Día 14

37 8 6
                                    

Ya casi es mitad de mes y septiembre sigue siendo tan caótico como lo recuerdo... de hecho la única buena memoria que tengo de septiembre se remonta al año pasado. Pero de eso hablaré en el momento correspondiente y ya falta poco. Debo decir que este mes hasta ahora... ha sido asquerosamente difícil, mis emociones siempre alborotadas en un sube y baja; descargas de rabia, angustia, amor no correspondido...

Hay momentos en que realmente pienso en tirar la toalla. ¿Pero cómo podría hacerlo? ¿Hay alguna forma de ya no vivir todo este proceso? Ayer ya le decía a una amiga, sí, me sentí mejor al identificar que actuaba por trauma y no por amor... pero se viene lo más duro y mi cuerpo lo siente, mi corazón lo siente, las contracturas en mi espalda y mi humor cambiante. Mis ganas de gritar pidiendo ayuda... Con mi amiga colombiana nos burlábamos del hecho de que hasta cierto punto he enloquecido, finalmente.

Hay momentos en que tengo el humor eufórico y pienso que ya no me importa lo ocurrido con el espejismo, la mayoría de ratos caigo en cuenta de que no es así y me deprimo y me angustio, luego me enojo, lloro y al segundo estoy sonriendo. Mis demostraciones de afecto son más frías y monótonas, sonrío por obligación. No sé qué me pasa, yo nunca fui así. Tengo ataques de ansiedad, estoy bajando de peso, no tengo ganas de comer... ya no siento el sabor de la comida.

Es horrible estar así. Incluso he tratado de alejarme de mis amigos, no quiero molestarlos con mi humor cambiante, por eso mi querido Pollo, he dejado de hablarte tan seguido. Las veces que te escribo son esos efímeros instantes en que puedo responderte diciendo "me siento bien", pero no me creas, querido pollito... la verdad es que ya no te deseo las buenas noches porque he vuelto a mi estado de angustia perpetuo. No quiero parecer ingrata, no te corresponde a ti ayudarme, ni a ti ni a nadie... 

Ya no soporto mi situación, ya no soporto haber enloquecido y aceptar lo que es evidente incluso para los lectores que a duras penas logran entender y conectar estos relatos con algo de lógica.

El espejismo no me quería, si quiso intentar algo conmigo la última vez quizás había sido por lástima cuando le dije que la extrañaba con cada segundo que pasaba y no podía estar a su lado. Testimonio de eso es el mensaje que me envió dos días después de bloquearme desde la misma nada: "en estos momentos no me sirve de nada luchar por una relación. Espero que encuentres a alguien que te haga feliz, yo no puedo". Como si yo le hubiera pedido algo al inicio, yo no le pedí nada... yo no hice nada malo... no merecía pagar los platos rotos. Ella me dijo primero que me amaba, ella me dijo primero que quería arriesgarse por mí, ella dijo primero que esperaba que después de eso tuviéramos una relación seria. Yo volví a amarla... Y luego así, como si nada me bloqueó para venir a los dos días a hacer como si yo hubiera insistido para empezar.

Es la horrible verdad, ella no me amaba. No me amaba.

Estoy angustiada y enojada... y eso se combina con esos momentos en que río al recordar nuestras bromas, el cómo nos llevábamos, sus expresiones cuando yo presumía mis cualidades o cuando sonreí al dibujarla bajo sugerencia de mi amiga colombiana que pensó que me ayudaría.

Así es como han pasado estos días de septiembre... y todavía falta. Todavía no he descargado las cosas más duras, estoy odiando septiembre más que nunca en mi vida, me la he pasado triste, frustrada, odio mi trabajo porque lo odio, es aburrido estar metida leyendo estupideces burocráticas, basura legal y gubernamental. Es mitad de mes y en mi otro trabajo ni siquiera me han pagado por agosto para poder cancelar al fin la deuda que tengo con la telefonía por la llamada de ochenta dólares que le hice a mi espejismo. Mi familia no se interesa ni mierda por lo que me pasa y si llegara a explicar algo lo tomarían como una tontería, es más, cuando intenté por fin decirle a mi mamá sobre mi orientación sexual, ella cambió de tema. Mi mejor amigo gatito naranja se fue de viaje, no está y no hay un solo ser que pueda decirme que todo va a estar bien. 

Odio mi maldita vida. 

Ni siquiera he podido seguir escribiendo Mundo Inmortal. Odio estar así y nadie va a ayudarme. Lo peor es que a veces desearía que mi espejismo apareciera y me diera un abrazo, un solo abrazo de ella me sanaría. Cómo quisiera que las cosas no hubieran acabado así, no haber explotado, no haberle dicho lo que le dije, que no me hubiera abandonado de esa forma después de cuánto me amaba según ella y cómo quisiera no estar llorando por segunda vez esta semana. Desde que enloquecí he estado llorando por lo menos dos veces cada siete días. 

Sigo yendo a trabajar, sigo haciendo todo lo que tengo que hacer, odio los días de primavera. Odio el hecho de estar muerta por dentro, odio el hecho de haberme convertido en un monstruo que en el fondo sufre y sufre y ya no ha dejado de sufrir. Lo único bueno que hago en el día es ir a nadar, es lo único que parece compensar todo el estrés de mi día. 

Ya no quiero estar así. Ya no sé cómo salir de esto. Solo quisiera tirar la toalla. Nadie puede ayudarme, ni siquiera yo misma sé cómo ayudarme.

No, el problema actual no es que no pueda estar sola. Es que me asesinaron antes de dejarme sola...

-El Lobo

Días de PrimaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora