Capítulo 7

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No tardo mucho en llegar, la puerta del edificio está abierta, subo al piso donde vive Marco y llamo al timbre.

— ¿Elena? — pregunta Marco cuando abre la puerta y me ve.

— Así me llamo yo — le digo y me cuelo en el piso, Marco me sigue hasta el salón. — Me parece muy mal que no me hayas avisado de que habías puesto lo de la Champions pero que sepas que no pienso ir — consigo explicarme a duras penas.

— Hay que leer lo que uno firma.

— ¡Ya lo sé y no sabes cuanto me arrepiento! — grito.

— Mueres por irte conmigo. Admítelo — me quedo callada, no me salen las palabras. — Quien calla otorga Elena.

— No es que ni en tus mejores sueños.

— Negarlo es la mejor forma para decirme que te mueres por venir... — dice y se acerca a mi, hay muy poco espacio entre nosotros.

— Estoy muuuy borracha será mejor que me vaya.

— No voy a dejar que te marches en ese estado.

— Pues ya me dirás que hacemos.

— Hoy duermes aquí — Marco me coge en brazos.

— Marco — él me mira. — Me gustas mucho — le digo y el me deja en la cama y me quita los tacones.

— A dormir — me dice y yo nada más cerrar los ojos me duermo.

Me despiertan los rayos de sol que entran por la ventana, abro los ojos y veo a Marco levantado al lado de la cama mirándome.

— ¿Qué hago aquí?

— ¿Qué recuerdas de anoche?

— Marco te he hecho una pregunta no me respondas con otra. ¿Porqué estoy aquí?

— Digamos que viniste muy enfadada por lo de Cardiff, es decir, el viaje que tenemos que hacer tú y yo en junio.

— No me acuerdo de nada. Yo... Lo siento. ¿Hice algo más a parte de recriminar eso?

— No, supongo que viniste solo para eso pero no te dejé irte porque estabas fatal y te podría haber pasado cualquier cosa — que mono se preocupó por mi. — Me tienes que escribir un libro — dice y me guiña el ojo, claro ya decía yo que fuera por algo más.
María tiene razón me gusta mucho creo que ese es el motivo por el que soy tan borde con él, sé que nunca pasará nada porque sé que Marco no sé fijaría en mi, es futbolista seguramente tenga miles de chicas más guapas que yo comiendo de su mano.

— Yo mejor me voy. Quiero empezar a escribir tu libro posiblemente me pase todo el fin de semana trabajando en él — me levanto y me pongo mis zapatos para irme.

— La semana que viene pasaré por tu oficina a ver que tal vas, quiero ver resultados — me acompaña hasta la puerta.

— Claro — por mi como si vienes a diario pienso, sería una alegría para la vista es a lo único que puedo aspirar con él.

— Que pases un buen fin de semana. Mira el partido mañana — me dice.

— Adiós y gracias — le digo y me meto en el ascensor. Que mañana más incómoda, a saber que le dije ayer, sé que me oculta algo.

Mi Vida (Marco Asensio) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora