Capítulo 7: ¿Serán celos?

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Al llegar a mi casa Carolin se me acercó rápidamente y asustada.

-Carolin: ¡Emma! ¡Donde rayos estabas! -dijo alterada y un poco enojada.
-Emma: Rayos con tanto coraje que tenía orita se me pasó enviarte un mensaje o llamarte -susurré.
-Carolin: ¿Qué pasó? ¿Por qué dices que estabas enojada orita? ¿Qué te hicieron?
-Emma: Nada, no me hicieron nada.
-Carolin: Segura -levantó una ceja- No te creo. Anda dime ¿qué pasó?
-Emma: Nada, solo que cuando fui a tomar el autobús ya no estaba y me tuve que ir caminado. Solo eso pasó y ya.
-Carolin: A bueno pues la próxima no te tardes en salir -soltó una risa- Ya, no estés enojada por eso.
-Emma: Está bien, me voy a mi cuarto a hacer las tareas -dije subiendo las escaleras.

Luego de hacer las tareas fui a cenar, me bañé y me dormí temprano.

Al otro día en la escuela, mientras caminaba por el pasillo hacia mi clase me encontré a Leo y a Paola hablando a lo lejos. Los vi tan juntos que no quíse interrumpir y por lo que decidí irme.

-Leo: Emma -gritó y yo comencé a caminar más rápido- Espera Emma no te vallas -soltó una risita y me agarró de un brazo haciendo que me volteara a verlo- ¿Por qué te vas chula?
-Emma: Sueltame Leo, ahora no estoy para tus jueguitos.
-Campana: Ring...Ring...Ring...
-Leo: Te salvó la campana, pero orita hablamos - me soltó el brazo.
-Emma: Adiós - dije enojada.

Luego de varias clases, sonó la campana indicando el almuerzo. De camino a la cafetería me encontré a Leo y decidí ignorarlo y seguir mi camino.

-Leo: Preciosa.....Bonita......Chula. No me ignores -me agarró la mano y se puso enfrente de mi. Sentí como me sonrojaba al ver sus ojos marrones y sentir sus tiernas manos acariciando las mías- Me encanta tu sonrojo acaso es por mi.
-Emma: ¡Cállate! No digas estupideces. ¿Qué quieres? -dije enojada.
-Leo: Pero no te enojes linda solo vine a buscarte para ir a comer.
-Emma: Puedo comer sola.
-Leo: No seas testaruda y vamos -Leo me halo de la mano sin ser brusco y me llevo hasta la cafetería. Después de buscar el almuerzo nos sentamos en una mesa y Leo no dejaba de mirarme.
-Emma: ¿Por qué me miras así? ¿Tengo un mono en la cara o qué? -soltó una carcajada.
-Leo: No, solo veo lo hermosa que eres ¿por qué no puedo verte? -me sonrojé un poco- Me encanta cuando te sonrojas así. Te vez tan chula -dijo colocando una mano en mi cara. Al sentir su tierna mano acariciando mi cara recordé lo que pasó ayer y baje la cabeza para que no viera mi enojo y tristeza -¿Qué te pasa Emma? ¿Te sientes mal? -dijo levantándome la cabeza y sin mirarlo a los ojos me levanté de la mesa, vote la comida sin haber terminado y salí de la cafetería ya que había sonado la campana.
-Emma: (¡Ay! Gracias campana por a ver sonado en este momento tan incómodo. Ya me estaba muriendo de los nervios por culpa de los jueguitos traviesos de Leo. Solo quisiera saber, ¿por qué Leo me trato ayer como una cualquiera y ahora como una princesa? ¿Quién será Paola? Acaso es su novia o qué, porque los vi muy juntitos esta mañana. ¡Ay! no esto no es normal en mi, acaso son..... no, no, no, esto no puede ser. Acaso estoy celosa. Si yo no puedo sentir nada por ese pervertido. Creo que tengo que ir al médico, esto no es normal en mi. ) -pensé mientras subía las escaleras.
-Leo: Oye Emma ¿por qué te fuiste así? Acaso dije algo malo -seguí subiendo las escaleras hasta que llegué al segundo piso y empujé la puerta haciendo que Leo casi se diera con ella- Ya basta -dijo agarrándome del brazo haciendo que me volteara a verlo- Ahora me vas a decir que te pasa porque tú no eres así.
-Emma: Déjame Leo -dije tratando de escapar de sus brazos- Por favor -le suplique a Leo.
-Leo: Está bien, te dejo porque sino llegarás tarde a la clase y no quiero que te regañen por mi culpa. Nos vemos en la tarde en el parque a las 5:30 y si no vas como ayer te juro que voy hasta tu casa y te hago un escándalo y tú no quieres eso verdad -dijo en un tono fuerte pero coqueto.
-Emma: ¿Me estás amenazando?
-Leo: Si eso crees, pues si - me dedico una sonrisa traviesa.
-Emma: Oye pero, ¿quién te crees que eres?, el rey de Inglaterra para que me estés dando órdenes.
-Leo: No tengo que ser rey para darte órdenes y ya vayase a su clase si no quieres una tardanza -dijo con un tono coqueto.
-Emma: ¡Pero qué! -abrí los ojos como platos.
-Leo: Anda entra a tu clase preciosa.

Me dirigí hacia la puerta de mi clase y antes de cerrar la puerta mire hacia atrás y Leo me tira un beso y me guiño el ojo de manera coqueta y sensual.

-Emma: (¡Pero que le pasa! ¡Se volvió loco o qué! Creo que voy a tener que llamar al manicomio para que lo internen pero no puedo negar que se vió tan irresistible. Emma mente sana, mente sana.) -pensé cerrando la puerta.

Autora:

¡Hola! espero que estén bien. Perdona por no a ver actualizado antes por la escuela pero ya tengo en mente varios capítulos por las que ya quiero comenzar a escribir. Espero que les haya gustado este capítulo. Nos leemos luego. Les mando saludo, chao.

Juntos por un lazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora