________ no podía dormir. Horas después de que Chanyeol la dejara en casa, su mente aún iba a mil por hora, repasando retazos de la conversación y recordando cómo la miraba. Y aunque apenas la había tocado en toda la noche, una mano en su brazo de vez en cuando, el roce de su hombro contra el suyo, estaba tensa, rígida como un muelle que sabía que tendría que soltar.
Tumbada en la cama, se levantó el camisón hasta las caderas y se tocó levemente por encima de las bragas de algodón. Luego deslizó la mano por debajo y se tocó de aquella otra forma infalible que siempre le daba satisfacción. Se frotó el clítoris y movió el dedo índice dentro y fuera de su vagina, pero apenas sintió una punzada de placer.
¿Qué demonios le pasaba?
Intentó pensar en Chanyeol mientras se tocaba de nuevo, pero con eso sólo logró sentirse avergonzada. Confusa, se incorporó. Era mejor detenerse a tiempo que sentirse aún más frustrada.
Se levantó y miró fuera por entre las cortinas. La luna estaba medio llena y brillante. Las abrió para que la luz nocturna iluminara el dormitorio. Y entonces, al observar cómo las sombras jugueteaban en la pared, recordó que Chanyeol le había pedido que mirara el libro de Bettie Page.
Lo tenía sobre la mesilla de noche. Lo cogió y lo colocó sobre la cama. La hermosa morena le sonrió desde la portada, casi haciéndole un guiño, como si le dijera: «No te preocupes».
—Apuesto a que tú nunca tuviste este tipo de problemas. —________ suspiró.
La luz de la luna no era lo bastante intensa para que pudiera leer, así que se levantó y encendió la lámpara del techo. Parpadeó con fuerza y volvió a la cama con el libro.
Pasó las páginas buscando alguna pista de lo que a Chanyeol le parecía tan interesante. Era una mujer guapa, no cabía duda. Pero más que eso, se la veía segura de sí misma. Al margen de sus poses provocativas, en sus ojos azules había un «brillo», como habría dicho el padre de _________. Y en muchas fotos esbozaba una gran sonrisa que, de algún modo, era muy anticuada, muy americana en su candidez.
La primera parte del libro, «Preludio de una pin-up»,
mostraba imágenes de una joven Bettie Page vestida de un modo muy normal, una chica nada especial aunque bonita. Ni siquiera llevaba aquel flequillo típico de ella. La siguiente parte la mostraba cuando se mudó a Nueva York, justo antes de convertirse en modelo. El texto decía: «Era una secretaria anónima que trabajaba toda la semana y daba largos paseos solitarios los fines de semana, mientras soñaba con una vida más glamurosa».
________ no podía imaginar que la mujer hermosa y de aspecto dominante que vio en la última parte del libro pudiese haberse sentido nunca sola o haber tenido un aburrido trabajo de oficina como secretaria.
Pasó las páginas y estudió la progresión de Bettie, que empezó luciendo sujetadores y medias con ligueros, siguió blandiendo látigos y acabó saliendo atada y amordazada.
Cerró el libro.
Se preguntó si Bettie se habría sentido alguna vez como ella se había sentido aquella noche bajo la mirada de Chanyeol; en parte emocionada y en parte avergonzada. Se preguntó si habría dejado alguna vez que la tocara un fotógrafo.
Pensó en la petición de Chanyeol de fotografiarla. ¿Lo que ella le había dicho era cierto? ¿Odiaba que la fotografiaran? Se sentía cohibida mientras la enfocaban y
normalmente no le gustaba su aspecto. No creía ser presumida, pero la idea de cómo se veía en su mente no coincidía con lo que veía en las fotos.
Se preguntó cómo habría sido para Bettie Page. ¿Se habría resistido al principio? ¿Lo habría hecho por dinero? ¿De dónde sacaba el valor para quitarse la ropa? ______ nunca podría hacerlo y eso que ella vivía en una época en que era más normal que las mujeres se desnudasen. ¿Quién no tenía fotos sin ropa en Internet en ese momento? ¿O una grabación sexual? A veces, ella se sentía como si fuera la única.
Miró al suelo, donde se encontraba la lencería, apilada en un oscuro montoncito. Se había sentido demasiado cansada incluso para lavarla. Cogió el liguero y jugueteó con los pequeños enganches. Se levantó de la cama, se acercó con las prendas de lencería al espejo de cuerpo entero que tenía apoyado en la pared, junto al pequeño armario, se quitó el camisón y contempló su cuerpo desnudo, tapado sólo con la sencilla braguita de algodón blanco.
Pensó en probarse el liguero para ver qué aspecto tenía con él, pero le dio pereza. En lugar de eso, sintió el impulso de tocarse. Se pasó las manos por los pechos.
Y no se vio a sí misma, sino que tuvo visiones de la actriz de burlesque, la gota de mermelada de arándanos entre los pechos, el dedo que ascendía por su cuerpo hasta su boca.
No comprendía cómo aquella mujer era capaz de hacer eso delante de la gente, o cómo podía Bettie Page quitarse la ropa ante la cámara. ¿Les gustaba que la gente las mirara? ¿Hacía que se sintieran hermosas?
Se pasó la mano por el estómago hasta los pechos del mismo modo que lo había hecho la actriz. Se acarició los pezones y observó cómo se endurecían y se convertían en dos pequeños puntitos e imaginó que alguien la miraba. Apartó la vista del espejo avergonzada. Aunque era innegable lo que su cuerpo necesitaba que hiciera.
Regresó a la cama, apagó la luz y se tumbó sobre las mantas. A salvo en la oscuridad, volvió a tocarse los pechos; esa vez no paró hasta que no sintió la familiar palpitación entre las piernas. Movió una mano para acariciarse levemente el clítoris, mientras con la otra seguía frotándose los pezones con delicadeza.
Cerró los ojos, se imaginó que Chanyeol estaba allí, sentado en el borde de la cama, observándola, pidiéndole que no parara. Ella le diría que no podía hacer eso delante de él y él le preguntaría: «¿No es por esto por lo que te mudaste a Nueva York? ¿Para hacer algo sexual, vivo y real?».
______ gimió en voz baja y sumergió un dedo en su interior. Imaginó a Chanyeol pidiéndole que le dejara hacerlo a él. Ella se negaría. «No puedo.» Pero él le apartaría la mano y la tocaría con la suya. Y entonces cedería y Chanyeol la acariciaría con sus grandes manos... tocándola de un modo que ni siquiera ella sabía si deseaba que la tocaran.
Su dedo se deslizó rápidamente dentro y fuera, haciendo que se humedeciera con su propia excitación. Mantuvo los ojos cerrados con el rostro y la voz de Chanyeol vívidos en su mente, mientras sentía los primeros temblores de la liberación, una oleada que la inundó una y otra vez hasta que pudo dejar que la arrastrara hasta lo más profundo del sueño.
El sonido del despertador la sobresaltó. ¿Cómo podía ser ya por la mañana? Descorrió la cortina. No cabía ninguna duda, el sol había salido con fuerza. _________ volvió a recostarse en las almohadas.
Había estado agitada y dando vueltas durante toda la noche e, incluso mientras dormía, su mente no había parado de funcionar a mil por hora, con sueños que la hacían despertarse empapada en sudor, pero que le era imposible recordar. Por un momento pensó que la cena con Park Chanyeol había sido uno de esos sueños, pero el vestido Miu Miu en el suelo junto con los zapatos de tacón eran la prueba de que la velada había sido real y no un producto de su activa imaginación nocturna.
Y entonces, avergonzada, recordó la fantasía que había tenido mientras se masturbaba.
Una llamada en la puerta la sobresaltó.
—¿Estás ahí? —preguntó Kristal .
—Sí. ¿Va todo bien? —preguntó ________mientras se incorporaba y se pasaba una mano por el pelo.
Su compañera abrió la puerta. Aún iba en pijama, una camiseta de Juicy Couture y unos leggings de Athleta. Llevaba el pelo recogido en una despeinada coleta y su iPhone no dejaba de sonar ya con mensajes de texto.
—No estabas aquí anoche cuando me fui. Y no estaba segura de si habías vuelto más tarde.
Entonces se fijó en la pila de ropa en el suelo. Se agachó y cogió el vestido Miu Miu.
—¿Qué diablos has hecho? ¿Has atracado Bedford’s?
_________ se levantó de la cama, pasó a su lado para dirigirse a la cocina y encendió el hervidor de agua.
—En serio —insistió kristal, siguiéndola—. ¿Qué pasa? Sé que éste es un vestido de mil seiscientos dólares como mínimo. ¡Y esos zapatos! Pensaba que sentías devoción por tu suministro de por vida de Tom’s...
_______ abrió la nevera y sacó un tarro de mantequilla de cacahuete Skippy y cogió una gran cucharada.
—¿Cómo puedes comer tan temprano?—preguntó kristal.
_________ lamió toda la mantequilla de cacahuete de la cuchara.
—Anoche cené con Park Chanyeol —explicó.
Su compañera abrió unos ojos como platos, con un respeto recién estrenado.
—Saliste con Park Chanyeol —repitió.
—Exacto —confirmó ella y volvió a meter la cuchara en la mantequilla de cacahuete.
—¡Eres una bruja con suerte! —gritó kristal entusiasmada—.Oh, Dios mío, me tenías engañada, _________. Paseándote por aquí como alma en pena, tan calladita, enfrascada en tus libros... Nunca lo habría imaginado.
—Créeme, yo tampoco.
—¿Es bueno en la cama? —preguntó kristal.
—¿Qué? No me acosté con él —dijo _______ avergonzada.
—Bueno, eso fue un error —decidió su compañera—. ¿Adónde fuisteis?
—Al Daniel —respondió ella, mientras rebuscaba en el cajón lleno de bolsitas de té el más fuerte que pudiera encontrar.
—Me encaaaaanta Daniel —exclamó kristal haciendo un puchero—. ¿Cuántos años tiene? Es mayor que nosotras, ¿verdad? Los chicos de nuestra generación, de veintitantos, no saben lo que es una buena cita. ¿Te has fijado?
Por supuesto que _____ no se había fijado. No sabía nada de cómo eran las citas con los chicos de su edad, ni de ninguna otra edad. Y, por otro lado, ni siquiera estaba segura de que lo de la noche anterior hubiera sido una verdadera cita. Le parecía más bien una especie de extraño ejercicio, un alarde de poder de un tipo al que le gustaba ir por ahí malgastando el dinero y que probablemente se habría acostado con todas las mujeres de Nueva York y estaba buscando carne fresca.
—Yo no lo llamaría una cita —contestó—. No pienso darle demasiadas vueltas.
—Ah, no. No voy a permitirte hacer eso —le advirtió kristal.
—¿Hacer qué?
—Que te obsesiones. ¿Es que no sabes cómo divertirte, _______? Todas las mujeres de Nueva York desean tener una oportunidad con Park Chanyeol y tú que la tienes,
aprovéchala. Vive un poco. La vida es algo más que poner libros en estanterías en una biblioteca.
—Quizá no para mí —replicó ella.
Pero por primera vez empezaba a dudarlo seriamente.
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LA BIBLIOTECA
FanfictionProtagonistas TU Y CHANYEOL Apto para mayores de 18+ puede contener Lemons, Morbo & mas (si te sientes apta para leerlo adelante) es una historia adaptada créditos a su verdadera autora