
Pero la nueva vida crecía en el vientre de la joven musa y corrió a brazos de la hermana melliza del Dios, Artemisa la protegió con capa y espada de su hermano, declarándole la guerra pero el Dios del rayo intervino antes de que acabaran sus vidas. La dulce hija de Damián y Daphne  creció a manos de la Diosa a cambio de la vida de ella, la niña obtuvo el nombre de Acacia. Protegida de la Diosa de la nueva vida.

Busco algún ápice de broma en su rostro pero la seriedad con la que se mantiene me asustada. Y es cuando la realidad me golpea como se de una ola chocando contra las rocas se tratara.-No es una broma.

-No, tu eres descendiente de Daphne, por eso viste ese océano. Ves sus memorias, tienes en tu sangre la herencia de ellas dos, sus dones, poderes como quieras llamarle. Phoebe, eres una musa.

Transcendence la Profecía(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora