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Desde la copa del pino en el cual me había posado tenia una clara vista de la situación, pero no podia escuchar nada en lo absoluto. Aunque por la manera en que Luna estaba parada, agradecía no estar escuchando a los recidentes de Srorybrook. Quién reconocí como David estaba arrodillado frente a ella, como si de un niño pequeño se tratase, y luego su hija dijo algo más que a pesar de no saber qué, supe que hizo colmar la paciencia de la joven.

-¡Suficiente! -gritó de repente haciendo que casi caiga del árbol del susto, especialmente pues sus pies no tocaban el piso. Baje y me acerqué lo suficiente para apenas escuchar qué decían.

-Luna...-murunó uno de los muchachos que nos había bañado en jugo.

-Yo...yo...- tartamudeó ella y also la vista para encontrarse con que el cielo estaba bastante cerca. Su alivio me llegó enseguida, había algo en ella, en nosotros más bien, que me hacía sentir que sabía lo que  pensaba siempre.

-Estas...volando -se giró a verme y le dedique una  sonrisa -¿una Carrera? -pero sabía cual era su respuesta, aunque no lo hubiera dicho.

Volamos hasta ése punto donde Storybrook se ve desde arriba y le gané, y volví a ganar, una y otra vez,  jugando como niños en el aire. Cómo una musica de fondo los gritos horrorizados de quienes la infravaloraban y creían niña nos acompañaron hasta que finalmente nos sentamos en una rama bastante baja. 

-¿Cómo lo hiciste? - le pregunté al oído.

-No tengo ni la más minima idea -me reí, ocn la mirada aún fija en los habitantes de StoryBrook- ¿Quién eres? - preguntó ella bajito, pero no a mi, le seguí la vista y era el mismo chico de antes. 

-¿Quén eres?- grité la pregunta de Lunare, y todo el pueblo me miró como si hubira perdido la cabeza. El muchacho se carcajeo y se desvaneció, generandome aún más bronca de la que tenía.

-¿De quién habla? -le preguntó Blancanieves a la Reina, y Luna casí que se convierte en piedra delo tensa que le puso el tono de la mijer.

-Somos niños, no incapaces, ni locos, ni villanos. -gritó, haciendo uqe todo el mundo laviera como si estuviera volando otra vez.- He vivido aquí toda mi vida, y me conocen tanto como conocen a Peter Pan: nada. ¿Por qué creen que es?- me puse firme a su lada,haciendole saber que me tenía, que entendía.

Todo el mundo se enfureció, compartiendo murmullos de desaprobación, hasta que una joven, ruvia y con un rostro angelical gritó:

-¡Eso! No nos conocen - Luna y yo volamos a su lado en señal de apoyo.

-Clara, pero ¿de qué hablas hijita?- le reguntó quien asumo es su padre, con un tono plagado de azucar que me dió hasta sierto punto de asco.

-Papá, no me conoces, ¿sabías que sé andar en moto? ¿y que sé pelear? -otra chica,la misma que estaba con los dos muchachos del incidente del jugo, bufó, y creó que la llamada Clara casi la golpea para probarlo - hago boxeo, todos los fines de semana, en Nashville, a media hora en moto - con eso, corrió lejos y volvió en una moto enorme, con una chaqueta de cuero y un casco rosado.

Se acercó a la chica y esta pareció tener más miedo que nunca en su vida, pero Clara no le hizo daño, solo rió y volvió a con  nosotros.

-¿Dónde la conseguiste? -le preguntó Luna.

-Luego de ir a Nashville unas veces y golpear alguna gente, conoces varias personas - ella contestó, como si no fuera la gran cosa, los chillidos desesperados de sus padres probaban que era enorme.

Los Nuevos HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora