Capítulo 3: Propuesta inesperada

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Prov. Alexandro

Estaba con Rodolfo en un café, discutíamos por el hecho de que el no está de acuerdo en lo que he hecho de mentirle a mi abuelo sobre mi esposa y mi hijo, pero él nunca entenderá mis razones, he trabajado muy duro para llevar a OCA COMPANY  hacia donde está para renunciar así de fácil solo por un maldito capricho del abuelo. Estábamos inmersos en una acalorada discusión cuando de repente escuchamos unos gritos muy fuertes, eran de una niña y luego se escucharon los gritos de una mujer gritando que soltara a su hija, que la estaba lastimando.

Abril: Deje a mi hija, desgraciado, yo solo tomé lo que me correspondía por las horas que me hiciste trabajar sin paga. Deja a mi hija o te saco los ojos.-dijo asustada, nunca había visto a su hija quejarse tan fuerte.-Déjala, la lastima.-Dijo llorando.

Alexandro: Maldito desgraciado.-Dijo dándole un puñetazo.

Mayita: Mami.-Gritó la pequeña.-me duele mucho mamá.

Abril: Mayita mi amor, cálmate sirenita.-dijo llorando del dolor y la impotencia, no soportaba ver a su hija así.

Alexandro: Rodolfo, encárgate de esta lacra.-dijo con odio mirando a Don Julio que estaba limpiándose la sangre de su boca.- Voy a llevar a la niña a un hospital, está a la vista de que este imbécil la lastimó.-dijo mientras veía como la niña se retorcía del dolor.

Don Julio: Yo no le hice nada, yo solo la agarré del brazo, porque la mocosa me mordió y solo porque encontré a esta delincuente robándome.-dijo enojado.

Abril: Solo lo hice porque usted no me quiso pagar todo lo que trabajé la otra noche, me hizo quedarme hasta casi entrada la madrugada y no quiso pagarme.-dijo llorando desesperada con Maya en los brazos.-Ya chiquita, ya no llores, te vas a poner bien.-Dijo mientras trataba de calmarla.

Alexandro: Ya cállese la boca retardado mental.-dijo apretando los puños cuando aquel hombre se disponía a hablar.-¿Que no ve que es una niña?. Ya sabes que tienes que hacer Rodolfo.-Dijo mirando a su amigo.

Rodolfo: No te preocupes, yo me encargo de él.-Dijo mirando al señor que lo miraba con miedo.

Alexandro: Vamos a llevarla a un hospital.-Dijo agarrándola por un brazo y sacándola de ahí prácticamente a la fuerza.

..................... Lo siento Magi, de verdad que lo siento, pero ya no necesito tus servicios, tenemos muchas pérdidas, y estoy pasando por una mala racha, no puedo tener más empleados en la peluquería.-Dijo el dueño del lugar donde trabajaba.

Magi: Entiendo, de todos modos gracias por la oportunidad.-Dijo triste.- Dios! Y ahora cómo le hacemos para pagar las medicinas de sirenita.-Dijo y sus ojos se cristalizaron. Abril se morirá cuando sepa que me quedé sin trabajo.-Dijo y empezó a avanzar.

Alexandro y Abril estaban esperando noticias de la Mayita. Alexandro no dejaba de mirarla, sentía una sensación.

Abril: ¿Es que tengo moros en la cara o qué?—Dijo al darse cuenta de la mirada de Alexandro hacia ella, la hacía sentir incómoda.-¿Por qué no deja de mirarme?

Alexandro: Creo que su mamita debió enseñarle modales.-Dijo molesto.- ¿Le parece que esa es la manera de tratar a la persona que la ayudó? No, no, mal muy mal.-Dijo apretando la mandíbula y ella bajó la mirada.-Levante la mirada.-Dijo con autoridad.-Me gusta que cuando hablo me miren a la cara, además es de mala educación señora.

Abril: Buena ya! Puede cerrar la boca, estoy muy nerviosa, mi sirenita está mal, no sabe cómo me pone escucharla llorar y yo sin poder hacer nada.-Dijo al borde de un ataque.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora