Capitulo 25

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-Un día cualquiera, en una ciudad cualquiera-

"En la soledad te cantaré una canción"

Yo seré tu sol (Redimi2 feat. Tercer Cielo)

Rafael frunció el ceño mientras sentía como unas pequeñas gotas le caían en la nariz. Tenía que tapar esas goteras del techo.

Con suma pereza se enderezó, se encontraba en la casa de su papá. Si a aquel pedazo de choza se le podía llamar casa.

Notó que, sobre la mesa de la cocina, su celular sonaba repetidas veces.

Tenía varios mensajes

"Hey, tengo que hablar contigo..."

-Jesús

"¿Llegaste bien a tu casa ayer??"

-Adonías


Sin mucho interés por el segundo mensaje Rafael le contestó a Jesús

"Estoy en casa, puedes venir si quieres... Papá no está"

-Enviado


Y, como él ya sabía, no falto mucho para que Él tocara la puerta.

...

Jesús sonrió de lado mientras observaba a su amigo: Estaba muy crecido, sus ojos portaban brillo, sus pensamientos habían cambiado desde la primera vez que se conocieron.

- Rafa... -Murmuró, suspirando- ¿Te acordas lo que te enseñé todo este tiempo, o no?

Rafael asintió vagamente-: Bendice a tus enemigos, no los maldigas; permanece en amor, porque es eterno; sé honroso en el matrimonio; confiar en ti porque nunca me dejaras; ofrecer ayuda...

-Bien... Está bueno porque... Vas a necesitar recordarlo...

Rafael ladeó la cabeza aún algo cansado y fijó sus ojos en Jesús

-¿A qué te referís?

Jesús sonrió, compasivo: -El tiempo de mi partida llegó...

Rafael alzó repentinamente sus sentidos, sin comprender, o sin querer comprender lo que su amigo decía

-¿Qué?

-No te asustes, siempre voy a estar contigo. Siempre, siempre... Pero debes saber que es tiempo que vuelva a mi Reino espiritual, a donde no puedes verme...

Rafael sacudió la cabeza

-Pero... ¿Por qué no podría verte?

-Podrás verme... Pero tendrás que buscarme primero; ahora yo te vine a buscar a ti, todo este tiempo yo estuve delante de ti de la manera... fácil... Es momento que empieces a... como algunos dicen... pagar el precio

El muchachito miró a su amigo, tan pálido y rubio como siempre, sin poder creer lo que estaba diciendo

-¿Quieres decir que... vas a volverte con tu Padre?

-Volveré, pero nunca me iré, siempre estoy presente para cuando necesites de mi

Rafael agachó levemente la cabeza, escondiendo su repentina tristeza detrás del cabello castaño. Él sabía que el Papá de Jesús vivía en el Reino Invisible, pero nunca pensó que Jesús tendría que volver allí

-Entonces... ¿Qué debo hacer?

-Cree en mi; habla conmigo, recuerda que siempre te escucho... -Jesús apartó un mechón de pelo del rostro de su amigo y le sonrió-. Rafita... Mi Padre y yo te amamos celosamente, nunca vamos a dejarte solo ¿Oíste? Nunca


Jesús no se fue de allí, aunque le dolió ver a su amigo llorar solo en aquella sala, pero sabía que él tenía la fuerza para superarlo y que ya estaba listo.

Una brisa refrescó el rostro de Rafael, sonando en sus oídos como notas musicales, como si su amigo cantara una melodía. Y, entonces, Jesús desapareció de su vista.

Yo seré tu sol [Cristiana]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora