Babydoll [Terminada]

18 (Parte 2)

Cuando iniciaron las clases el segundo día, que fue cuando me presenté, vi que a lo lejos una chica me echó el ojo y se mordía los labios mientras me desnudaba con la mirada, yo solo estaba nervioso mirando hacia todas partes para aprenderme los nombres de todos mis nuevos compañeros, lo cual ya era un problema para mí.

En el recreo, justo antes de salir, la misma chica que me miro mientras me presentaba, me alcanzó y me agarró de brazo: -¿Cómo estás nene?- me dijo con una sonrisa en la cara -Pues extrañado, pero bien, ¿Y tú?- le respondí un poco angustiado -Pues ahora estoy bien, gracias por preguntar, ¿Quieres ir a dar una vuelta por ahí?- -Seria un placer, pero tengo novia así que...- -No te estoy preguntando si tienes novia o no, te pregunté si querías ir a dar una vuelta y el tiempo está corriendo, precioso- - JAJAJA, Está bien, vamos-

Aída era una chica curvada, de pelo negro como un destello de sol y largo como la noche, tenía unas caderas levemente marcadas y unos ojos verdes que me miraban con cautela y picardía cada vez que volteaba a observarlos. Era un poco más alta que yo y usaba lentes de contacto supliendo unas gafas grandes y redondas que no le gustaba usar.

Cuando íbamos caminando, vi en ella algo que no había visto en nadie y eran los nervios. La pobre chica no podía dar un paso si tocarse el cabello, estirarse los dedos, trabarse la lengua o alguna otra señal de angustia e incomodidad que solía demostrar cada cierto tiempo.

Tocaron la campana, volvimos al salón lentamente riéndonos de algún niño pequeño que se caía de vez en cuando y sonriendonos mutuamente cada vez que nuestros ojos se dieran la oportunidad, esos detalles me ponían cada vez mas tonto, me iba sacando a Sassi de la mente poco a poco y aún cuando ella y yo ya sabíamos que estaba comprometido, no hicimos nada por evitarlo.

Pasaron pocas semanas, había echo yo un par de amigos tanto en mi curso cómo en otros así que para mí, era muchísimo más fácil "expandir" mi terreno social en ese nuevo lugar al que me había sometido voluntariamente.

-Vastían, ¿Quieres que algún día de estos, salgamos todos por ahí?- Dijo sonriendo