Capítulo 24. | Fin de semana en Seattle.

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– Maggie, creo que te equivocaste de habitación – dije quitándome los audífonos y dejando el Ipod sobre la mesa de noche.

– No, ¡definitivamente esta es la que estaba buscando! – exclamó en tono sensual sentándose a mi lado.

– No pretenderás dormir aquí, verdad? – pregunté haciéndome el desentendido.

– No pretendo precisamente dormir Norman – respondió poniendo su mano sobre mi muslo – ¿sabes?, has sido mi fantasía los últimos diez años de mi vida y ahora quiero hacerla realidad.–

– Maggie, está aquí toda mi familia, incluida Julie, tu amiga.–

– Todos están en sus habitaciones – se sentó sobre mí – prometo no hacer ruido – añadió y me besó apasionadamente.

Puse mis manos en su cintura y le correspondí el beso. ¡Qué diferente era su sabor al de la desconocida de anoche!, su forma de besar. Empezó a lamer y mordisquear mi cuello, estaba logrando excitarme, pero nada comparado a las caricias que ella me provocaba, estaría a mil con ella si me mordiera, pero. ¿qué estaba  haciendo?, ¿comparándola?, jamás había hecho comparaciones antes, me quedaba claro que cada mujer era única. ¿Por qué ahora pensaba en ella y deseaba que fuera la que estuviera ahí?

Maggie subió a mi oreja y la lamió, yo estaba estático, como nunca, mi cuerpo estaba ahí, mi mente a kilómetros.

– Me he reservado para ti, quiero que seas el primero, como siempre lo soñé – susurró en mi oído trayendo mi mente de regreso.

Y, sin saberlo, me dio la clave para detenerla, así que la cargué y la puse a mi lado, me levanté de la cama y me llevé una mano a la cabeza, haciendo mi cabello para atrás.

– ¿Qué pasa?, ¿nunca has estado con una virgen? – preguntó inocentemente.

– Maggie, la primera vez en la vida de una mujer es importante, tiene que ser especial, es algo que siempre recordará.–

– Lo sé, porque eso quiero que sea contigo – exclamó hincándose en la cama para alcanzarme, pero yo me hice para atrás.

– No es buena idea – aseguré.

– ¿Por qué no?, ¿no te gusto?, ¿no me encuentras atractiva?–

– No es eso Maggie, eres muy hermosa, pero mereces que tu primera vez sea única...– guardé silencio buscando las palabras adecuadas – ...mereces que sea con alguien que te quiera, no con quien está pensando en otra persona.

– ¿Qué?, ¡¿estabas pensando en alguien más?! – preguntó desconcertada y desilusionada.

– Sí, no voy a mentirte, por eso no merezco que me entregues tu inocencia, espera a que llegue el indicado, el hombre que te quiera y que esté feliz de ser el primero en tu vida, yo no soy ese hombre.–

– No sabía que tuvieras novia, eso sí es una sorpresa, el inconquistable Norman Reedus al fin ha sido cazado.–

– No es mi novia... – dije sin pensar – ...aún – añadí sorprendiéndome a mí mismo.

– Entonces no hay ningún obstáculo para hacerlo conmigo.–

– Hay más de uno Maggie, eres amiga de Julie, estamos en la casa de mis papás, tú y yo no somos nada y aunque ella no sea mi novia está en mi mente, no quiero perjudicarte, será mejor que te marches.–

– Vale– exclamó y se levantó de la cama acercándose a la puerta – no me importa que pienses en otra, es más, si quieres imagínate a Megan Fox, pero hazme el amor – agregó acorralándome contra la pared.

Ardiente Tentación | Norman Reedus | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora