Los Nuevos Héroes

2

-Si ta vas a quedar debes decirme  tu nombre.

-Oh, si... Claro... Soy Peter, Peter Pan.

Me miro con cara de horror, así que imaginé que ya sabia quien era yo.

-No es posible que seas el verdadero Pan... Mi madre y sus amigos acabaron contigo.

-¿Es que acaso no sabes que todo es posible con magia? - pregunté alzando una ceja.

Carga el arco y me apunta, valiente.

-Ninguna magia tiene ése poder.

-En el inframundo, puedes salir cambiando tu lugar... Con un vivo -asegure acercándome.

-Alejate, o haré una brochette contigo - aseguró con la flecha a centímetros de mi caja torácica.

-No lo harás, eres una heroína, y las heroínas no matan -afirmo tomándola de la mano.

-No me desafíes - amenazó -¿Qué quieres de mi?

-Sólo que guardes el secreto de que estoy aquí- pedí.

Se lo meditó y finalmente afirmó.

-Guardaré el secreto - dijo destensando el arco.

-Gracias... -digo esperando que ella me diga su nombre.

-Lunare, mi nombre es Lunare Hood -dijo extendiendo la mano pera estrechar la mía.

-Un gusto, Hood - digo tomando su mano.

-Igualmente, Pan.

Luego de unos minutos que parecieron interminables, ella se tendió en el piso y yo la imité, no pasó mucho tiempo en paz hasta que la escuché decir:

-Háblame de algo, porque si no voy a dormirme, y orientarse en la noche es muy difícil... Además de que ya tienen motivos para matarme, y prefiero no darles más.

Me mantube en silencio, bucando una buena escusa para mandarla al demonio, pero hasta yo debo admitir que es bueno hablar con alguien de vez en cuando, por lo que le comenté una verdad.

-No siempre fui el temido Peter Pan, no era mi intención serlo, tan sólo quería ser un niño, vivir como tal, sin obligaciones ni problemas.

-¿Y qué hizo que eso cambiara? - su voz era cuidadosa, como si tratara con un animalillo al que no quería espantar.

-La soledad -respondí - la soledad de una isla para mi solo hizo que quisiera más, así que creí que seria bueno compartir mi libertad con otros niños... Entonces empecé a tocar mi flauta, y los niños que la oían, y venían a mi, eran quienes yo llevaba a Nunca Jamás.

-Eso no parece malvado - su respuesta me sacó una media sonrisa, no muchos heroes perdonan o se esfuerzan en comprender a un villano.

-Eso pensé yo, pero los niños no creían igual, extrañaban casa... Pero no quería perderlos, no quería sentirme solo de nuevo - al confezar este secreto, mi voz se hizo más callada, conspirando con mi mente, haciendome sonar vulnerable - entonces los obligue a quedarse.

-Y entonces te empezaron a conocer como Pan "el malvado" -  completo ella.

El silencio volvio pero no duró mucho, pues luego del canto de un ave ella silvó, como si lo entendiese. Eso me hizo girar a mirarla divertido, 

-¿Qué es tan gracioso? -preguntó molesta.

-No había conocido nunca a una niña como tu - respondí encogiéndome de hombros. Pero mi respuesta pareció generar en ella más dudas.

-¿Como yo?

-Sí, ya sabes, valiente, buena con el arco, que sabe imitar a la perfección el canto de los pájaros y bastante metida.

-¿Metida yo? ¡Eras tu al que descubrí metiéndose en mi campamento!

-No era mi intención hacerlo - justifiqué con gracia - en cualquier caso ¿por qué no hay más niños en el bosque?, he tenido que tener extremo cuidado todo el verano, por las personas que vienen aquí, pero hoy esta inusualmente desierto.

-Es que hay clases -me comentó en voz baja.

-¿Y por qué no estás ahí? - dije, aunque la respuesta era bastante obvia.

-Yo escapé.