Tu Amor Me Salvó (Pausada)

23

El tiempo pasaba demasiado rápido, llevaban apenas una semana y pareciera que toda su vida habían vivo ahí.

De lunes a viernes la rutina de los hombres era estar en la empresa y las chicas iban al centro comercial o hacían alguna otra actividad para distraerse. Por las noches cenaban en casa o en algún lugar de comida rápida.

Los fines de semana por la mañana era lo mismo, por la noche salían a algún bar y después se iban a los antros pues ellas tenían ganas de bailar.

Gerardo, Bruno y Braulio no eran tan posesivos con sus hermanas como los otros chicos.

En ciertos momentos miraban como Francisco y Leopoldo defendían o celaban a las chicas. Estaban seguros que tenían algunos sentimientos hacia ellas.

A ellos no les parecía mal, ya que eran unos hombres trabajadores y sobre todo responsables

Un buen día estaban en la empresa platicando entre los hombres, era la hora del almuerzo y un cómodo silencio estaba entre ellos.

De repente Francisco decidió romperlo – que les parece si hoy por la noche vamos a algún bar nosotros… es divertido salir con las mujeres pero… de vez en cuando nos hace falta desahogarnos… si saben a lo que me refiero – les dijo hablando en doble sentido

– Por mi está bien… mi hermana y Bianca son un poco estresante en algunos momentos… además no creo que quieran salir hoy… ayer por la noche se pusieron bastante ebrias – dijo Braulio

– Y si quieren salir no las dejaremos… las encerramos con llave… haber que hacen – La cara que puso Bruno hizo reír a los demás

– Entonces no se diga más… hoy por la noche iremos a conocer algunas bellezas… sólo recuerden usar protección – dijo Leopoldo y todos soltaron una carcajada

Un poco más tarde se retiraron a terminar sus deberes para poder ir a su casa. Al llegar encontraron bolsas de ropa por todas partes.

De repente la puerta de la habitación de Malena se abrió y salieron las chicas con unos diminutos bikinis y unos vestidos que no les tapaban casi nada. Sus hermanos y los otros dos hombres las miraban seriamente

– ¿A donde van chicas? – dijo Pedro y se cruzo de brazos en la puerta impidiéndoles salir

– Vamos a ir a una fiesta en la playa con unos chicos que conocimos hoy en la mañana en el centro comercial… ahora si nos dejas pasar te lo agradeceríamos– dijo su y tomó una mochila color rosa mientras que Bianca tomaba una color violeta

– Ustedes no van a ningún lado y menos con unos imbéciles que apenas conocen – Gerardo le quitó la bolsa a su pequeña hermana

– Mira hermanito… ya somos mayores y podemos salir con quién queramos… no nos pueden decir que hacer… así que mejor ni nos esperen despiertos – dijo esto y le arrebató la mochila a su hermano.

Salieron al garaje, su amiga subió a su auto y cuando ella iba a subir al suyo un brazo la tomó por la cintura y la arrastró a una bodega. Trató de soltarse pero fue inútil, la fuerza del hombre no se comparaba con la de ella.

– No quiero que salgas con ningún idiota… tu eres mía y sólo mía… sólo yo puedo tocarte – dijo Francisco bajando su otra mano a la entrepierna de la joven y ella soltó un gemido. Al instante quitó la mano del hombre y se volteó para quedar de frente

– Yo no soy de nadie… y mejor suéltame antes de que te deje sin descendencia – le dijo ella con coraje al tiempo que lo empujaba

– Por el momento te dejaré ir porque no soy consciente de lo que pueda hacerte… después te demostraré a quién perteneces – dicho esto dejó que la mujer se fuera. Por dentro estaba hirviendo de rabia

– Maldito troglodita… pero me las pagará… voy a demostrarle que jamás seré suya – Se dirigió al auto, azotó la puerta y arrancó a toda velocidad.

Al llegar a la playa su amiga ya la esperaba. Al verla se preocupó y le tocó el hombro. – ¿Pero que te pasa Bi? – preguntó en voz baja

– El estúpido de Francisco me dijo que era suya y que no dejaría que nadie me tocara… si será idiota… verá que no soy de él ni de nadie – dijo quitándose el vestido y quedando sólo en bikini

– Algo parecido me dijo Leopoldo… démosles una lección – se aplicó brillo labial y se dirigieron a la fiesta.

En cuanto se acercaron a sus nuevos amigos comenzaron a beber, bailar y ellos les robaron uno que otro beso.

Las invitaron a un antro a lo que ellas aceptaron con la condición de que las acompañaran a su casa a cambiarse de ropa.

Llegaron pero no había nadie y en cuanto estuvieron listas salieron rumbo a la discoteca más famosa de Brasil.

Un poco más tarde los jóvenes Domes, Roguez y los otros dos se preparaban para salir. Los gemelos al ver a los demás se extrañaron por la cara de pocos amigos – ¿Que les pasa chicos?… quiten esas caras… vámonos que se nos hace tarde – salieron y cada quién se dirigió a su auto. Tenían un rato bailando con algunas mujeres, se dirigieron a su mesa y algo llamó su atención

– Chicos, ¿que esas no son Bianca y Malena? – Dijo Sergio, en ese instante Francisco y Leopoldo las miraron y sintieron algo arder… eran celos

Pusieron una excusa y fueron hacia donde estaban los susodichos. Las chicas no se habían percatado de su presencia por lo que continuaron disfrutando.

De repente una de ellas sintió que alguien la alejaba del moreno. Al mirar a la persona que lo hizo se sorprendió y al mismo tiempo se puso furiosa

– Que te pasa idiota… quítame tus manotas – golpeó la mano de Francisco

– Te dije que eras mía y que nadie te podía tocar… no quería llegar a esto pero… – y antes de que continuara Bianca lo interrumpió

– ¡Pero que! – gritó enojada e inmediatamente le soltó una bofetada que dejó al hombre un poco aturdido

– Esto si que no “violetita” – la tomó por la cintura acercándola más a él y la besó… fuerte y con lujuria.

Al principio ella no le correspondió pero en cuanto lo profundizó  sintió una corriente eléctrica que la hizo abrirlos y en ese instante la penetró con su lengua y ella hizo lo mismo. Las personas a su alrededor dejaron de existir… solo eran ellos.