Siempre fuiste tú

Capítulo 34

Los días fueron pasando. Alexandro se recuperaba favorablemente, aunque debía tener un reposo absoluto. Abril llevaba a Mayita todos los días a verlo. Se sentí rara porque cada vez Alexandro se portaba más indiferente y eso de algún modo le estaba doliendo. Magi siguió trabajando con Arturo, cada día se compenetraban más, estaba muy contenta por estar haciendo lo que le gustaba y más teniendo el apoyo de Arturo. Rodolfo por su parte, se sentía estúpido, recién se había dado cuenta de lo que Magi significaba para él. Necesitaba hablar con ella, quería abrirse y no le importaba que ella estuviera con otro, necesitaba decirle lo que sentía. Susana por su parte, no se resignaba a la idea de perder a Alexandro, sabía que había cometido un error estúpido en el momento que lo engañó, pero no podía dejarlo escapar, y para ello ya estaba ideando un plan para volverlo a conquistar.

Alexandro: Que bueno que ya estoy en casa abuelo, te juro que no soportaba un día más en ese hospital.- Dijo mientras su abuelo lo ayudaba a recostarse en el sofá.

Felipe: Ya deja de quejarte, si era necesario hubieras durado más tiempo, es por tu salud. Además, ni creas que no me di cuenta que estuviste trabajando desde el hospital.- Dijo enojado.- Es que no se que tienes en la cabeza. Estuviste a punto de pasar al otro lado del mundo, caray hijo, no seas tan terco y descansa.

Alexandro: Ya abuelo, deja de regañarme, en un mes lanzamos el nuevo producto, no puedo darme el lujo de perderme un solo detalle. Sé que Rodolfo y tú están pendientes, pero quiero saber todo lo que se mueve en cuanto al asunto.

Mayita: Papi!.- Gritó y se fue corriendo hacia él. Se sentó en el sillón y le dio varios besos en la cara.

Alexandro: Dios!, esos besitos curativos saben a gloria.- Decía mientras Mayita repartía besos en su cara. Abril venía detrás de ella y se quedó observándolos. Le encantaba verlos juntos, habían una conexión entre ellos que llegaba a erizar su piel.- ¿Cómo te fue en el colegio princesa?

Mayita: Bien papi, la maestla me enseñó los númelos papi.- Dijo provocando la risa de todos.- Mila que ya se- Dijo y empezó a contar mostrando sus dedos.- Uno...., dos.... Tles... cuatlo, cinco, seis. Sete..ocho...nueve y diez.- Dijo moviendo sus manitos.

Alexandro: Dios pero que niña más inteligente tengo.- Dijo abrazándola y haciendo muecas de dolor. Tenía puesto el cabestrillo por su herida del hombro y vendas en el costado.

Abril: Mayita, mi amor por favor ten cuidado, recuerda que papá se está recuperando.

Don Felipe: Déjala Abril, deja que disfruten los dos. ¿Cómo estás hija?- Dijo acercándose a ella y dándole un beso en la mejilla.- Estás un poco pálida, ¿te sientes bien?

Abril: Este sí, es solo que estoy un poco mareada, pero debe ser por lo del bebé.- Dijo mirando a Alexandro quien la miraba atento.

Alexandro: Lo mejor será que llamemos al doctor para que te revise.- Dijo preocupado.

Abril: No, no es necesario, son síntomas normales por el embarazo.- Dijo mirándolo con tristeza.

Mayita: Mami, ¿cuál bebé?- Preguntó con inocencia y con curiosidad.

Don Felipe: Yo creo que ustedes dos tienen algo importante que decirle a Mayita.- Dijo con una sonrisa tierna.- Yo los dejo para que hablen mejor.

Abril: Mi amor, lo que pasa es que mamá, tiene a un bebé creciendo aquí.- Dijo tocándose el vientre y Mayita abrió los ojos.- Vas a tener un hermanito mi amor.- Dijo con una sonrisa tierna mientras Alex se deleitaba mirándola embobado.

Mayita: De veritas mami?- Dijo emocionada.

Alexandro: Sí princesa, vas a tener un hermanito.- Dijo acariciando su carita.