Marco está a punto de llegar y no sé que mentira pienso contarle. Oigo la puerta y me levanto del sofá automáticamente.
— Hola — lo saludo.
— Hola. Creo que tú y yo teníamos una conversación pendiente — me dice.
— Sí — digo agachando la cabeza.
— ¿A qué hora volviste el otro día?
— A las doce te lo dije.
— Mira Elena te voy a dar la oportunidad de contestar otra vez pero no me digas las doce ambos sabemos que no volviste a las doce.
— ¿Entonces si lo sabes por qué preguntas? — me mira serio así que decido contestarle. — Volví a las tres.
— ¿Bebiste?
— Un poco.
— ¿Cuánto es un poco?
— Bastante.
— ¿Te voy a tener que sacar la información con cuchillo y tenedor?
— Vale, está bien. Volví a las tres y bebí tanto que al día siguiente me dolía la cabeza, te prometí que volvería pronto y no bebería pero incumplí mi promesa.
— ¿Sabes cómo me puede afectar eso a mí? No me gustaría salir en los periódicos por tener una novia que sale hasta las tantas.
— ¿Eso es lo que te preocupa? Esperaba que dijeras que estarías preocupado por si me pasaba algo y lo único que te importa es tu reputación. Además, ¿cómo sabías que te estaba mintiendo?
— Porque envié a mi hermano para que te vigilase — mierda osea que si que me vio y seguramente no me quitó los ojos de encima durante toda la noche.
— ¿Osea que ahora encima me vigilas? No soy una niña. ¿Qué clase de tonterías crees que voy a hacer? Aunque tranquilo no te vas a tener que preocupar más por mí porque lo que sea que tengamos lo dejo. Mañana hablaré con Adolfo para anular mi contrato no quiero seguir escribiendo tu vida — digo cogiendo mi bolso. — ¡Ah! Te voy a dar un consejo — digo antes de salir por la puerta. — Si tanto te importa que se entrometan en tu vida privada no publiques el libro — sin tiempo a que diga nada más abro la puerta y me voy.
No sé como pero he acabado delante de la puerta del piso de María, necesito hablar con alguien. Pasamos la noche hablando y me quedo a dormir allí. Al día siguiente me levanto para ir a hablar con mi jefe.
— Buenos días guapa — me dice Alex, yo no le saludo voy directa al despacho de Adolfo.
— No seguiré con el libro de Marco — le digo.
— Tenemos un contrato firmado con él.
— Me da igual se puede meter el contrato por donde le quepa.
— ¿Pero qué a pasado muchacha?
— Nada — si yo te contara...
— Está bien hablaré con él no te preocupes.
— Gracias — le digo y cuando abro la puerta para irme me dice.
— Ya sabía yo que mezclar el negocio con el amor no daba buen resultado.
¡Hola!
Bueno deciros que a la historia no le quedará mucho para terminar. Estoy intentando dejarlas todas acabadas porque a partir del martes no tendré tanto tiempo para escribir. Besos 😘.
A
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Mi Vida (Marco Asensio)
FanfictionElena es una joven de veintiún años, estudiante de filología hispánica a la que le encanta escribir, mientras cursa su carrera trabaja en una editorial para así pagar sus estudios e ir formándose. Siempre le ha gustado leer y de pequeña esperaba al...