Capítulo 20 🐺

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Ari

Su rostro está impecable, sin rastros de sangre. Sus ojos grises se mantienen cerrados como si estuviera dormido. Cualquiera creería que toma un descanso. Ojalá fuera eso. Me costó encontrar fuerzas, pero tuve que hacerlo. Quiero decirle adiós correctamente a este ser maravilloso que me enseñó tanto.

Me dejó caer, me permitió cometer errores y resolver las cosas antes de intervenir si necesitaba su ayuda o mantenerse al margen si no lo hacía. Me ha preparado para el día en que no estuviera aquí.

Me enseñó todo lo que sé sobre mis habilidades.

Me enseñó a amar mi lado druida.

Me enseñó a creer.

—Hola —sonrío tristemente —. Odio verte en estas circunstancias. Merecías más, Kellan. Merecías el mundo entero.

Acaricio su suave cabello rubio y tomo sus frías manos entre las mías. Voy a tener mi momento con él en la morgue antes de que sea trasladado a Irlanda. El señor Aiden se hizo cargo del asunto. Kellan descansará en el cementerio de su pueblo.

—Lo siento tanto —Mi miserable sollozo es apenas audible —. Lamento que hayas sido otra víctima más por ser mi amigo. Tenías tanto por vivir y disfrutar. ¿Qué diablos haré sin tus exigencias y regaños? Echaré de menos cada golpe que recibía en las mañanas. Te extrañaré muchísimo, Kellan.

Parpadeo a través de las lágrimas, no logro aceptar que está muerto. Mi druida favorito se ha ido. Mi gran y leal amigo.

—Prometo que seguiré aprendiendo y seré la mejor en mi especie. Usaré todo este poder, seré letal y haré pagar a quienes te hicieron esto. Estarás orgulloso de mí, Kellan —Me agacho y deposito un beso en su frente —. Fue un honor conocerte, amigo mío. Gracias por tanto, nunca te olvidaré.

Mi barbilla tiembla mientras cubro su cara con la sábana y abandono la fría habitación. Asher me espera con las manos en los bolsillos y ojos llenos de preocupación. Apenas durmió anoche. Lo he mantenido despierto durante horas a causa de mis llantos.

Siempre estará ahí para sostenerme.

—¿Algo más que necesites hacer? —me pregunta, rodeando mis hombros con uno de sus brazos —. Me tienes aquí.

Una sonrisa asoma mis labios por primera vez en el día. Asher tiene la habilidad de hacerme sonreír en los momentos más tristes.

—Necesitaba despedirme por última vez —musito —. Espero volver a encontrarme con él algún día.

Asher suspira y caminamos hacia la salida. El médico nos da un asentimiento al vernos pasar. Mi corazón duele por esta despedida. Me toca salir adelante sin Kellan. Un duro trabajo me espera.

—Rogaremos para que ese día llegue después de milenios.

—¿Crees que las trillizas serán buenas instructoras? —inquiero una vez fuera.

El día está nublado e indica que la lluvia se acerca. Me gustaría tirarme en nuestra cama, pero debo volver a la Fortaleza. Hoy empieza mi entrenamiento con Mila y sus hermanas.

Estoy ansiosa.

—Me dieron la sensación de que sí —contesta Asher —. Tu padre confía en ellas.

Extraño cuando Josh es un hombre muy cauteloso.

—Quiero que lleven a cabo de una vez el hechizo de mi hermano. Abigail estará más débil sin el alma de Theo.

Asher se muerde el labio en un gesto pensativo.

—¿Has pensado que algo podría salir mal?

El miedo escala por mi columna vertebral, trayendo rigidez a mis brazos.

Dulce Perdición [En librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora