Día 5

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Pues aquí estoy de nuevo escribiendo extrañas palabras en días que cada vez se tornan más cansados, tanto que ya ni siquiera recuerdo por qué estaba triste, al menos de momento. ¿Qué decir en esta ocasión? Ha sido un agotador día, tanto que no tengo idea de cómo me mantengo lúcida a pesar de todo. Tener dos trabajos no es la mejor opción si uno quiere llevar una vida relajada y dedicarse a la escritura. 

Recuerdo aún lo que solía decirme el felino gris, que quizás yo llegaría a entender su situación cuando comenzara a trabajar. Ahora trabajo y entiendo su situación, pero no por eso volví a sentir el cariño que le tenía en el pasado. Y mira, estaba a punto de internarme en ese tema, pero quizás para otro día en que tenga más lucidez mental y tenga el tiempo suficiente para escribir más de quinientas palabras. 

El trabajo fue excesivamente cansador y frustrante, digo, más allá de cualquier gusto o disgusto con la carrera que elegí estudiar, ¿a quién puede entretenerle revisar si todas las firmas en los contratos están en orden? De solo recordarlo quiero huir... es más, me estoy quedando dormida y solo sueño con mis propias manos ordenando papeles. Horror.

Con tus perdones, lobito, estoy cansada.

Buenas noches.

-Mirelle

Días de PrimaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora