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-¿Escapaste? -preguntó sorprendido.

-No te sorprendas tanto -digo molesta.

-Es que jamás creí que la niñita perfecta fuese a escapar de clases para estar en el bosque -rió.

-Cierra la boca, no soy una niñita, ni mucho menos una niña perfecta... No me conoces - aseguré incorporándome.

-Tu tampoco a mi, y sin embargo es la tercera vez que me amenazas con una flecha en menos de tres horas - se mofó acercándose.

Sus palabras tocaron una fibra sensible en mi, tal vez por el hecho de haberlo prejuzgado y la verdad de sus palabras, pero fue entonces que me di cuenta lo parecidos que éramos.

-Lo lamento - dije en voz baja, lo que pareció sorprenderle - no era mi intención causarte una mala primera impresión, pero quiero que sepas que me pongo a la defensiva muy fácil - confesé con la mirada gacha y la voz tomada.

Oí como Pan se acercaba y se apoyaba en el mismo tronco en el que estaba apoyada yo.

-No tienes por qué disculparte, creo que entiendo por que eres así, al igual que yo, temes que a las personas no les agrades quien realmente eres - lo miré y él tenia la mirada pérdida en algún punto del horizonte - y entonces te cierras y no dejas que nadie sepa lo que realmente piensas.

-No es sólo eso - expliqué - no quiero que me conozcan, no porque no quiero que me juzguen, si no por miedo a decepcionarlos - ahora Pan me miraba haciéndome saber que entendía lo que decía -toda mi familia es tan perfecta y mágica, que la idea de cometer un error y que ellos no lo entiendan es... Es simplemente aterradora.

-Y sientes como si la única opción fuese ser quien ellos creen - razonó él - lo entiendo, por eso quise escapar, Lunare, para conocer más; mas acerca del mundo, acerca de mí...

-Debo admitir, Pan, que a diario me veo tentada por la idea de huir, tomar una mochila con ropa y mis ahorros y correr más allá del limite de Storybrook.

Él rió y dijo:

-¿sólo más allá de Storybrook? Que poca visión, niña.

Molesta por su burla pregunté:

-¿Qué sugieres entonces? ¿Ir a El bosque encantado? ¿El país de las Maravillas? ¿Nunca Jamás?

Pan se me quedó mirando y se encogió de hombros, con algo de verdadera curiosidad preguntó:

-¿Por qué no?

Su pregunta me dejó algo desconcertada, no podía estar hablando en serio. Irme a algún lugar en esta tierra sería algo, no tendría miedo pues siempre podría volver, pero... ¿Otro mundo? Eso era algo extremo que no creía posible. Estaba a punto de mostrarle por que la idea de irme tan lejos estaba fuera de lo posible, cuando mi celular sonó en mi bolsillo.

Apurada, lo saque y comprobé que era nadie más que mi madre... Oh, hada azul, protégeme porque ella va a acabar conmigo.

-Me tengo que ir - dije levantando mi mochila y comenzando a retirarme, pero su voz captó mi atención de nuevo.

-¿Te volveré a ver? -parecía haber verdadera preocupación e interés genuino en su voz.

-Claro que sí... Peter - y tras estas palabras, me vuelvo a adentrar e el bosque.

Los Nuevos HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora