Capítulo 14

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No sé muy bien qué estaba pasando, pero un segundo estaba en mi casa y al otro me encontraba en una habitación blanca y rodeado de personas. Me dolía la cabeza y todo me daba vueltas, sentía un peso en mi pecho y apenas podía moverme. Antje estaba enfrente de mí y a su lado estaba Valentine, Yale y Eleonor estaban a mi derecha y Zelig a mi izquierda.

-¿Dónde estoy? -pregunté, tenía la boca seca y mi voz sonó muy apagada y áspera.

-En el hospital -me respondió Antje, se veía preocupada- ¿Cómo te sientes? ¿Quieres algo?

-Tengo sed -me senté, todos me miraban detenidamente y no apartaron la vista ni un segundo.

Antje se dirigió hasta mi lado y tomó un jarra que estaba sobre la mesa de noche, llenó un vaso y me lo dio. Bebí con desesperación, sentía que me habían sacado toda el agua de mi cuerpo.

-¿Qué sucedió? -nadie dijo nada, solo se limitaron a observarme-. Pregunté, ¿qué sucedió?

-Te desmayaste -dijo Yale, se encogió de hombros y luego esbozó una sonrisa burlona-, y después te dio un shock anafiláctico, estás muerto -hizo un gesto teatral-, estamos en tu funeral, ¿por qué? Era tan joven. -se cubrió la cara con las manos y comenzó a sollozar exageradamente.

-Yale, basta -le espetó Eleonor.

-¿Tuve un shock anafiláctico? -Alcé una ceja-. ¿Tengo cara de idiota?

-Es verdad -dijo Zelig-. Tu mamá estaba cortando fresas cuando te desmayaste, no se lavó las manos y te tocó la cara.

Yale soltó una carcajada estruendosa y Eleonor le propinó una patada en la pantorrilla.

-Basta, Yale, esto no es gracioso.

-Perdona, linda.

-De verdad, Antje, ¿qué clase de madre eres? -comentó Valentine incrédulo.

Antje suspiró pesadamente y se sentó a mi lado.

-Perdóname, pero me preocupé mucho y se me pasó lo de tu alergia -tomó una de mis manos entre las suyas-. Mejor me deshago de las fresas de una vez por todas antes de que de verdad te mate por algo como eso. -besó mi mano.

-Espera, ¿quiere decir que hoy casi muero?

Hubo un silencio incómodo, pero Valentine lo rompió.

-¿Quién tiene hambre? Tengo hambre, no se ustedes -posó una mano sobre su abdomen y comenzó a describir círculos con ella.

-¡Vayamos a la cafetería! -soltó Antje-. Dejemos que Neferet descanse y coma algo, vamos -se dirigió a la puerta seguida de Yale, Eleonor y Valentine, Zelig arrimó una butaca y luego se sentó.

-No quiero hablar contigo -me tapé por completo con la sábana y me acosté, Zelig, aún sentado, trató de quitarme la sábana, pero luego dejó de hacerlo.

-Yo tampoco quiero hablar contigo -me espetó-, pero quiero verte la cara. -volvió a jalar la sábana.

-¿Para qué quieres verme la cara? Me has visto dormir no sé cuantas horas -dejé de forcejear, ¿cuánto tiempo había pasado desde que me desmayé? ¿Una hora, dos, tres?- ¿Desde hace cuánto estoy durmiendo?

-Te tuvieron que sedar, no saben porqué pero te pusiste violento, mordiste a una enfermera y casi huyes. Llevas casi dos días durmiendo.

-¿Cómo? -palidecí-. ¿Casi dos días?

Zelig asintió ligeramente con la cabeza.

-Fue culpa de la dosis del sedante, creían que volverías a despertar y te pondrías más violento. Luego paso medio día y seguías sin despertar, tus signos cayeron, te reanimaron una vez, a tu mamá casi le da un infarto, te sacudió, te abofeteó, hasta te gritó "¡Neferet! ¡Por favor, tú no!"

Como te odio [Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora