LA BIBLIOTECA CAP XXVI

1.6K 81 2
                                    

Contenido Lemon

Sintió todo su cuerpo tenso y supo que lo que fuera a suceder a continuación no sería tan malo como la anticipación. Apretó el culo, porque odiaba tenerlo tan expuesto.
La sobresaltó un fuerte sonido, como un petardo. Volvió a oírlo y se dio cuenta de que era algo que golpeaba el suelo a gran velocidad. Y entonces notó que le golpeaba el trasero infligiéndole un dolor rápido y agudo que no se parecía a nada que hubiera sentido hasta el momento. Jadeó y volvió a sentirlo, tan rápido que apenas tuvo tiempo de recuperarse del primer golpe. Y otra vez.
—¿Necesitas que pare, ________? Puedes hablar. 
—No —respondió.
—Buena chica.
Y otra vez. Su mente se aceleró, intentando descubrir qué estaba sucediendo y se dio cuenta de que debía de estar usando algún tipo de látigo. La idea hizo que el dolor fuera peor.
Chanyeol la golpeó dos veces más.
Ella jadeó, incapaz de guardar silencio. Se preparó para más, pero no pasó nada. Se tensó a la espera, la piel del trasero y de la parte posterior de los muslos le ardía.
—Te daré tiempo para que pienses en lo que has hecho mal.
A continuación, oyó cómo él salía de la habitación. Saber que no estaba allí para golpearla no hizo que se relajara. La soledad y el no saber cuándo regresaría eran sensaciones tan malas como el dolor físico, quizá peores.
El escozor en la piel se redujo levemente, pero sabía que cuando se moviera, regresaría con toda la intensidad. Aunque, por el momento, era más consciente de la tensión en los hombros y los brazos. Volvió la cabeza hacia el otro lado para que no se le agarrotara el cuello. Deseó poder ver qué la rodeaba en aquella habitación. Si veía el mobiliario o lo que fuera que hubiera, tendría alguna pista de lo que le depararía el futuro. Pero probablemente eso era justo lo que Chanyeol no quería.
Volvió a colocar la cabeza en la posición anterior. Movió las piernas. Su mente divagó y se imaginó qué podría hacerle más tarde, después de la Habitación. ¿Usaría la lengua? ¿Las manos? ¿La excitaría antes de ofrecerle su miembro?
La puerta se abrió. _______ se tensó. ¿Tendría que soportar más la Habitación? Si hubiera seguido antes, lo habría aguantado. Pero ahora, al haber parado, le costaría mentalizarse, porque su cuerpo ya estaba pidiendo a gritos que se la follara. Era embarazoso, pero cierto. Si le deslizaba las manos entre las piernas, sentiría que estaba húmeda, sin lugar a dudas.
Y entonces notó sus manos, pero no en su sexo. Chanyeol le frotó con delicadeza las sensibles zonas de piel que habían sido castigadas. Le liberó las muñecas y, cuando la ayudó a levantarse, se sintió floja. Se apoyó en él con los ojos aún tapados y salió tambaleándose a su lado al pasillo. Oyó que cerraba la puerta y sintió que sus manos se movían detrás de su cabeza y le desataban la venda.
_______ se volvió para mirarlo. Tenía los oscuros ojos brillantes, las mejillas encendidas. Le cogió la cara entre las manos y la besó en los labios con ternura. _______abrió la boca para él y pegó el cuerpo al suyo. Descaradamente, le cogió la mano y se la colocó entre las piernas.
—Espera —susurró y la llevó hasta el dormitorio, donde, con delicadeza, la ayudó a tumbarse en la cama.
Ella alargó los brazos hacia él. —Relájate —le dijo.
______ observó cómo se desnudaba y su excitación aumentó. La visión de su miembro hizo que le entraran ganas de usar la boca con él. Pensó en decírselo, pero no se atrevió a expresarlo en voz alta.
Chanyeol se tumbó a su lado y la recorrió con la mano desde la cara hasta los pechos. Se metió un pezón en la boca y succionó con delicadeza. Ella se retorció al sentir la familiar palpitación entre las piernas. Descendió hasta el ombligo dejándole un rastro de besos hasta que la boca se cernió sobre su sexo. Sintió la calidez de su aliento y luego la grata presión de su lengua sobre el clítoris.
—Chanyeol—gimió y lo cogió del pelo.
Abrió aún más las piernas y levantó la pelvis. Estaba siendo descarada y no le importó. Él movió la lengua sobre ella, provocativa, liviana como las alas de una mariposa. _______ clavó los talones en la cama. Justo cuando le parecía que no podría soportarlo más, le hundió la lengua en su interior.
—Sí —exclamó ella y se pegó a su boca, moviéndose con él mientras la follaba con la lengua.
Cuando le acarició el clítoris con el pulgar, el placer la atravesó con fuerza, tan intenso que compitió con el dolor del látigo. Sintió que todo su cuerpo se tensaba, luego la liberación con el explosivo orgasmo casi la hizo derretirse.
—Date la vuelta —le ordenó y, una vez estuvo boca abajo, la hizo ponerse de rodillas, a cuatro patas.
Le acarició el culo con la palma de la mano y luego se lo abrió. _______ se resistió al impulso de preguntarle qué estaba haciendo y entonces él dijo:
—Voy a follarte por aquí.
—¿Por dónde? —preguntó ella.
Entonces oyó que cogía el condón y algo más. Chanyeol se puso el preservativo y empezó a untarle el ano con algo frío, como gelatina. Iba a decirle que no era buena idea, que no funcionaría, pero como con todo lo demás que le había hecho, se dijo que seguiría hasta donde le fuera posible sin detenerlo.
—Relájate —le dijo él y _______ se repitió mentalmente la orden.
Sintió la presión de su miembro, que casi se abría paso a la fuerza por donde estaba segura que no podría avanzar. De algún modo, su cuerpo, que apenas había dejado de vibrar por el orgasmo, resultó sorprendentemente flexible. Estaba dentro de ella y era raro, pero no insoportable. No sabía lo profundamente que se había introducido y tuvo miedo de preguntar por si la respuesta era que aún no había acabado. Porque sentía que no podría soportar más. Y, sin embargo, el miembro de él siguió avanzando siempre muy despacio. Chanyeol deslizó la mano hacia adelante para acariciarle el sexo y entonces su cuerpo le permitió avanzar más.
—¿Estás bien? —le preguntó.
—Sí.
Empezó a moverse rítmicamente en su interior, con delicadeza. La sensación era extraña, ni buena ni mala. Era como si su cuerpo estuviera confuso, atrapado entre señales de placer y dolor. Con cada embestida, con cada segundo que pasaba, sentía que podría ir hacia una dirección o hacia la otra. Pero de algún modo, los calculados movimientos de Chanyeol la mantuvieron ahí, justo en el centro de las dos sensaciones opuestas. Placer, dolor, placer... hasta que le acarició el sexo con la mano para asegurarse de que la balanza caía en la dirección adecuada.
—_______—susurró y entonces emitió un sonido que no le había oído hasta ese momento y la embistió con más fuerza.
Ella se mordió el labio, diciéndose que no iría más rápido. Pero lo hizo y justo cuando había alcanzado su límite, Chanyeol gritó y, aunque no sintió su orgasmo del mismo modo que lo sentía normalmente, percibió la intensidad de su liberación. Salió de su interior despacio y los dos se quedaron tumbados boca arriba, uno al lado del otro, respirando con dificultad.
—No había planeado hacer esto —reconoció—.Pero al verte... Te deseo tanto... Lo deseo todo de ti, de todas las formas posibles. Y siento que no lo consigo nunca. Nunca siento que tengo suficiente.
—Lo dices como si fuera algo malo —replicó _______, mientras pensaba que ella también se sentía como si nunca tuviera bastante de él.
—No es malo —comentó—. Es que no es a lo que estoy acostumbrado.
La atrajo hacia él y la estrechó con tanta fuerza que a ella le pareció que no la soltaría nunca.
—¿Por qué no me dijiste que tu madre venía a visitarte? —preguntó Chanyeol.
______ estaba tumbada bajo su pesado edredón, acurrucada con la cabeza apoyada en su hombro.
Era la madrugada, o primerísima hora de la mañana, para ser más exactos. ______ había dormido un poco y, cuando se despertó, lo descubrió abrazándola. Chanyeol le dijo que volviera a dormirse, pero ella contestó que se había desvelado.
—Una vez me duermo, si me vuelvo a despertar, tardo como mínimo una hora en volver a coger el sueño.
Chanyeol le dijo que él también se quedaría despierto. A ______ la sorprendió ese gesto de intimidad y no estuvo segura de cómo interpretarlo. De algún modo, sentía que la intensidad del sexo que habían compartido los había acercado más, aunque sólo fuera por esa noche.
—Ni se me ocurrió decirte que mi madre iba a venir a verme —le respondió con sinceridad—. Es algo tan... alejado de esta parte de mi vida.
—Lo que te dije iba en serio; quiero saberlo todo de ti. _______ no pudo reprimir una sonrisa, aunque tampoco supo cómo interpretar esa afirmación. ¿Era otro modo de ejercer su control? ¿O una señal de que deseaba más de una relación?
—¿Como qué? —le preguntó.
—Empieza con tu madre. ¿Cómo es? ¿Qué has hecho con ella esta noche?
______ sabía que el problema importante y obvio al que se enfrentaban era por qué la había visitado su madre. Si no reconocía que era su cumpleaños y él lo descubría más tarde, se pondría furioso. Odió decirlo, como si fuera algo importante o él tuviera que preocuparse.
—Hemos salido a cenar porque es mi cumpleaños — reconoció.
Chanyeol se incorporó sobre las almohadas y ella se movió para incorporarse a su lado.—¿Hoy es tu cumpleaños?—Bueno, técnicamente, fue ayer.
—Si hubiera sabido que me estabas ocultando esa información, habrías recibido diez latigazos más —le advirtió, aunque sonrió al decirlo.
—No es para tanto —contestó ella.
—Yo seré quien decida eso. Aunque no hay mucho que pueda hacer al respecto en mitad de la noche o ya casi de mañana. Entonces, tu madre vino a la ciudad por tu cumpleaños. ¿Estáis muy unidas?
_______ vaciló un momento.—Sí —reconoció—. Supongo.—¿Qué significa eso?
—Bueno, en casa sólo estábamos ella y yo. Mi padre murió de un ataque al corazón cuando yo tenía ocho años. Así que por supuesto que estábamos unidas. Pero ahora que estoy lejos de ella y que empiezo a ver las cosas desde cierta distancia, creo que ella dependía demasiado de mí.
—¿Sigue siendo así?
—Me mudé a Nueva York, así que... no. No estoy disponible para mi madre como solía estarlo. Pero créeme, me siento culpable por ello. Me siento culpable todos los días.
—No debes —aseveró con una vehemencia que la sorprendió.
—No puedo evitarlo. ¿Recuerdas cuando me preguntaste por qué no tenía móvil? Te dije que no quería tenerlo o algo así. Pero lo cierto es que no quiero que pueda llamarme en cualquier momento. Me dije que me deshacía del teléfono para ahorrar dinero, pero en realidad intentaba deshacerme de ella.
Sintió que empezaba a temblar.
—________—le dijo él y le besó la frente—. No pasa nada. Los padres pueden ser... Bueno, yo hace más de diez años que no hablo con mi padre.
Ella se alejó un poco para poder mirarlo. Tenía una mirada ausente.
—¿No? ¿Por qué no?
—Tuvimos una pelea —respondió en un tono de voz que no animaba a seguir hablando de ello.
—¿Y tu madre?
Vaciló un momento, apenas lo suficiente como para que _______ lo notara. Pero lo notó.
—Murió cuando yo estaba en la universidad — contestó, a la vez que se erguía. De inmediato, ella lamentó haberle hecho esa pregunta, porque deseaba que la abrazara de nuevo. Tras un breve silencio, Chanyeol se volvió y le preguntó—: ¿De quién heredaste esos grandes ojos Café oscuro como la noche? ______sabía que estaba cambiando de tema a propósito y cedió con una leve sonrisa. —De mi padre.
—Ojalá me dejaras fotografiarte. Me mata que no me dejes.
Ahora fue ella la que se apartó.
—Ya te lo dije, odio que me hagan fotos. De todos modos, ¿desde cuándo me pides permiso para hacer algo?
—Fotografiar a alguien es muy similar a dominarlo: si la otra persona no está dispuesta, los resultados son bastante terribles.
________ asintió. Ojalá pudiera decirle que deseaba probar pero no podía. Ahora fue ella la que cambió de tema.
—¿Y a quién te pareces tú? —le preguntó.
—A mí mismo —respondió y la besó.
—Hablo en serio —le dijo, apartándose—. No me obligues a buscarte en Google —bromeó.
El rostro de Chanyeol se ensombreció.
—Si hay algo que desees saber, no puedo impedirte que leas cotilleos. Pero lo único que necesitas saber sobre mí es que te adoro.
Volvió a abrazarla y ______ no dijo ni una palabra más. Su adoración era todo lo que necesitaba. Al menos por el momento.

LA BIBLIOTECADonde viven las historias. Descúbrelo ahora