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No hubo mucho más tiempo para darme cuenta de nada, lo siguiente que supe es que estabamos bañados en jugo de uva o algo así. Su mirada delató a los culpables, detrás de mi había dos chicos y una chica, quienes parecían disfrutar de nuestro baño más que los demás. Rápido, tanto que de no ser porque la solté Lunare no se habría dado cuenta, me aproximé al grupito dispuesto a cobrar venganza. 

Que suerte para ellos que Luna me detuviese.

Me tomó por el brazo y, a mi pesar, me impidió hacer nada, mirandome tan fijo a los ojos que me di cuenta de que eso no sería racional de mi parte. Pero ya no me importaba lo racional, esto me había golpeado en el orgullo, lo que en en otro tiempo habría significado una gran batalla esta noche me hizo darme cuenta de que éste no era lugar para mi.

A pesar de que siempre lo supe, los últimos días había vivido en un sueño: la idea de una fiesta donde yo podría estar junto a todos, bailando y siendo un chico normal una vez más. El estar con una linda chica y sentir que pertenecía...pero sin duda nada de eso era real, nunca lo fue.

-No te vayas -me pidió ella, me sujetó fuerte de la mano e intent ser más alta para poder mirarme major, pero yo no me pude quedar. Negue con la cabeza y la mire con una tristeza que no sabía que tenia, suplicandole con los ojos que entendiera.

-Este no es lugar para mi y no me quedaré para que me humillen...-me pare y sentí como su cuerpo temblaba a mi lado- no puedo hacer que me quieran, nunca he sido bueno en eso, pero te quieren, igual que yo...y no te lo voy a arruinar -le murmuré bajito, soltando su mano y tratando de marcharme.

-¡Espera! -gritó y requirió todo de mi el no girarme -¡vuelve aquí! -continue caminando, tratando de ignorarla sin saber que las cosas podían ir a peor: -¡Peter, espera! 

Eso sí hiso que me detuviera, aunque no lo pareció pues todo paró junto a mi, incluso los adultos, ajenos a la sitiación pararon de hablar y supe, e su silencio, que estaban dispuestos a terminar lo que empezaron hace años.

-¿Peter? ¿Peter Pan? -escuché preguntó la reina ya no tan malvada,

-Mama...-la escuché susurrar, su voz era débil y temerosa.

-¿Sales con Peter Pan? ¡¿Nos abandonas a nosotros por...por eso?! -escuché chilló uno de los muchachos que antes se carcajeaban.

Se me sumó todo, el dolor de no poder nunca ser parte, la tristeza que me generaba el dejar a Luna allí, la ira que me despertó el saber que ella temía por mi y yo no podia lograr nada a cambio, todo eso, más el grito del muchacho despertó algo en mí, unas ganas de pelear que no sentía en siglos.

-Oh, no deberí­as haber dicho eso -dije entre dientes a la par que saltaba, ya empuñando mi daga dispuesto a hacerlo pagar...pero no pude hacerlo.

-¡No! ¡Peter, para! -me rogó la única persona que tenia un efecto sobre mí y no pude hacerle mal

-Tienes suerte de que respete su decisión -le dije conteniendolo todo, luego me giré a mirarla y le murmuré tristemente: - Te dije que este no era mi lugar.

Y vole tan lejos como mi corazón me dejó, pero no fue mucho más que la copa de in arbol desde dónde podia ver a Lunare y pretegerla en caso de que los heroes tomen medidas agresivas. Como la torre... supongo que eso me hace su caballero al rescate.

Los Nuevos HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora