Capítulo 20

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Han pasado otras tres semanas sin tener rastro de papá.  Lo extraño es que ya me acostumbré a estar sin su presencia, o mejor dicho, me acostumbré a arreglárselas solas y a compartir cama con Castiel cada noche.

Pero eso acabo esta noche.

Eran las tres de la mañana, era una noche calurosa por lo cual sólo estábamos acostados en mi cama, durmiendo sobre las colchas y en medio de todo el silencio que nos rodeaba, gritó mi nombre. Mi padre.

Desperté de un salto en la cama y Castiel también.

ㅡTienes que esconderte, ahora. ㅡLe susurré y él se metió debajo de la cama. ㅡNo salgas, por nada del mundo, Castiel. No salgas.

Las actitudes de mi padre eran erráticas y no quería saber como iba a reaccionar si veía a un chico metido en mi cama. Escuchaba sus pasos acercándose a mí habitación. Me senté en la orilla de mi cama, apretando las sábanas en un puño.

Corazón de melón: cuándo y cómo lo perdimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora