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Sirius observa a Remus. Su rostro está vacío.

—¿Me usaste?

Remus alza la vista y asiente un segundo después. Sirius se deja caer contra la pared, ahogando la sensación de desesperación en su pecho contra sus manos aplastadas en su cara.

—Querías embarazarte —gruñe— pero no de él. ¿Por qué yo?

—Sirius —dice Remus, y Sirius alza la vista, pero Remus no lo está llamando. Le está respondiendo—. Sirius. Sirio. La estrella más brillante del cielo. Sirio. Una estrella. Siempre lo supe. Siempre...

Entonces, Sirius recuerda. Una mancha blanca sobre su muslo, en forma indefinida si no lo supiera. Pero sí. Es una estrella. Sirius está en su piel, y Remus lo siente.

—Era yo. Siempre fui yo —la voz le brota, ahogada en dolor. Está llorando. Y no es el único—. ¿Entonces por qué...?

—No creí que pudieras quererme —susurra—. No después de lo que viví. De lo que me hicieron. De no ser... —Remus no necesita decirlo, y Sirius cree que tampoco necesita oírlo—. No creí que pudiera importarte de esa manera. Ni siquiera debías de saberlo, nunca. Desaparecería de tu vida. Sólo necesitaba... quería... quería que ...

Sirius acorta la distancia que los separa. Lo sostiene del rostro, duro pero suave, firme pero frágil. Sus labios cubren los suyos y Remus solloza sin lágrimas, un nudo de angustia brotando de su garganta.

—Cada día desde que te sacaron del instituto pensé en ti —murmura, triste—. Nunca dejaste mi mente. James lo dijo mil veces: «déjalo ir, Sirius». Y yo lo intentaba. Te juro que lo intentaba. Pero no podía sentar cabeza. Ninguno era... —suelta su rostro, toma sus manos y las posa sobre su pecho. Su corazón retumba, cada latido desgarrándole en dos, en tres, en mil trozos afiliados como cuchillas— ninguno eras tú.

Remus llora y se abraza a él. Su corazón late tan apresurado contra el suyo que, por un momento, son dos corazones latiendo en un mismo ser. Son dos almas abrazándose, dos almas gemelas que nunca han estado tan cerca.    

No se besan nuevamente. Pero el amor no sólo se demuestra con besos.

Sweet CreatureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora