Capítulo 20

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— En cuanto a lo del libro... No lo escribiré. Pero déjame explicarte antes de que digas nada. Ya te lo dije que no hay necesidad de que escribas nada quizá luego te arrepientas. Solo te pido una cosa, si decides seguir con él no me nombres — Marco se pone pensativo pero anres de que diga nada sigo hablando. — Te dejo tiempo para pensarlo, cuando tengas algo claro llámame.

Después de esto me marcho a mi casa caminando, nada más abandonar el edificio se me escapan unas cuantas lágrimas, habíamos vuelto o al menos eso creo y ahora estamos distanciados hasta que él tome una decisión.
Camino lo más rápido que puedo, no veo la hora de llegar a mi casa, reviso mi móvil y veo diez llamadas perdidas de María y cinco mensajes de Alex.

— Mierda — me hablo sola. Me he ido sin avisar, bueno no me he ido porque he querido, culpa de Marco. Llamo a Alex qie seguramente sea el que siga despierto.

— Alex — digo nada más me coge la llamada.

— ¡Elena Díaz, ni se te ocurra volver a irte sin avisar! Nos han dado tres infartos seguidos a María y a mí — me grita. Que exagerado es este hombre.

— Alex, estoy bien tranquilo.

— ¿¡Se puede saber dónde estás!? — madre mía parece mi padre.

— Mejor te cuento mañana.

— Ni se te ocurra colgarme. No me vas a dejar con la intriga además te conozco mañana es sábado y sé que no me llamarás.

— He visto a Marco y me ha llevado a hablar con él — respondo, pasan unos segundos y no dice nada. — ¿Alex sigues ahí?

— ¡Ahhhhh! — grita como una chica. — ¿Ya estáis juntos? ¿Habéis vuelto?

— Solo hemos hablado. Nos hemos dado un tiempo.

— Oh, bueno mejor que dejarlo como lo dejásteis.

Me despido cuando llego a la puerto de casa y cuelgo. Me pongo el pijama y voy directa a la cama.

A la mañana siguiente me levanto y mientras desayuno miro el móvil. Leo las noticias, como todas la mañanas y hay una bastante curiosa.

Una misteriosa joven entra con Marco a su edificio y luego abandona el edificio cabizbaja y parece ser que limpiándose las lágrimas. ¿Será la novia de Asensio? ¿Le habrá roto el corazón el futbolista?

— ¿Pero qué coño? — pregunta y casi me atraganto con la tostada.
Esto no me lo esperaba y encima sale una foto de mí aunque que no se sabe que soy yo, pues la calidad es pésima, pero se distingue que tienes una mano en la cara. Esto tengo que hablarlo con Marco. Doy gracias a Dios que no se me ve la cara.

Mi Vida (Marco Asensio) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora