Hordas.

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Me despierto y no tardo en bostezar, había dormido cómodamente durante toda la noche, tal parece que no me despertaron para mi turno de vigilancia... Bueno no me quejaré, me hacia falta un descanso. Me levanto con pesadez del suave colchón de una plaza cubierto por sábanas rosas y un acolchado gris, allí dentro parecía como si el tiempo no hubiese transcurrido y el apocalipsis no haya llegado, estaba todo en orden, el placar sumamente limpio, el piso apenas tenía polvo, los cristales de las ventanas perfectamente traslucidos, hay un escritorio  de madera cercano a la puerta de la habitación el cual contiene una lámpara y unos cuantos papeles esparcidos encima...

Salgo del cuarto en dirección al baño lo cual me resultó estúpido ya que seguramente allí no habría agua, abro la puerta e ingreso al pequeño cubículo, comienzo a orinar y cuando termino, en un acto tonto aprieto el botón de la cisterna para que a orina se vaya, pero es en vano, me paro frente al espejo y abro la canilla, el agua no es expulsada de allí, refriego mis dedos en mis ojos para intentar despertarme un poco.

Salgo del lugar con mi mano derecha frotando mi cabello, bajo por las escalera y en la cocina me encuentro a Aisu y Maya conversando, al verme ambos me saludan dándome los buenos días.

-Vaya... Debes tener fiebre. -Digo mientras me siento en una silla frente a la mesa, con la mirada perdida.

-¿Quién, yo?. -Pregunta Aisu haciéndose el desentendido.

-No... Tu puta madre. -Me río.

Aisu emite una leve carcajada... -A pesar de que está muerta... Me sigue causando gracia, ¿eso es malo?. -Pregunta.

-Malo sería que perdieras el sentido del humor. -Dice Maya con un tono alegre, Aisu la mira de manera rara y hace una mueca con sus labios, aguantándose la risa.

-Esperen un minuto... Aisu me dio los buenos días... Tu, no te quejaste sobre haber dicho lo que dije sobre la difunta madre de Aisu... El te miró muy raro...

-¿Y qué hay de malo en eso?, digo, es normal, no pasa nada extraño, no pienses cosas raras. -Dice el joven notándose nervioso.

-Ya la cagaste. -Dice Maya mientras lleva su mano derecha al rostro.

-Ohh tiene que ser una broma, no me lo creo... - Digo con asombro mientras me levanto de mi asiento y me paro frente a mi amigo y omitiendo al presencia de la bonita chica me lanzo hacia mi amigo y mientras froto mi puño cerrado en su cuero cabelludo digo. - ¡Aisu te la garchaste!. ¡Hijo de puta eres el mejor! ¡Puto amo!.

-¡Quítate retrasado, me lastimas!. -Grita el.

-Ohh vamos, no te quejes ¿como estuvo?. -Le digo ignorandolo y continuo molestandolo.

-Oigan, todavía estoy aquí, por si no se han dado cuenta. -Maya intenta hacer acto de presencia, pero es totalmente ignorada.

-¡Ahh! Un Zombie, ¡Ayuda!. 

-¡Apártate!. -Aisu me empuja y va en busca de su Amiga, corre hasta la sala principal y lo sigo.

-Ohh que tierno, ¿entonces si te importo?. -Dice Maya mientras mi amigo ve como ella se ríe sentada en un sofá.

-Eres cruel... Y Marshall, solo fue un beso, no exageres... -Rompió con mis esperanzas.

-Vaya, que pena, hubiera sido tu oportunidad de no morir virgen... Bueno, iré a despertar a los demás.

Me doy media vuelta y voy en busca del resto, no tardo en encontrarlos ya que a causa del fuerte grito de Maya, los demás ya se habían despertado y estaban de camino a la sala principal. Por las escaleras bajaba Alan rápidamente junto a él venía Yamila y detrás Naiara.

Vortex (En Revisión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora