Capítulo 10

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Otra vez lunes... Odio ese día de la semana bueno, ¿quién no?
Cojo mis cosas y me voy a la oficina, odio Madrid en agosto, entre el calor y la gente es para morirse y menos mal que estamos en vacaciones luego volverán todos de la playa y será peor.

— Hola, te fuiste enseguida el viernes, esto no me lo esperaba de ti — dice Alex haciéndose el ofendido, que teatrero es.

— Buenos días, estaba cansada — miento, no tengo ganas de dar más explicaciones y cuando Alex escucha el nombre de Marco se vuelve loco.

— Mentirosa, María me dijo que te fuiste a casa de Marco — será chivata.

— Bueno entonces para que dices nada si ya lo sabías. Ahora si no te importa voy a trabajar — le digo mientras enciendo mi ordenador.

— Vale me voy pero tenemos una charla pendiente — me dice apuntándome con el dedo y sale de mi oficina.
Al minuto llaman a la puerta, que pesado es Alex pienso pero cuando levanto la cabeza no se trata de Alex, es Marco.

— Marco.

— Hola pasaba por aquí para ver como vas o si necesitas ayuda — me dice y se sienta en una de las sillas que está enfrente de mi mesa.

— Tengo lo que sería el primer capítulo donde cuento quien eres y tu infancia, lo que me contaste tampoco he averiguado mucho más, no todo está en Internet — entonces se levanta de la silla y se pone a mi lado apoyando los brazos en la mesa mientras lee lo que está escrito.

— Me gusta, eres buena Elena — me mira, joder así de pie y yo sentada me siento súper pequeña y me cuesta levantar la cabeza para mirarlo.

— Gracias — es lo único que consigo decir entonces él se agacha un poco y quedamos a la misma altura, se acerca un poco más a mi y son escasos centímetros los que separan nuestros labios nos quedamos unos segundos mirándonos y después Marco me besa.
Dios, como besa...

— Elena. ¿Cómo... — entra sin previo aviso Adolfo a mi despacho y nos ve. — Marco — le saluda.

— Bueno yo me voy — dice y se levanta ya que estaba arrodillado y yo hago lo mismo. — Estáte pendiente del móvil — me susurra antes de irse.

— Elena quería hablar contigo — me dice Adolfo cuando Marco cierra la puerta, espero que no haya visto lo que acaba de pasar si no puede que aquí acabe mi trabajo, él siempre ha pensado que no hay que mezclar el negocio con el amor, no sería la primera mujer que es despedida por esto, tengo entendido que la que estaba antes en mi puesto le pasó una cosa parecida.

— Claro siéntese — tengo un nudo en el estómago no sé como he conseguido hablar y creo que pronto empezaré a hiperventilar. A la mierda mi sueño y mi trabajo seguro, antes de que empiece a hablar rezo un padre nuestro por si acaso, en estos momentos cualquier cosa me vale.
Estoy en la mierda...

Mi Vida (Marco Asensio) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora