Capítulo 11

254 30 2
                                    

Dos días después me encontré con Nathaniel en el pasillo.

―Mi mamá dijo que vio a tu papá anoche.

―Que le den a tu mamá ―Le respondí. No me importaban las viejas entrometidas. No las necesitaba. Ya tenía suficiente.

―Veo que juntarte con Castiel te ha afectado ―murmuró.

Le levanté el dedo del medio y me fui.

En algún punto Castiel había dejado de ser el chico de mis sueños y se había convertido en el chico con el cual hablaba sobre mis peores pesadillas, esas que vivía estando despierta.

Me gustaba hablar con él. Él no me juzgaba,  a él no le importaba. Castiel sólo me escuchaba y a veces me compartía de su almuerzo.

―¿Por qué pasas el tiempo conmigo? ―pregunté.

―No sé. Solía pasar el tiempo aquí sólo y tú apareciste. De todas formas, no eres como ellos.

―¿Ellos?

―Los otros de la clase.

―¿Y Lysandro?

―Ya casi no viene. Su padre está en el hospital.

Corazón de melón: cuándo y cómo lo perdimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora