Capítulo 4

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A las siete de mañana suena el despertador y empiezo a prepararme, no puedo llegar tarde porque si no Marco llegará tarde al entrenamiento.
Llego a las ocho menos veinte y veo a Adolfo.

— Buenos días Elena. Esta tarde firmaremos el contrato con Marco, tú deberás estar presente.

— Claro, aquí estaré además hoy voy a ir con él.

— Veo que las cosas entonces van bien — si más o menos.

— Hola guapa — me saluda Alex cuando Adolfo se marcha.

— Buenos días Alex. ¿Anoche saliste?

— No porque no quisiste venir — me lanza una mirada asesina.

— Tenía cosas que hacer te lo dije.

— Te perdono porque eres tú. ¿Cómo andas con Marco?

— Hoy me toca pasar un día con Marco Asensio — digo fingiendo estar emocionada.

— Se nota que tienes muchas ganas.

— Muero por ello, nótese la ironía.

— No será tan malo — sentencia Alex.

— Hola Elena y compañía — dice mirando a Alex. — ¿Nos vamos? — yo asiento.

— Suerte — me susurra Alex al oído.

Voy detrás de él y llegamos hasta un Audi blanco, era de esperar que tuviera un cochazo, me abre la puerta para que entre, vaya que caballeroso.

— Gracias — le digo. — Pero sé abrir una puerta, hasta ahí llego — él se rie y niega con la cabeza.
Él se sube al coche y empieza a conducir hasta que llegamos a la ciudad deportiva y entramos.

— Espera en las gradas, no creo que necesites ver como me cambio — Dios no, esos detalles seguramente les gustaría a sus admiradoras a mi no.
Espero y veo que sale toda la plantilla, observo que Marco se lleva muy bien con Lucas e Isco, no paran de reírse son pura felicidad. Yo apunto en mi libreta todo lo que veo, cualquier detalle es bueno.

— Hola soy Maca la mujer de Lucas — me dice una voz que no conozco y yo levanto la vista de la libreta.

— Hola, yo soy Elena encantada.

— No te había visto nunca por aquí — me contesta.

— No, creo será la primera y última vez que me verás por aquí — le respondo.

Seguimos hablando hasta que finaliza el entrenamiento y Marco viene a por mi.

— Vámonos — me coge de la mano provocándome una pequeña descarga eléctrica. Oh, no espero que haya sido pura casualidad.

— Solo ha sido un simple calambrazo — me digo mentalmente.

Subimos al coche y como no sé donde me lleva se lo pregunto.

— A mi casa, tendremos que comer. Además tú quisiste ver como era mi día a día y yo cuando acabo de entrenar voy a casa — me contesta y yo solo asiento.

Mi Vida (Marco Asensio) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora