Capítulo 22

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Oigo voces a mi alrededor, llevo días intentando abrir los ojos pero mi cuerpo no me lo permitía, ahora ya es el momento, abro los ojos poco a poco y la luz de la habitación del hospital me da de lleno. Veo al médico a mi lado y a mi hermana mayor.

— Elena. ¿Cómo estás? ¿Te duele algo? — me pregunta él hombre de pelo planco.

— La cabeza, un montón y el brazo — cuando miro mi brazo veo que lo llevo en un cabestrillo. ¿Qué coño me ha pasado?

— Bueno el dolor de cabeza es normal y el brazo  tiene una leve lesión en un par de días el dolor se te pasará y en una semana vendrás para ver que tal va. Igualmente esta noche te quedarás una  vez más y por la mañana si todo va bien te puedes ir.

— Guay... — digo y intento incorporarme.

— ¿Recuerdas algo de lo que te pasó? — vuelve a preguntar el doctor.

— No, la verdad. Sé que iba en el coche y luego ya no sé nada más — cuando digo esto el médico mira a mi hermana y se marcha.

— ¿Qué me pasó Marta? — pregunto a mi hermana.

— Tuviste un accidente con el coche. Uno se saltó un stop y te llevó por delante.

— Ah — intento recordar pero nada, recuerdo que me fui llorando después de haber hablado con Marco y ya está.

— ¿Cuándo pensabas decirnos que tenías novio? Mamá y papá estaban aquí pero se tuvieron que ir.

— Los llamaré cuando me vaya de aquí. Y no tengo novio. ¿De dónde te sacas eso?

— Pues porque Marco estuvo aquí las veinticuatro horas del día y por cierto, muy preocupado por ti.

— ¿Cuántos días llevo aquí?

— Dos.

— ¿Te importa que te deje sola una hora en lo que voy a casa a darme una ducha y te traigo ropa para mañana?

— Tranquila, aquí no me puede pasar nada.

Marta se va y me quedo mirando el techo porque claramente no tengo nada mejor que hacer. Se oye el pomo de la puerta y entra Marco a la habitación.

— Dios... Estás bien, escúchame Elena. No vuelvas a darme un susto de estos en tu vida — dice enfadado.

— Eh, relájate. Que no fue mi culpa, un idiota se saltó el stop.

— Lo sé.

— ¿Lo sabes? — yo estoy flipando.

— Iba detrás tuya cuando pasó. ¿Crees que te iba a dejar irte conforme te fuiste?

— Pero yo creía que...

— No vuelvas a salir corriendo Elena, te lo ruego.

— Yo pensaba que tú no querías verme.

— ¿Cuándo he dicho yo eso?

— Cuando fui a la cena y te dije lo de la prensa dijiste tranquila no volverá a ocurrir. Di por hecho que habías terminado conmigo.

— Por Dios... Estás fatal. Lees demasiados libros — dice y sonríe intentando esconder la risa.

— Muy gracioso. Perdóname que dudara pero nos habíamos dado un tiempo en lo que te pensabas...

— Lo del libro, tranquila está todo anulado, de momento no hay libro que valga — me interrumpe y me da un beso.

— Gracias por entenderme.

— No es fácil, cuesta — dice y los dos nos reímos, en realidad tiene toda la razón. 

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⏰ Última actualización: Oct 29, 2017 ⏰

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