________ removió la comida un poco por el plato y, cuando alzó la vista, se encontró a Chanyeol mirándola fijamente.
—Me decepcionas, ______—comentó—. No pensé que fueras de las que no comen.
Sintió que se ruborizaba y la incomodidad y lo absurdo de la situación finalmente pesaron más que lo excitante que pudiera llegar a ser.
—Disculpa que no me lance de lleno sobre el plato, pero esta última media hora en la que no he hecho más que recibir órdenes, y que ha conseguido que me sienta más en alguna extravagante representación que en una cita para cenar, ha hecho que pierda el apetito.
Él se rió, pero no con una educada risa, sino con una profunda y gutural carcajada, con la cabeza echada hacia atrás.
—Hum, una clienta descontenta. Esto es algo nuevo para mí —bromeó, exasperándola aún más.
—¿Y cómo voy a recuperar mi ropa? Porque no voy a ir a esa habitación de hotel después de la cena.
—Me parece bien —afirmó él, claramente divertido, lo que la irritó todavía más.
—Te aviso para que estemos en la misma página y no haya malentendidos.
—En la misma página, ¿eh? Has hablado como una verdadera bibliotecaria —afirmó.
Sin saber qué responder a ese comentario, ______ probó el vino. Estaba delicioso y el líquido dejó un rastro de calidez en su garganta.
—Y ahora que lo mencionas, ¿no íbamos a hablar de los libros? Pensaba que era de eso de lo que trataba esta cena.
—Impaciente por entrar en materia.
—Sí —asintió y tomó otro sorbo de vino.
«Es el último, ahora pararé», se aseguró a sí misma.
—¿Por qué no tienes móvil? —preguntó Chanyeol.
A ________ la sorprendió esa pregunta que parecía surgida de la nada.
—Oh, no lo sé —contestó.
Se negaba a reconocer su obligatoria austeridad a alguien que iba por ahí en un coche con chófer y que usaba uno de los hoteles más caros del mundo como vestidor.
—Es poco práctico—comentó él.
—Para mí no.
—¿Habías llevado liguero alguna vez? —le preguntó.
________ casi escupió el vino.
—¿Cómo?
—Has dicho que querías entrar en materia.—Su mirada era intensa y su expresión seria. Era evidente que la pregunta sobre el móvil había sido sólo de calentamiento —. ¿Cómo te sientes llevando la ropa interior que te he comprado?
—Como si llevara un disfraz —respondió.
—Lo dices como si fuera algo malo.
Se llevaron los platos y la aparición del camarero le concedió a ________ un respiro temporal del interrogatorio. Le colocaron un nuevo plato delante, tan elegantemente presentado que más parecía arte que comida.
—Mousseron y raviolis de cardo suizo, queso nettlesome, setas St. George en vinagre, helechos cabeza de violín —anunció el camarero.
El sumiller retiró la copa de vino de ____, aunque aún estaba medio llena y trajo otras copas limpias. Presentó entonces una nueva botella a Chanyeol.
—Domaine Drouhin Meursault, Burdeos 2008.
_______ hizo ademán de rechazar más vino, pero una crítica mirada de Chanyeol la detuvo.
Cuando volvieron a quedarse solos en la sala, él alzó su copa.
—Por los disfraces —dijo con una sonrisa.
—¿Por qué bebemos por los disfraces?—preguntó ella, mientras chocaba con delicadeza su copa contra la suya.
—Porque inspiran. Y liberan. «Para ti es fácil decirlo», pensó.
—¿Qué hay de liberador en que me digas qué debo ponerme? —preguntó.
—Bueno, piensa en ello. Imagina que te hubiera dicho con tiempo que íbamos a ir a un restaurante y que tuvieras que arreglarte. No sabrías qué ropa ponerte, cómo encontrarla, cuánto gastar... Me he limitado a hacerme cargo de todo ese trabajo y de esas molestias. Ceder el control es la liberación máxima.
—¿Y qué hay de dar alternativas?
—Tenías alternativas —replicó—. Podrías haberte negado a salir conmigo. Podrías haberte negado a ponerte la ropa.
_______ asintió, recordando que se había planteado marcharse de la habitación del hotel. Probó los raviolis. Estaban deliciosos y sorprendentemente jugosos, no se parecía a nada que hubiera probado antes.
—Quiero verte con el liguero y el sujetador —afirmó. ______ se tragó de golpe la comida. Tosió y bebió vino.
—Eso no va a pasar —contestó, aunque sólo con las palabras que habían salido de su boca, Chanyeol le había provocado un cosquilleo entre las piernas como el que sentía cuando estaba en la cama, sola y despierta en mitad de la noche y se tocaba.
—No tiene que haber sexo —explicó él—. Me inspiro mucho con la belleza y tengo curiosidad por saber cómo estarías con lencería desde el primer momento en que te vi.
—Sé que eres fotógrafo —comentó __________.
—Ah... La vida en la era de Google. Nos han arrebatado cualquier oportunidad de disfrutar del descubrimiento o del misterio. ¿No crees?
—No te he buscado en Google. Mi compañera de piso estudia en Parsons y tiene todas y cada una de las revistas de moda del planeta. Vi tus fotos en una de ellas.Chanyeol asintió.
—La fotografía de moda siempre es un ejercicio interesante. Pero normalmente sólo es un trabajo. Mi tipo de fotografía favorito es muy diferente.
—¿Y qué tipo es ése?
Él sonrió y algo en cómo la miró hizo que ________ se sintiera más expuesta que cuando se había desvestido delante de Jess.
—Si me lo permites, te lo mostraré.
—Te buscaré en Google —afirmó, furiosa por el efecto que tenía sobre ella y sin desear que él se diera cuenta de que tenía tanto poder.
—No podrás encontrarlas en Internet —le advirtió—.No podrás encontrarlas en ninguna parte.
—En ese caso, supongo que no las veré.
—Tengo plena confianza en que lo hagas—replicó Chanyeol —. Hablando de fotos, ¿has hojeado el libro de Bettie Page?
—Un poco —respondió—. Estaba en el trabajo, así que no pude...
—Hazlo antes de acostarte.
Ella bebió otro sorbo de vino.
—¿Por qué te gusta tanto Bettie Page?
Pareció que Chanyeol consideraba la pregunta con cuidado, aunque, evidentemente, tenía una respuesta preparada.
—Ella, y el efecto que tiene en la gente, me parece fascinante. Es comprensible por qué tuvo tanto éxito en su época: pocas mujeres posaban como ella, pero ¿por qué impresiona aún tanto ahora? Hoy en día, hay mujeres desnudas por todas partes. Las fotografías en la Red son mucho más explícitas que nada de lo que Bettie Page hizo nunca. Hay muchas mujeres más hermosas. Pero, aun así,
ella es única.
Se lo veía totalmente animado y el hecho de que fuera fotógrafo de repente a ______ le pareció más real. Lo vivía. Pensaba en las fotografías como ella pensaba en los libros.
Deseó poder deslumbrarlo con algún comentario digno de Camille Paglia sobre la semiótica de Bettie Page, pero lo cierto era que nunca había oído hablar de esa mujer antes del comentario que Baekhyun le hizo sobre el corte de pelo.
—Quiero que te tomes esto en serio —le pidió Chanyeolde repente, mirándola a los ojos. Ella inspiró con brusquedad—. No te he invitado a cenar para charlar de gilipolleces, ________. Y, a pesar de lo que creas, no te he pedido que salgas conmigo para poder follarte, aunque pienso en ello.
El estómago le dio un leve vuelco y apartó la vista. Una parte de ella deseaba que dejara de hablar y otra rezaba porque no lo hiciera.
—¿Te molesta que diga eso? —le preguntó.
—No—respondió con un susurro apenas audible.
—Me miras con esos enormes ojos y no sé si eres tímida o me estás juzgando en silencio —reconoció.
Ella lo miró sorprendida.
—¿Por qué iba a juzgarte?
—Lo hiciste el día que me viste follándome a aquella mujer en la biblioteca.
________ se estremeció al oírlo usar de un modo repetido y despreocupado la palabra «follar».
—Bueno, sí. Creo que la biblioteca no es el lugar adecuado para ese tipo de cosas...
—¿Puedo decirte algo? —le preguntó él y algo en su voz y en cómo la miró, en cómo su mirada se movió de sus ojos a sus labios y de nuevo a sus ojos hizo que todo su cuerpo se tensara.
—Sí —susurró.
—Pienso en follarte en la biblioteca.
Toda la sangre se le concentró en el rostro. Bajó la vista hacia la mesa y sintió un aterrador pálpito de deseo entre las piernas.
Después de la cena, el Mercedes los esperaba en la puerta del Daniel. Giró al oeste y avanzó por la Séptima Avenida.
—¿Adónde vamos? —preguntó _______.
—Te llevo a casa —contestó.
Ella intentó no sentirse decepcionada.
—¿Para eso no necesitas mi dirección?—preguntó.
—Tengo tu dirección.
—¿Qué? —Fuera cual fuese el hechizo en el que había caído con el vino, la ropa elegante y la charla sobre sexo se rompió de repente—. ¿Cómo la has conseguido?
—En la oficina de la biblioteca.
—¡No pueden darle mi dirección a cualquiera!
—Yo no soy «cualquiera», _______. Me conocen.
—¡Ésa no es la cuestión!
—¿Lo sientes como una violación? —preguntó.
Y algo en su modo de mirarla hizo que supiera que no estaba hablando de su dirección.
—Es que no es... apropiado —se quejo Chanyeol le pareció considerarlo y asintió despacio.
—Puede que sea inapropiado, eso es cierto —afirmó
—. Y no se me da muy bien lo de pedir permiso.—Le cogió la mano y la miró a los ojos. Su intensidad la afectó de un modo como nunca antes le había pasado—. Supongo que deberías saber eso de mí si vamos a pasar tiempo juntos.
Al oír esas palabras, la irritación de _______ se evaporó. Iban a pasar tiempo juntos.
Cuando el coche se detuvo frente al edificio de su apartamento, logró decir:
—Gracias por la cenaChanyeol le cogió la mano y su contacto le pareció
pesado y cálido e hizo que le entraran ganas de recostarse sobre él.
—Hablaba en serio cuando te he dicho que hojees el libro de Bettie Page esta noche. Quiero saber qué opinas. Quiero conocerte, _________.
—Vale —accedió.
De nuevo, los ojos de él se clavaron en los suyos. En la oscuridad y bajo el imperturbable foco de su mirada, sintió como si, de algún modo, hubiera hecho una promesa importante. Aunque no tenía ni idea de lo que había prometido.
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LA BIBLIOTECA
FanfictionProtagonistas TU Y CHANYEOL Apto para mayores de 18+ puede contener Lemons, Morbo & mas (si te sientes apta para leerlo adelante) es una historia adaptada créditos a su verdadera autora