Días de Primavera

Día 10

Coherencia.

Dicen que las palabras deben ir de la mano con las acciones, nuestras acciones deben ser coherentes con nuestras palabras, no puedes decir que quieres cambiar y no hacer nada al respecto, no puedes decir que quieres viajar a otro país y no ahorrar ni un centavo, no puedes decir que quieres ser el mejor estudiante y nunca estudiar, no puedes decir que tu sueño es que tu pinche historia se convierta en una película y quedarte dormida en tus laureles sin esforzarte.

Eso, eso es lo que más rabia e impotencia me causa en estos precisos momentos y ya es hora de que lo escriba sino me ahogaré en mi angustia. De todas formas ya no importa, ya lo perdí todo en ese día hace dos semanas y me refiero a la persona que amaba. Ahora puedo decirlo.

El espejismo me dijo que yo era lo mejor que le había pasado, me dijo que me amaba desde hacía más de un año. Maldita sea, ¿esa es la forma de tratar a "lo mejor que te ha pasado"? Y no, no me refiero a mí, me refiero al pequeño lobo que te amaba con todo su corazón. Tú mismo, espejismo, tú mismo dijiste que antes habías tenido a una persona tóxica en tu vida, tú nunca te referías a mí como alguien tóxico o siquiera asfixiante. ¿Pero qué es lo que haces? Sigues ahí, al lado de esa persona, sigues haciendo cosas con esa persona y a mí, que según tú fui quien te hizo más feliz en toda la pinche existencia... solo me botas como a un perro al que llevaste en tu Mandy hasta una carretera en medio de la nada y simplemente lo abandonaste. 

Ya era hora de que lo escribiera, ya era hora de que me sumara a todas esas personas que se quejan de que sufrieron lo mismo que yo. Maldita sea, ni siquiera quisiste confiar en mí, espejismo, ni siquiera me diste la oportunidad de demostrarte el cómo era realmente. Y es que... supongo que los malditos dichos idiotas de los memes de internet tienen razón, la gente va detrás de lo que cree merecer. Tú, espejismo, preferiste quedarte al lado de esa persona tóxica, preferiste esperar por un año o más a esas personas tóxicas. Yo era alguien que te demostraba las cosas con acciones incluso aunque a veces me sentía demasiado insegura, yo te daba tiempo, yo traté de confiar en ti esta última vez, yo hacía que te emocionaras, yo te hacía reír, ambas hacíamos que las horas pasaran demasiado rápido...

Sé que tuviste tus problemas, ¿pero era razón para desechar a quien según tú, era lo mejor que te había pasado? No tenías que esperarme ni siquiera un año para que te demostrara que sí se podía y no, no me vengas espejismo, con que yo no entiendo, que tengo una idea errada. Solo veo los hechos objetivamente, nada justifica el que me hubieras botado como a un perro; un día decirme que me amas y al otro día bloquearme desde la mismísima nada. ¡Y no aceptaré que digas que no respondiste los mensajes que envié desde esos otros números solo porque cuando los envié ya no era yo misma siquiera! Era el demonio en el que me había transformado finalmente, no me digas que no respondiste por eso.

Ambas sabemos que tú ya lo habías pensado en el día, ya estaba todo bien maquinado, de lo contrario no habrías bloqueado a nuestra amiga, solo a mí. O al menos, me habrías dicho algo más que solo ese bloqueo repentino que me partió en mil pedazos, ¡comparable a lo que sentí cuando vi la cara de mi papá en la última de las fotos pornográficas que se había sacado con su amante, maldita sea! Ambas sabemos que no importaba el cómo te hablara o el qué te dijera, tu bloquearías a todos los números que yo usara para intentar comunicarme contigo.

Ambas sabemos que respondiste el último mensaje que te envié dos días después con mi amiga colombiana solo porque no tenías otra opción, porque yo no pararía hasta tener una explicación o algo que me dejara en paz por lo menos por ese día.

En tu explicación, ni una disculpa. Nada. Solo eras tú con tu racionalidad creyendo que hacías lo mejor para ambas, porque tú nunca te equivocas, ¿verdad? Yo merecía el trato que recibí después de todo, yo soy la inestable, yo soy la que necesita ayuda, yo soy quien no sabe escuchar, yo soy la que solo iba a ser una carga para ti. Pero en cambio esa gente tóxica con la que tú seguías haciendo cosas, ellos sí pueden quedarse a tu lado.

Yo solía ser buena persona. Yo sabía que podía perder el control si explotaba, ya me conocía, solo me había enojado dos veces en mi vida, cuando casi maté a la amante de mi padre y cuando el felino gris me mintió... pero de repente, desde el año pasado hasta ahora, el felino gris hizo que me enfermara del estómago cuando creíamos que había muerto, la estatua me dio tantos golpes que grité enfurecida y traté de sacar a mi demonio al menos un momento... y tú, espejismo, a quien yo más adoraba. De pronto me hiciste explotar.

¡Yo no quería que vieras ese lado oscuro! ¡Yo no quería reaccionar así! ¡Yo no quería enojarme así ni decirte nada de lo que te dije, no a ti! A cualquiera pero no a ti, ¡yo te amaba! Yo aún te amo... yo no merecía lo que me hiciste, yo solía ser buena, yo era buena... yo demostraba lo que decía, yo era coherente... merecía que confiaras en mí, merecía que al menos me dieras una explicación. Merecía que me trataras bien... Si lo hubieras hecho yo te habría apoyado, yo soy buena amiga... pregúntale al gato naranja. Yo no valía la pena, yo valía las alegrías.

Yo era buena. No tenía por qué pagar los platos rotos, yo podía hacerte feliz. Sí, ya sé que tuviste problemas muy fuertes, quizás no quisiste contaminarme con ello, pero decidiste romperme. Romper a lo que según tú... era lo mejor que te había pasado, a lo que según tú amabas... incoherente. Luego, explicaciones inconsistentes, incoherentes con lo que me habías hecho. 

Nunca llegué a contarte que a la semana de haberle dicho a mi papá sobre mi orientación sexual hace un mes o dos, él se enfermó y paró en el hospital por semanas... justo después de que de un momento a otro se había vuelto mi héroe de nuevo. Justo después de que su única reacción para con mi miedo a ser despreciada por mi orientación sexual, fue abrazarme y decirme que seguiría siendo su amada hija. Justo después de que yo lo había perdonado por todo lo ocurrido cuando tenía dieciséis años, justo cuando perdoné las lágrimas de mi mamá, el odio que sentí hacia mi hermano pensando que lo ayudaba en sus infidelidades, el intento de suicidio de mi hermana, los días que pasé yendo a asistencia psicológica por haber ahorcado a la amante de mi papá en media calle, el que todos esos eventos me hubieran transformado en el suplicante lobo...

Justo después de que yo ya estaba olvidando todo eso porque a pesar de todo siempre fue un padre amoroso... justo después de eso, él se enfermó. 

No comparo lo que me ocurrió con lo que te está ocurriendo, solo es una forma de decirte que sé lo que estás pasando, lo imagino al menos, trato de comprenderlo en cierto punto. Sé que no necesitas que alguien más venga a joderte, pero espejismo. Debiste confiar en mí, debiste valorarme. Yo podía ser tu amiga y guardar todos mis sentimientos si eso te hacía sentir mejor, yo soy buena amiga, pregúntale al gato naranja... Ahora eso ya no importa. No importa lo que sienta por ti, no importa ya más nada... como dice esa frase cliché, el hubiera no existe. Solo está ese abandono que finalmente mató a mi lobo. Solo está el dolor.

Yo no quise hacerte daño, pero nunca fuiste muy comunicativa conmigo. Preferías tragarte tus emociones con tal de no ponerme mal, pero debiste confiar en mí... yo te amaba, si tan solo me decías lo que te ocurría realmente, cuando el felino gris desapareció, cuando yo era ignorante de las cosas que a veces te hacían daño...  si tan solo me hubieras dicho... yo habría hecho lo que sea con tal de que te sintieras mejor. Con tal de hacerte feliz. Debiste hacerte cargo de lo que sentías y decírmelo... por supuesto que con esto no me estoy quitando responsabilidad.

Es tarde, lo sé. Ni siquiera sé si algún día llegarás a leer esto. Pero espejismo...

Yo no quería perderte.

Nunca quise perderte.

Pero la realidad no siempre es coherente con lo que uno quiere.

-Mirelle y el Lobo