Capítulo 11

1.2K 68 2
                                    

— Venía a preguntarte como ibas con Marco, no sabía si seguirías con el proyecto después de enterarte de lo del viaje, creía que Marco te lo había dejado caer pero ya me di cuenta de que no era así — cuando acaba respiro tranquila. ¡No me va a despedir! No nos ha visto, menos mal.

— Tranquilo, quizá estaba molesta ese día ya sabes enterarme así de repente y que no pueda decidir si voy o no pero ya está, no hay ningún problema. Por el libro no te preocupes ya he empezado, es más acabo de enseñárselo a Marco.

— Me alegro. Pues eso era todo así que mejor me voy — se levanta y sale de mi despacho.

Sigo con mi trabajo y una hora después de la reunión inesperada con Adolfo me llaman al móvil.

— ¿Diga? — no he mirado quien era.

— Casi nos pillan hoy eh pillina — dice Marco riéndose.

— No encuentro la gracia.

— Bueno vamos a hacer las cosas bien. Te voy a invitar a cenar a mi casa y vas a venir.

— Eso más que una invitación parece una orden capitán — ahora la que se rie soy yo.

— Me da igual, a las nueve te quiero en mi casa.

— Entonces... Una pizza cuatro quesos para las nueve de la noche a nombre de Marco.

— ¿Te crees muy graciosa?

— Era una forma original de decirte que a las nueve me tienes allí — me burlo.

— Por supuesto que a las nueve estarás aquí porque si no iré a por ti — dice y le cuelgo.

Parece que mi plan de comer helado mientras miro un maratón de alguna serie del Netflix se ha ido al traste.
Salgo de la oficina para ir a comer y me encuentro a Alex, como era de esperar.

— ¿Vienes a comer? — le pregunto.

— Sí, no te libras de mi tan fácilmente. ¿Se puede saber qué ha pasado hoy? Marco ha salido demasiado sonriente.

— Nos hemos besado.

— ¿Y lo dices así tan tranquila? Pero lo sabía, sabía que tarde o temprano iba a pasar, no sabía exactamente cuanto tiempo tardarías en darte cuenta de que el futbolista buenorro te pone. María y yo íbamos a hacer una apuesta pero ya llegamos tarde. Que te iba a decir. ¿ Sales esta noche?

— Lo siento pero tengo una cita con el futbolista buenorro como tú le llamas.

— Pues hay que peinarte y ponerte guapa y... ¿Qué te vas a poner? — empieza a decir rápidamente Alex

— La cena es en su casa, no creo que haga falta pasar por la peluquería y pintarme como una puerta.

— Déjame ayudarte. ¿A qué hora es la cena?

— A las nueve — respondo.

— Pues a las ocho me tienes en tu casa — este hombre es insufrible. ¿Cuándo le he pedido ayuda? En fin a Alex no se le puede decir que no.

Mi Vida (Marco Asensio) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora