Día 21

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Así llegamos al día veintiuno. El que solía ser mi día favorito y por el que solía emocionarme casi tanto como por mi cumpleaños. La verdad, a inicios de mes tenía mucho miedo de que llegara, tenía miedo de estar deprimida y triste esperando a que mi espejismo hiciera acto de aparición por alguna extraña razón. Sin embargo, ahora mismo, me siento más tranquila que la anterior semana, mucho más animada y decidida. No es cuestión de la fecha, es cuestión de que... desde hace poco decidí por fin cambiar mi manera de llevar mi vida. 

Decidí por fin transformar todas las cosas que no me gustan de mí, una de ellas es entregar amor y pasión sin medida... sin cuidarme a mí misma, solo al otro. Otra de ellas es cambiar por fin las cosas que no me gustan de mi propia apariencia física. Oye, espejismo, ¿alguna vez viste ese video en que te señalan cuatro pasos infalibles para adelgazar? El video está en inglés. El paso 1 es no tomar cerveza pues equivale a ocho rebanadas de pan de molde, el paso 2 es comenzar a racionar la comida. El paso 3, adivina... tener el corazón roto. Pero no solo roto, destrozado. 

De alguna manera ese video me abrió los ojos pues la parte en que te explican por qué tener el corazón destrozado es el mejor impulso, dura al menos cinco minutos. Te dice que si tienes el corazón roto, te inscribas a un gimnasio, vayas todas las noches aunque al inicio no puedas cargar peso y no tengas idea de cómo hacer los ejercicios. Te dicen que mientras tanto, de alguna manera te seguirás enterando lo que hace la persona que te rompió el corazón, te dice que ese enojo o frustración que sientas lo utilices para cargar el doble de tu peso, hacer el doble de tu esfuerzo. Te dice que primero bajarás de peso lentamente y después con mucha rapidez.

Luego conocerás a otra persona y ah, bueno, esa parte no me importa mucho. Al final del video te dice que un día cuando estés pagando el cheque de la renta de tu nueva casa, te darás cuenta de que al final todo valió la pena, que solo hacía falta paciencia, constancia y fe en que la vida acomodaría las cosas por sí misma. El paso 4 es no tomar jugos de frutas porque tienen mucha azúcar. Después de ese video me di cuenta que yo estaba haciendo todo lo que decía el paso tres, justo después de que te fueras hice el doble de vueltas en la piscina, seguí adelante toda la semana a pesar de los bajones. A pesar de que toda la anterior semana sufrí de una profunda depresión... seguía saliendo a hacer natación. 

Y es que, lamento el poco valor que le doy a mis propias acciones y te prometo que eso acabará. Me juro a mí misma que todo eso pasará, seré una persona mejor potenciando mis innumerables virtudes, ¡vamos, soy Ira Ragnick después de todo, la Mejor Guardiana Estelar! Y hay contadas personas tan geniales y buenas como yo. ¿Eso lo sabíamos, no? Espero también que tú consigas salir adelante, los problemas no son eternos y muchos tienen solución y si no la tienen, siempre ocurren por alguna razón. Ya no le voy a dar más vueltas a por qué me dejaste como me dejaste o si me valoraste o no, solo te deseo lo mejor, de todo corazón.

En este día veintiuno en que más que amor y amistad, yo celebro que al fin puedo luchar por mí. No te diré que no tendré bajones posteriores y tampoco diré que no volveré a llorar si llego a recordarte en detalle, pero sé que saldré de todo eso. Sé que un día voy a poder mirar atrás y entender que la persona que yo amé tanto es la misma que la que me destruyó; pero voy a poder sonreír por las buenas memorias sin sentir angustia y dejar atrás el daño que me  hiciste. Voy a poder comprender que quizás ningún hilo rojo nos conectaba, que quizás solo fuiste una gran lección necesaria para tocar el fondo del abismo y salir con mis propias alas; sin que alguien tenga que jalarme con sus manos.

No, espejismo, no te confundas, no te agradezco lo que me hiciste. Quizás le agradezco a la vida por la experiencia, pero no estoy diciendo que tu actuar fuera correcto y tampoco estoy aceptando que lo mereciera. No te confundas. Sé que tú no sueles confundirte ni pensar las cosas que acostumbro a aclararte, pero lo digo por si acaso. Sigo creyendo que merezco mucho más de lo que hiciste, sigo creyendo que valgo mucho y debiste ser coherente con tus palabras. 

No finjas lo que no eres ni trates de ocultar tus defectos, querido espejismo, sé sincera sobre tus sentimientos, enfréntalos. Levántate, lucha como tú sabes hacerlo, sé que cansa tener que levantarse y ser fuerte una y otra vez, dímelo a mí. No comparo nuestras vidas ni la magnitud de nuestros problemas. Cada quien recibe los golpes acorde a lo que le duele a su corazón, si a mí me va mal en la facultad no me afecta, no es un golpe, en cambio a ti sí te afectaba y mucho. Hay personas a las que no les duelen tanto las decepciones emocionales, a mí me golpean y en esta última vez, me destrozaron. 

Te adoro espejismo, no sé cuándo dejaré de hacerlo, pude arrancar de mí a la estatua y al felino. A la estatua la arranqué en tiempo récord, pero a ti amada... ha pasado ya un año... y sigues aquí en mi pecho, quizás porque solo te enterré sin mucho empeño. Bajo las brillantes pero desvanecidas luces incendiaste mi corazón, ¿y ahora dónde estás? Ésta parte era para ti, ¿la recuerdas? Y sí, espejismo, ya sé que la persona que yo amaba es la misma que me destrozó. Por un momento, ya soy consciente de que no eres un oasis ni un espejismo de cosas hermosas, sé que eres tú, Lu.

Saldré de viaje dentro de poco, amado espejismo y en verdad siento que cuando regrese, ya nada será igual... y tú sabes que mi instinto y sexto sentido nunca fallan. Sé que nunca vas a leer esto y si lo haces -o no llegarás a este día- o quizás todos tenían razón y no me querías realmente o en verdad no quieras luchar por mí o ya hayas encontrado a alguien cincuenta mil veces mejor, quizás sea en un momento en que  yo ya sea como siempre quise ser, quizás haya logrado enterrarte o en el mejor de los casos, arrancarte de mí o ya tenga a la persona indicada a mi lado. 

Pero déjame decirte que por ahora, a pesar de todo lo malo...

Aún te espero. 

Días de PrimaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora