Hermandad Y Amor.

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Salgo de la habitación sin expresión alguna en mi rostro, el no se merecía eso, me detengo en el medio de la sala unos segundos, con la mirada perdida... Las ideas llegan a mi mente, siento la necesidad de marcharme, abandonarlos y seguir por mi mismo adelante, no puedo cargar con éste peso, no me gusta ver morir a la gente que quiero, podría hacerlo, por la noche seguramente no lo notarían, esperaré a que estén todos dormidos, me ofreceré para hacer la segunda guardia, aseguraré puertas y ventanas para que nadie pueda entrar cuando yo no esté, prepararé una mochila con provisiones y me largaré, así será.

Siento una mano sobre mi hombro y una voz femenina que dice -Vamos... Tenemos que enterrarlo,o algo... Darle un final digno. Es Maya, volteo lentamente y la miro por sobre mi hombro, sin demostrar expresión alguna respondo. -De acuerdo, le daremos un final digno.

Me dirijo nuevamente hacia la habitación, donde yacía el cadáver de Alan. Sin mediar palabra alguna con Marshall levanto a quien antes había sido un humano.

-Déjame Ayudarte. -Dice Marshall mientras se para frente a mi, hago un gesto con mi rostro mientras muevo mis brazos sosteniendo el cuerpo, en señal de que no necesito su ayuda, me muevo hacia la derecha y Marshall se interpone. -Vamos amigo, no debes hacerlo solo. -Espetó.

-Quítate de mi camino, estorbas. -Digo molesto.

-Solo deja que te ayude, todos eramos sus amigos... -Escucho decir a Maya, me limito a mirarla.

Retrocedo lentamente, con la mirada al suelo... -Correcto. -Susurro.

-Genial, ahora tu agárralo de debajo de los brazos, yo lo tomaré por las piernas. ¡¿Pero que demonios te ocurre desquiciado?!. -Grita Marshall al ver como arrojo el cadáver por la ventana que tenía detrás de mi.

-Quítate de mi camino, estorbas. -Respondo fría e indiferentemente.

-¡¿Acaso te volviste loco?!. -Interviene Naiara, la ignoro.

Noto a Maya y Yamila boquiabiertas, Yamila me mira fijamente mientras que Maya mantiene sus manos en su boca, demostrando impresión y miedo.

Marshall se abalanza hacia mi con una ira incontrolable, no me da tiempo a reaccionar cuando noto que la mitad de mi cuerpo está hacia afuera del edificio, nada mas que su agarre de mi camisa me separan del firme concreto y una muerte segura, pero rápida. Miro hacia abajo y noto el cadáver en el suelo, los sesos desparramados y el cuerpo untado en un charco de sangre. Vuelvo a ver a mi agresor.

-No lo harás, no vas a matarme. -Digo mientras Marshall me sostiene fuertemente.

-¿Que te hace pensar eso?. -Responde mirándome a los ojos firmemente.

-Primero que nada, te conozco desde que eramos niños, segundo, estas agarrándome demasiado fuerte, si quisieras soltarme ya lo habrías hecho, o hubieras intentado asustarme moviéndome bruscamente, y tercer punto; eres un maldito cobarde que pretende hacerse el fuerte cuando en realidad lo único que sabe hacer es lamentarse y fingir estar bien, cuando todo se fue al demonio.

-Eres un maldito imbécil. 

-Entonces déjame caer. -Extiendo mis brazos hacia los lados dejándolos colgar, y cierro los ojos.

Siento como Marshall tira de mi,  y bruscamente me empuja hacia atrás, tambaleo pero no caigo, mantenemos la mirada unos segundos, el mantiene sus puños cerrados y el ceño fruncido con ira, yo solamente demuestro una pequeña sonrisa ladeada, burlona.

-¿Lo ves?, eres cobarde.

-Al menos no arrojo el cadáver de mi difunto amigo por la ventana de un puto apartamento en un edificio.

Vortex (En Revisión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora