Bianca subió sus manos por los brazos de Francisco y enredó sus dedos en su sedoso cabello.

Lo acercó un poco más a ella y cuando sintió su erección soltó un gemido que hizo que al joven se le acelerara más el corazón y la mano que tenía en su cintura la bajó hasta sus nalgas.

En ese momento la joven salió de su fantasía y se separó de él. Lo empujó y salió corriendo del local

– Bianca, espera… no quiero perderte – el joven la tomó de la muñeca y al mirarla vio sus ojos bañados en lágrimas

– Francisco… suéltame… por favor – dijo en un susurro y contrario a lo que ella pensaba la jaló hacia él y la abrazó.

– No puedo… no quiero separarme… te deseo… pero más que eso… te quiero – terminó de decirlo y la besó nuevamente pero esta vez ella no le siguió el beso. Se separó y corrió al estacionamiento del local, arrancó su auto y a toda velocidad manejó sin rumbo fijo.

En cuanto eso pasó el muchacho corrió detrás del coche gritándole a ella pero no lo escuchó o tal vez si lo hizo pero no quiso prestarle atención.

Enseguida salieron los demás y se dirigieron hacia los autos. Gerardo lo tomó por el cuello de la camisa. – ¿Que le hiciste a mi hermana?… ¿porqué salió así? – su hermano mayor lo separó. No querían armar un escándalo

– Escúchenme… yo no hice nada… sólo la besé porque ya no aguantaba más… nunca le haría daño… primero muerto… ¡YO LA AMO! – gritó y los demás se vieron entre ellos

– Por tu bien espero que esté bien… si algo le pasa a mi amiga… te arrepentirás – Malena le apuntó con el dedo y comenzó a marcar al teléfono de la otra mujer pero no obtuvo respuesta – No contesta… lo mejor será revisar las tarjetas para saber donde está – subieron a sus vehículos y manejaron rumbo a la casa.

Al llegar observaron que ni el auto ni ella estaban. Malena corrió a su habitación pero su ropa aún estaba ahí. Lloró por su amiga… no quería que le pasara nada malo.

En el fondo sabía que el amor que sentía Francisco era correspondido por la otra mujer… pero no quería aceptarlo. Bajó las escaleras y fue hacia la sala. Al llegar todos la miraron

– No está aquí… su ropa sigue en el armario… no me quiero imaginar lo peor – comenzó a llorar y ante la vista de todos Leopoldo la abrazó para consolarla

– No te preocupes Male… la encontraremos… Francisco y yo haremos hasta lo imposible por traerla con ustedes… y si es necesario… nos alejaremos… – acarició la espalda de ella y miró a su amigo el cual asintió en respuesta a las palabras que dijo

– Leopoldo tiene razón… nosotros nos vamos… mañana saldremos rumbo a la matriz… buscaremos alguien que esté en nuestros puestos… fue grato estar con ustedes – dijo y se dirigió a la habitación para recoger sus pertenencias.

Se despidieron de ellos y fueron hacia un motel cercano al aeropuerto.

Un poco más tarde Bianca llegó a un pequeño pueblo, en su celular buscó un hotel cercano, se dirigió al lugar.

Al llegar a la recepción pidió una habitación sencilla y pagó en efectivo, no quería que la encontraran si usaba su tarjeta.

Cuando entró al cuarto caminó hacia la cama y se dejó caer en ésta. – ¿Por que me haces esto?... ¿porque simplemente no eres como otro hombre más al cuál sólo le importa el sexo y ya?... sin quererlo tengo sentimientos hacia ti pero no lo sabría definir – pensó mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas. No supo a que hora se quedó dormida.

Al día siguiente se levantó con un fuerte dolor de cabeza. Se duchó y con la misma ropa salió del hotel hacia un restaurant que había visto mientras manejaba. Necesitaba efectivo pero no podía sacar del cajero, ya que al hacerlo la encontrarían.

Aún estaba en shock por lo que le confesó el hombre. Llegó al lugar y pidió un desayuno sencillo, cuando terminó pagó y fue directo a su casa.

Sabía que estarían todos ahí, pero al que no quería encontrarse era al susodicho. Necesitaba pensar bien las cosas y aclarar sus sentimientos.

Entrando al garaje de la casa no encontró el auto que manejaban los empleados, se extrañó pero no dijo nada

– Bianca… hermana, que bueno que estás bien – sus hermanos la abrazaron – Pensamos que algo malo te había pasado – limpió sus lágrimas y abrazó a su amiga. Se separaron y se sentaron el los sofás

– Perdónenme por favor… esto es nuevo para mí… yo nunca quise enamorarme… no quiero que me rompan el corazón – inconscientemente buscaba a los otros dos jóvenes

– Si buscas a Frank y Leo temo decirte que se fueron… Frank no quiso causarte más incomodidades… creo que regresarán a México para buscar un reemplazo en la compañía – dijo Braulio e inmediatamente se levantó y corrió a su habitación

– No puede ser… no puede dejarme así… tengo que encontrarlo… decirle lo que siento por él – dijo a los demás y fue hacia el auto para poder alcanzar al hombre que robó su corazón.

Al llegar ahí corrió dentro a buscarlo. Vio que estaban formados para comprar su boleto. – ¡Francisco, Francisco! – gritaba pero no la escuchaban. Notó que tenían puestos los auriculares. Antes de que llegaran a la taquilla le tocó el hombro

– Bianca… que haces aq… – no pudo continuar porque ella lo besó. Al terminar juntaron sus frentes y lo que él escuchó lo alegró

– No puedo dejar que te vayas… se que tu sólo me quieres pero… yo te amo – lo miró a los ojos y en ellos vio reflejado el amor – No se como ni cuando pasó… pero inconscientemente me fui enamorando de ti… tu forma de tratarme y todas tus atenciones – miró a los otros hombres y ellos sólo le lanzaron una mirada de advertencia y salieron de ahí

– Yo también te amo… dame una oportunidad para hacerte feliz – la abrazó y besó su coronilla

– Perdón por la interrupción pero… están estorbando tórtolos – Dijo Malena y Leopoldo la abrazó – ¿Tu también me vas a confesar tu amor? – preguntó a éste y se besaron

– Eso responde a tu pregunta o te lo vuelvo a explicar – habló en tono pícaro y los cuatro salieron al estacionamiento.

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⏰ Última actualización: Sep 04, 2017 ⏰

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Tu Amor Me Salvó (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora