Capítulo 31

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A las dos semanas salí del hospital, me tenía que quedar en un hogar junto a otros cinco niños, en una granja, con un matrimonio que era muy estricto pero muy amable. 

Envíe cartas, correos y mensajes; e conseguí números y direcciones; busqué en cada pagina de Internet, pero nunca tuve respuesta, nunca encontré a Castiel.  No había nada de él mas que un par de noticias e imágenes que habían salido en los diarios y noticieros debido a la sucedido. Lo seguí intentando, por semanas y por meses, hasta que me descubrieron y no me dejaron hacerlo más.

Lo había perdido, lo único real que había tenido, lo único que de verdad había amado y quizás hasta me odiaba. Yo me odiaba. 

Seguí escribiéndole cartas, pero ya no las mandaba. Las escondía en una caja bajo mi cama. Y entonces recordé lo que sabía desde el principio, que esto no duraría, que lo perdería. Al final nos perdimos. Mi mente seguía repitiendo la última vez que lo vi, y la última vez que lo escuché. Y lo mucho, lo mucho que le amé.


***

He pensado que quizá pueda hacer una segunda parte de esta historia, más extensa. Pero no lo sé, si a alguien les gustaría déjemelo saber para así comenzar a escribirla. Gracias por leerme, lean mis otras historias <3. 

Corazón de melón: cuándo y cómo lo perdimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora