Los Nuevos Héroes

1

Es tan temprano en la mañana que aún no sale el sol, aunque se puede apreciar cierta claridad en el barranco del bosque. El silencio es casi infinito y ni hay animal que me acompañe en mi desvelo eterno, no me queda nadie para compartir mi libertad.

Esta silencio y vacío no hace más que recordarme un pasado lejano, en el cual tenía todo el espacio que quisiera, para mi sólo, sin responsabilidades ni ataduras... Pero sólo, lúgubre y añorando la voz de otro ser humano.

La isla era un lugar solitario, cientos de kilómetros cuadrados para un sólo niño que eligió escapar, pero la soledad no es un regalo, si no una maldición.

El niño, desolado, salió a buscar amigos, a quienes llevaba a la isla... Y atrapaba ahí. Él simplemente no entendía por que los niños querían volver, les estaba regalado libertad, juventud, sólo pedía a cambio que se quedaran... Pero ellos extrañaban casa.

Aún me arrepiento de haberme ganado la reputación de un demonio, no buscaba dañar a nadie, pero como de costumbre, nada la sale bien a Peter Pan.

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Camino por el bosque, entre las sombras, tratando de matar el tiempo cuando a lo lejos veo, en el campamento de los hombres alegres, veo a una chica, joven, de pelo castaño corto y ojos claros.

Me acerco y, sin darme cuenta, piso una ramita que cruje bajo mi peso. El sonido hace que la muchacha se detenga y... Cargue un arco, parece dispuesta a disparar. Me elevo del piso para verla mejor, pero torpemente, al momento de apoyarme en el piso, golpeo una raíz cercana y la chica me dispara, de no ser por mis años entrenando, la flecha habría impactada poco abajo de mi corazón.

La chica queda impactada, y bajito murmura:

-Imposible - su voz era dulce, algo aniñada incluso.

-¿Qué es imposible?-pregunte tirando la flecha a un lado y acercándome a ella.

-Que atrapases la flecha, es imposible... -dice algo aturdida, y él estoy a punto de responder cuando me calla poniendo su mano sobre mi boca.

Pronto, oigo los pasos de un montón de personas, y sin previo aviso, ella toma mi mano y comienza a correr bosque adentro arrastrándome con ella.

-¿Pero qué haces? -pregunto cuando al fin nos detenemos, en medio del bosque.

-Esos que venían ahí, eran mi padre y los Hombres alegres, si nos encuentran solos en el bosque, te mataran y a mi me van a encerrar en una torre.

-No creo que ellos te hicieran eso- comento,algo sorprendido por la rudeza de la niña.

-A mi no me importa lo que creas, lo único que importa ahora es que me esconda... Y que tu te largues - dice mientras corta con dificultad un pesado de manzana con la punta de una de sus flechas.

-Yo no me voy a ningún lado - digo quitándole la manzana y cortándola con mi daga - ten.

-Si ta vas a quedar debes decirme  tu nombre.

-Oh, si... Claro... Soy Peter, Peter Pan.