Between Two Loves {Kevin Trapp & Gareth Bale} (Hot)

09.

Ruferragni

❤💬↪
Le gusta a garethbale11, nerecruces, carolinaferragni y 188,022 personas más
Ruferragni Reencuentro.

👤 garethbale11.

Ver los 563 comentarios.

Nerecruces Esto si que no lo esperaba🙊.

Carolinaferragni Tanto tiempo sin verlo y su copete sigue igual😂.

Garethbale11 Ha sido de las casualidades más bonitas en la vida.

Sofasensio Vaya, vaya🙊.

Arianamorata No sabía que se conocían.

Noeliaronaldo En shock.

Kevintrapp ¿Me explicas?

Lucashernandez5 Así que Bale...

.
.
.
.
.

La italiana y el galés dejaron el starbucks para ir a la casa del jugador madridista, Gareth estaba encantado con la pelinegra, jamás imaginó que volvería a verla.

Cuando llegaron a la lujosa casa de Bale, éste le invitó un café mientras la ojiverde observaba con detenimiento cada detalle de la casa de su ex novio.

—Veo que cumpliste tus sueños, eres futbolista del Real Madrid —comentó mientras observaba una foto del Bale en el Santiago Bernabéu.

—Pues si, me costó mucho pero lo logré —respondió tomando la taza de café en sus manos.

El futbolista caminó hacia la bailarina pero por un torpe movimiento terminó derramando el café caliente sobre su blusa haciendo que la rubia gritara de dolor.

—Perdón Ru, soy un idiota —el futbolista trató de secar a su ex.

El ardor que sentía la italiana por todo su pecho no cesaba así que sin pensarlo se quitó la blusa mientras Gareth la observaba.

—Busca un paño con agua fría, por favor —suplicó y Bale fue por el de inmediato.

Regresó rápidamente con un paño empapado en agua helada, la pelinegra lo colocó sobre sus pechos y soltó un pequeño suspiro de alivio.

—Deja que lo vuelva a mojar —el roce de sus dedos con su pecho le provocaron una corriente que viajó por todo su brazo.

El número once del Real Madrid se quedó unos segundos observando a Ferragni, no resistió y por instinto la atrajo hacia ella y la beso. Luego de tantos años volvía a sentir los labios de la mujer que tanto amó, sus manos ejercieron presión en su espalda para sentirla mucho más.

La italiana se separó de Gareth sintiéndose muy mal por lo que había sucedido.

—Gareth no, no podemos —sus ojos se dirigieron a los color azul grisáceo del jugador.

—¿Por qué? Se que pasaron muchos años, pero siento que te amo más que antes.

—Porque voy a casarme —le mostró el gran anillo que posaba en su mano izquierda.

—Eso se resuelve fácil —tomó su mano con delicadeza y retiró el anillo—. Asunto resuelto.

Bale dejó el anillo sobre la mesa, volvió a acercarse a Rubimar y la besó nuevamente. Necesitaba sentirla así, tan suya como la primera vez que la hizo mujer, ella se aferró a su cuello con deseo mientras sus lenguas se buscaban con desespero. Él con las manos temblorosas buscó el sujetador de su brasier y lo quitó, observó sus pechos ligeramente enrojecidos por el incidente de minutos atrás, los besó con dulzura haciendo que la italiana soltara gemidos de placer.

Ferragni lo despojó de su blusa donde admiró su perfecto abdomen, se notaba a leguas lo mucho que se esforzaba en el gimnasio. Ambos se deshicieron de sus prendas restantes, finalmente se volvían a tener al natural, Gareth la tomó en brazos y la llevó a su habitación, una vez sobre la cama empezó a depositar suaves besos en cada parte de su cuerpo. La italiana como deseaba sentirse así, plena y que recorrieran cada centímetro de su figura, con delicadeza y dulzura así como era el delantero blanco.

Él entrelazó sus manos a las de ella y con un suave movimiento penetró el lugar más protegido por una mujer, ella disfrutaba el momento mientras se dejaba llevar por la pasión y deseo que le provocaba su primer amor.

—Es mi turno —susurró la bailarina cerca de su oído.

La italiana tomó el control del momento dejando al futbolista debajo de ella, se encargó de besar y mordisquear su torso, desde lo más bajo hasta llegar a su cuello, lo besó apasionadamente mientras acariciaba su miembro firme, se sentó sobre él y con un rápido vaivén de caderas empezó a embestirlo, el galés gemía al mismo tiempo que descargaba su excitación pellizcando sus senos rosáceos, los orgasmos venían con repetitividad.

Gareth sintió que el momento de llegar se acercaba así que volvió a posarse sobre la esbelta mujer aumentando el ritmo de sus penetraciones, hasta que gritó indicando que ya el líquido blanco que expulsaba su pene se encontraba dentro de ella.

—Espero que esto sea un nuevo inicio para nosotros —el jugador la besó.

—Creeme que si, pero tendrá que ser nuestro secreto —propusó la originaria de Venecia—. Recuerda que voy a casarme.

—Después de todo lo que sucedió me dices eso así —reprochó el galés.

—Tú quisiste hacerlo sabiendo mi estado, lo tomas o lo dejas.

—Acepto, aunque terminaras siendo mía por siempre —expuso totalmente decidido.

—Me encanta cuando te haces el malo.

La ojiverde lo observó con picardía mientras apretaba su miembro con su mano, dando paso nuevamente a la acción pero esta vez de manera salvaje y desenfrenada.

Si los reencuentros con su ex amor iban a ser de esa forma, el futbolista estaba dispuesto a todo.