Babydoll [Terminada]

10 (Parte 2)

Cuando estaba en pleno orgasmo, tuve que sacar mi pene de su interior muy rápido obviamente para no venirme dentro de ella, así que mientras mi semen caía sobre el suelo ella me agarraba de las caderas y se agachaba para empezar a mamarmela, tenía una cara de miedo, sorpresa, placer y ansías, y cuando metió mi pene en su boca, aprecié sus ojos retorciéndose mientras hacía gemía tan fuertes, que me daban ganas de taparme los oídos.

Termino, se levantó y me hizo acostarme ahí, en la ducha, lo cual aunque era bastante incómodo, me llamaba la atención. Sassi era virgen, pero tenía mucha iniciativa, y eso me gustaba, me gustaba demasiado. Una vez me había recostado en la ducha, ella se colocó de espaldas sobre mí y mientras le corría el agua caliente por la espalda, empezó a pegar brinquitos, acompañados de sus fuertes gritos y gemidos, estaba en sonido que provocaban sus nalgas al golpearse contra mi pubis. Estaba emocionadisimo, su piel suave y mojada recorría cada centímetro de mi cuerpo y solo el hecho de tenerla sobre mi, follandome como algunos dirían vulgarmente, ya me ponia a sudar.

Luego de un rato cambiando de posiciónes y de haberla echo venir otro par de veces, cerré la llave de la ducha, me limpié y la ayude a secarse mientras le daba besos en todo el cuerpo. Nos pareció excitante la idea de ir a mi cuarto y que yo le aplicara a Sussi crema corporal y le hiciera masajes, ella me susurro esta idea en el oído con mucha malicia y luego me beso con fuerza mientras me masturbaba con su mano izquierda, encantador la verdad.

Puse una toalla sobre mi cama y coloqué a Sassi bocabajo, pude notar como sonreía y se acariciaba un seno. Fui a mi mesa de noche y saque una crema Nivea que estaba prácticamente nueva, me senté con suavidad sobre su espalda, me apliqué crema en las manos y empezé a masajear sus hombros y su cuello con suavidad, pero con fuerza. Ella hacia pequeños sonidos de placer y me decía al oído cosas muy hermosas que no te voy a contar hoy.

Llegó a un punto en el que le levanté las caderas y empecé a penetrarla por el ano, ella no dejaba de gritar y me agarraba las piernas con toda su fuerza. Seguí pero ahora agarrándole el pelo con firmeza desde una coleta que se había hecho hace ya un rato.

Sassi y yo estábamos cansados, me tiro contra la cama luego de que le diera contra la pared y empezó a besarme como pocas mujeres lo han hecho en mi vida. Nos abrazamos y nos dijimos un par de cursilerías en la cama que tampoco te voy a relatar ahora, pero solo se que esa tarde, fue el sexo más intenso que mantiene con alguien en mi vida, o al menos hasta ese momento si lo era...