Capítulo 15

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Al final de clases, Yale nos arrastró a Valentine y a mí hasta un centro comercial muy concurrido, estuvimos vagando por las tiendas como por media hora hasta que Yale se decidió por sentarse enfrente de una tienda de donas.

-Verán -comenzó a decir Yale-, si vamos a pedirle ayuda a esta persona, deben dejar que yo hable, ¿ok? Esta persona es muy peligrosa y preferiría que no se metieran en problemas.

-¿Y pretendes ver a "esta persona", enfrente de una tienda de donas en el centro comercial más concurrido de la ciudad? -dije irritado-. Vaya que eres un idiota Yale, así cualquiera nos ve y nos escucha.

-No entiendes, este lugar es perfecto, las personas están muy distraídas como para prestarnos atención, y por el gentío apenas se escucha un avión despegar. ¿Acaso no viste lo que pasó en Harry Potter y la Orden Del Fénix? ¿Cuando Hermione convoca una reunión en la taberna menos concurrida de todo Hogsmeade y al final todos se enteran del Ejército de Dumbledore? Por favor, Neferet, te creí mas listo.

Me ruboricé un poco, Yale tenía razón, con el gentío apenas escuchaba algo y las personas estaban muy distraídas como para poner su atención sobre tres adolescentes pedantes.

-¿Y a qué hora llega tu contacto? -preguntó Valentine, su tono fue muy calmado, parecía mas feliz que preocupado, como un niño de ocho años que espera a que le compren su helado favorito.

-Déjame ver -Yale sacó su teléfono y consultó la hora-. Debe estar por llegar -dirigió su mirada al tumulto de gente que se aproximaba, se puso de pie cuando divisó a un chico con gorra roja. Yale le estrechó la mano al chico y este le dio un abrazo seguido de una palmada en la espalda, cuando se acercó a la mesa lo pude ver mejor, llevaba una camisa a rayas, unos vaqueros y unas zapatillas deportivas, por su barba de hacía tres días, deduje que debía tener más de veinte, la gorra le tapaba el cabello por completo y parte de la cara y por como movía constantemente la mandíbula pude saber que mascaba un chicle.

-¿Qué hay? -nos dijo cuando se sentó, su tono hizo que la frase pareciera más una expresión que una pregunta.

-Chicos, él es Águila, uno de los mejores informantes y vigilantes del mundo, sin mencionar que sabe de todo.

-Todo lo que necesites yo lo tendré, y si no, lo conseguiré para ti -Águila me tendió una mano y yo se la estreché. Extrañamente, olía a manzana y canela.

-Yo soy... -iba a decir mi nombre, pero Yale me interrumpió antes de hacerlo.

-Nunca le des tu nombre.

-El nombre de una persona tiene poder, si me dices tu nombre seré el dueño de tu vida -me espetó Águila.

-Llámalo Eule -le dijo Yale a Águila.

-¿Eule? -Águila se encogió de hombros-. Bien. Entonces, Eule, dime ¿Qué quieres saber? -juntó sus manos y las posó sobre la mesa.

-Esto... -vacilé-. Desde hace más de un mes, cosas han estado despareciendo de mi habitación, cosas personales y con gran valor sentimental...

-¿Cosas cómo qué? -me interrumpió Águila, pude versus ojos, eran negros, brillaron de curiosidad.

-Cosas -me limité a decir-. No son nada del otro mundo, pero significan mucho para mí.

-¿Por ejemplo? -insistió Águila.

-Una esfera de cristal con un pequeño coliseo romano, ¿feliz? -dijo Yale.

-Sí, continúa.

-Bien -continué-. No solo han desaparecido cosas, también han aparecido una serie de fotos, tanto viejas como recientes -Águila abrió la boca para decir algo pero la cerró de inmediato-. Todas fotos mías, y no solo eso, si no que también en un par de estas fotos sale como una firma, «ZZ», hasta ahora creemos que son las iniciales de un acosador.

-¿Un acosador dices? -Águila silbó con asombro-. Venga, hombre, cualquiera roba cosas y saca fotos, eso se llama extorsión.

-No, no es extorsión, esto es obra de un acosador -dije con firmeza.

-¿Tienes pruebas de que sea un acosador?

Entre Yale y yo le explicamos con detalle todo lo que sucedió en el transcurso del último mes a Águila, le contamos todo y con detalles, pero claro está, omitimos la parte del anillo de plata.

-Vale, viendo lo que dicen, todo encaja con un acosador, pero no he oído hablar de ningún acosador que use esa táctica -Águila se tocó el mentón con la yema del dedo varias veces-. Si pudiera ver esas fotos... -dejó la frase en el aire.

Miré a Yale, con la mirada me decía que debía confiar y mostrarle las fotos, pero el tal Águila no me daba buena espina, empezando por al hecho de que parecía drogadicto, alcohólico, narcotraficante... Desistí y saqué las fotos de mi mochila, coloqué sobre la mesa solo las que tenían las firma, las demás las guardé. Águila comenzó a examinarlas detenidamente, y después de un rato llegó a la siguiente conclusión:

-Sí, se trata de un acosador, pero no de cualquier acosador, a este si lo conozco, pero no les puedo decir quién es.

Por un segundo un poco de esperanza comenzó a brotar dentro de mí, pero con lo último que dijo Águila, todo se derrumbó.

-¿Por qué no? -le espeté.

-Porque este tipo es muy peligroso, el más peligroso que he conocido, no tiene sentimientos, es frío y calculador, si se llegara a enterar que les di información, me mataría.

-Oh vamos Águila -dijo Yale-, te he visto hablar de más y todavía sigues aquí.

-No entiendes, Zorro. Este tipo es muy macabro, no mata a sus víctimas, pero si hace que se vuelvan locas, tanto que se suicidan.

-¿Y si hace esas cosas, por qué la policía no lo busca?

-Porque, según la ley, no esta haciendo nada malo, no hace más que enviar notas y fotos, pero esta es la primera vez que lo veo robar cosas de valor sentimental, comúnmente roba cosas inútiles, como el bolígrafo que dejas olvidado al fondo de la cartuchera.

-¿Por eso le temen? -preguntó Valentine con escepticismo, hasta yo dejé de creerle a Águila.

-No, no es por eso. Es por que ha vivido mas de cien años -se me heló la sangre-. Siempre ha usado la misma táctica, al principio no era mas que un tonto bueno para nada, pero después de un par meses, se volvió loco. Una vez mató a una de sus víctimas, nunca lo olvidaré, fue una mujer, la violó y luego la mató a sangre fría, encontraron el cuerpo de la mujer enfrente de su casa, desnuda y sin los brazos y las piernas, tenia escrito en el abdomen «ZZ». Después de eso dejó de acosar, llegaron varios rumores de que había muerto, pero meses mas tarde, reapareció, misma táctica, mismo modus operandis, no mató a nadie en veinte años. Luego volvió a desaparecer, hasta ahora. -Águila deslizó las fotos hasta mí-. Por favor, no digan que me vieron o que hablé con ustedes. -se puso de pie y se fue.

Palidecí, me quedé callado, estaba impactado y asqueado. Vi a Valentine y estaba pálido como un papel, Yale tenía la vista fija en sus manos, temblaba. Por el modo en que Águila nos había contado sobre ese tipo y por como se fue, sabía que nos habíamos metido en un terreno peligroso del cual no teníamos salida.

Como te odio [Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora