Como te odio [Yaoi/Gay]

Capítulo 24

-Yo tenía algo importante que decirte. -dijo Valentine entre sueños.

-¿Ah, si? ¿Qué era? -dije divertido.

-No lo recuerdo, pero era importante, Yale me había dicho... Me había dicho... -silencio.

Cuando bajé a la cocina, Antje me dijo que le estaba estorbando y que mejor sería que fuera a perderme por ahí, volví a mi habitación y me senté en el escritorio para estar un rato en Internet cuando Valentine comenzó a hablar dormido, al principio no le hacía caso, pero después comenzó a llamarme y tuve que responderle para que se callara y, para mi sorpresa, siguió con el hilo de la conversación.

-Ya me acordé -ronquido-. Yale... Ya sabes... Ese, el chico rubio.

Reí por lo bajo, era como si estuviera hablando con alguien pasado de copas.

-Si, sé quien es Yale, ¿qué te había dicho?

-Él dijo que... Qué... -se calló, dio la vuelta y se sentó, no abrió los ojos, seguía dormido-. Descubrió algo... Algo importante, pero... Pero no... No lo dirá hasta llegado su momento. -bostezó.

-¿Hasta llegado su momento? Interesante, ¿no te dijo de qué se trataba? -había desviado la mirada por un segundo y cuando me volví hacia él, estaba profundamente dormido-. Tendré que llamar a Yale -suspiré.

Tomé mi teléfono y marqué al número de Yale, después de dos tonos me mandó al buzón de voz, volví a llamar, sucedió lo mismo. Intenté llamarlo a su casa, pero no respondían, llamé a Eleonor, pero su teléfono estaba apagado, ¿qué estaba sucediendo? ¿Yale me estaba evadiendo? Utilicé un último recurso, llamé a Zelig.

-No creí que llamarías -escuché la voz de Zelig al otro lado de la línea.

-¡Yale! ¡Necesito hablar con él! -dije casi gritando.

-Hola Neferet, yo estoy muy bien, no he dejado de pensar en ti.

-Zelig...

-No está, nadie está, de hecho. Cuando llegué a su casa, todos estaban saliendo para no sé donde.

-¿Y por qué no fuiste con ellos?

-Castigado, ¿recuerdas?

-Ah, cierto. -suspiré.

-¿Cómo te fue con Valentine? ¿Qué le dijiste?

Volví a suspirar.

-La verdad, ¿qué mas le iba a decir?

-Es que creí que tú, Neferet Klein, el rey de las mentiras, le armaría toda una historia a su amigo.

-Valentine es mi mejor amigo, no tenemos secretos.

-Me siento celoso por ustedes dos -su voz se volvió seria-. ¿Y si mejor te haces novio de él?

Solté una carcajada.

-¿Hablas en serio? ¿Eres idiota o hiciste el curso?

-Ambas cosas -rió.

Hablé por más de una hora con Zelig, fue la conversación más larga que yo haya sostenido con una persona, ni con mis abuelos hablé tanto. Durante toda la llamada comencé a jugar con mis manos o a darle vuelta a un lápiz entre mis dedos, ¿desde cuando hacía eso? Al final, tomé una hoja en blanco e hice una especie de nube con cara y brazos.

«¡Lo ha dejado su esposa!» le decía a Zelig con mucho entusiasmo, él se reía y me decía que, aunque no pudiera ver el dibujo, debía de ser muy lindo. En una esquina firme con la fecha del 19/09/17 día en el que me desmayé, al reverso coloqué la fecha verdadera: 23/10/17, seguido de un «Esta nube eres tú en un par de años». Cuando se hicieron las 6:30, Zelig me había dicho que debía colgar, en cualquier momento llegaría Yale y si lo encontraba hablando conmigo se pelearían, le insistí varias veces para que no colgara, pero me resigné después de un rato.