Llegada

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Un escuadrón anbu corría velozmente en los bosques que rodeaban Konohagakure, ya era cerca de la media noche y ellos avanzaban sin casi tocar las ramas de los árboles al saltar.

Eran silenciosos y mortales, pues de eso dependían sus vidas y más allá, su aldea.

Nadie entraba tan fácilmente a esta rama del mundo ninja, y mucho menos lograr ser líder de un escuadrón de estos.

Adelante iba el que se supone es el capitán, no hay duda ni titubeo en sus movimientos, corre pues él al igual que todos los otros desean llegar a su hogar después de dos meses fuera de su amada aldea.

Gracias a la luz de la luna un par de metros adelante vieron las amplias puertas de Konohagakure y aceleraron el paso en menos de lo esperado entraron. De un salto un grupo de 4 figuras encapuchadas con máscaras de porcelana blanca con diferentes símbolos y animales entraron a la aldea.

Izumo y Kotetsu, los ya conocidos guardianes de Konoha, se acercaron rápidamente mientras escuchaban al extraño grupo pelear sobre quien habría sido el primero en cruzar la entrada.

- Yo entre primero - dijo una voz algo aguda-

- Por favor Tigre, sabes que fui yo, tu eres demasiado lenta - dijo una voz más serena y arrogante, este ninja tenía una máscara de lobo-

- Jajaja los dos están equivocados, yo soy el mejor- el de máscara de jabalí hablo seguro-

- Cállense todos, me tienen con dolor de cabeza desde que terminamos la misión. Casi es como si fueran un grupo diferente al que salió de aquí- dijo una voz femenina pero autoritaria-

- Disculpe capitana- se disculpó el tigre mientras halaba a los otros dos y hacían una reverencia-

Los dos guardias miraban la extraña situación y mirando al que habían llamado capitana, hablaron.

- ¡Identifíquense!- hablo Kotetsu pues no tenían notificado ningún arribo de algún grupo-

- Ustedes siguen iguales, no envejecen - hablo la capitana- pero vamos Izumo-san, Kotetsu- san, ¿porque tanta desconfianza?. - escucho una sonrisa- No cualquier persona levanto la barrera que protege Konoha, ¿tan poco confían en sus camaradas?

- Ha...Haruno-Sama? -preguntaron los dos sorprendidos-

La chica soltó una pequeña risilla mientras se bajaba la capucha y mostraba su rostro al quitarse la máscara.

Ante ellos apareció una joven de rasgos suaves y angelicales aunque en esos ojos esmeraldas se veía la fuerza y frialdad, su nariz respingada y piel con lozanía brillaban bajo la luz de la luna.

Su cabello rosado estaba recogido en una sencilla trenza que se veía que llegaba hasta el final de su espalda y de la cual escapaban un par de mechones rebeldes que perfilaban su rostro. Su sonrisa falta de calidez, pero sincera saludo a los hombres.

Ella se acercó a su grupo y les hablo suavemente pero con su voz no daba lugar a dudas

- Dispérsense, vayan a descansar yo notificare al Hokague.

- Arigato, Capitana - dijeron al mismo tiempo mientras desaparecían en una ráfaga de humo-

De nuevo con los guardias, Sakura hablo con ellos un poco

- ¿Y aun no se acostumbran a la barrera?

- No, estábamos tan acostumbrados a hacerlo a la antigua que olvidamos que no cualquiera puede atravesar esta barrera- sonríe Izumo mientras se rasca una mejilla-

- Bueno pronto se acostumbrarán, además de que evitaremos ataques sorpresa a la aldea- dijo Sakura mientras se quitaba la capa y dejaba a la vista su traje anbu- y el ¿Hokague ha hecho su trabajo o de nuevo a intentado escabullirse de su oficina?

- Jajaja hace un par de semanas nos hizo buscarle por un par de horas por toda la aldea, al final lo encontramos dormido en un árbol dentro del bosque de la muerte - Rio Kotetsu-

- ¡Por Kami!, ya nadie teme a ese lugar - dijo Sakura riendo mientras recordó su primera estadía en ese lugar junto a su equipo, un escalofrió subió por su espalda- Bueno debo irme.

La kunoichi ya se iba a retirar cuando Izumo la detuvo del hombro con el rostro serio.

- Haruno-sama, antes de que se vaya debe saber, el equipo 7 prácticamente decidió llegar el mismo día. En la mañana llego Uzumaki de su misión y hace un par de minutos apareció Uchiha con su equipo y pidieron hablar con el Hokague.

- Supongo que el Hokague los dejo pasar- hablo la pelirosa con rabia contenida-

- Si, Haruno-sama.

- Entiendo, gracias de nuevo, debo solucionar algo

Y allí bajo la luna a la entrada de Konohagakure, en medio de un remolino de flores de cerezo negros desapareció la kunoichi frente a la atenta mirada de los guardias.

Anbu: El cerezo negro (16+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora