NUEVOS SENTIMIENTOS ENCONTRADOS

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Narra Soledad:

Quince días después de aquel accidente que nos había dejado a todos en vilo, Cameron finalmente salió del hospital. No solo su cuerpo se estaba recuperando, sino también su espíritu. Sabíamos que su regreso al colegio era un momento importante, y por eso decidí organizar algo especial para darle la bienvenida. Quería que se sintiera querido, respaldado por todos, y que supiera cuánto lo habíamos extrañado.

El día llegó, y la sorpresa estaba lista. En el aula, todos sus amigos, su familia, incluso sus padres y su hermanita, se habían reunido para recibirlo. Yo estaba nerviosa, pero al mismo tiempo emocionada. Tenía el pastel en las manos y un millón de pensamientos corriendo por mi mente.

Narra Soledad:

Cameron entró al aula, sin saber qué lo esperaba. En cuanto cruzó el umbral, todos saltaron al unísono, gritando:

—¡Sorpresa!

Cameron se quedó paralizado por un momento, sorprendido y sonriendo de oreja a oreja al ver a todos allí. Los padres de Cameron y su hermana Agustina estaban al fondo, observándolo con una mezcla de amor y orgullo.

—¡Cameron! —grité mientras me acercaba a él con el pastel en las manos—. ¡Felicidades! Me alegra mucho verte recuperado, ¡te extrañamos un montón!

Él sonrió tímidamente, como si no pudiera creer lo que estaba sucediendo. Se acercó a mí y, con una mirada un tanto curiosa, me dijo:

—Bueno, pero... ¿tú me extrañaste?

Yo traté de hacerme la seria, pero la calidez de mi voz no me permitió mantener la compostura.

—Ahora no —le respondí con una sonrisa, intentando mantener un tono juguetón.

—Sí, tienes razón —dijo Cameron, soltando una risa nerviosa. Estaba claro que la situación lo había conmovido tanto como a mí.

La fiesta continuó con risas, abrazos y palabras de cariño. Todos estaban felices de tener a Cameron de vuelta, celebrando no solo su recuperación, sino también su regreso al grupo. Los momentos de alegría fueron pasando rápidamente, y de repente, en medio de las risas, nuestras miradas se encontraron. Fue un instante breve, pero en ese momento, el aire entre nosotros pareció cargarse de algo que no sabíamos cómo describir. Algo había cambiado, y ni él ni yo lo podíamos entender del todo.

Narra Soledad:

Esa noche, en el bar, la sensación se repitió. Nos cruzamos una vez más, y aunque estábamos rodeados de amigos, todo a nuestro alrededor desapareció por un segundo. Sentí algo en mi pecho, como si hubiera un lazo invisible que me conectara con él. Pero no podía ser tan fácil. 

Me duele no estar con Cameron, pero más me lastimaría si decidiera volver con él. Si lo hiciera, tendría que cargar siempre con la duda de si realmente me ama o si me engañaría nuevamente. Necesito tiempo, y tal vez con el apoyo de mi familia, podré resolver todo esto.

Narra Cameron:

Cada día que pasaba, mi mente se llenaba de recuerdos y de arrepentimiento. No podía dejar de pensar en Soledad. Ella era el amor de mi vida, y fue un tonto haber jugado con ella de esa forma, no haberle dicho la verdad sobre lo que había pasado con Ana. Mi corazón se llenaba de remordimientos. Sabía que había cometido un error y, aunque ahora parecía que las cosas entre nosotros eran distintas, no pensaba rendirme. 

La reconquistaré, pase lo que pase. Haré todo lo que esté a mi alcance para ganarme su perdón. La amo, y no pienso perderla. No importa cuánto tiempo me lleve, voy a luchar por ella.

Narra Soledad:

Al día siguiente, cuando me dirigía a la escuela, pensaba en todo lo que había ocurrido. Cameron, su regreso, nuestras conversaciones, y todo lo que sentía por él. Estaba atrapada en una maraña de emociones. Entonces, de repente, alguien me llamó.

—¡Soledad! —gritó Cameron desde la acera, y me hizo voltear. Estaba sonriendo, pero se notaba una especie de nerviosismo en su rostro—. ¡Qué bueno que te encuentro, necesito hablar contigo!

Me acerqué a él, con una mezcla de confusión y curiosidad.

—Hola, Cam. Claro, ¿qué pasa? —le respondí, intentando mantener la calma.

Narra Soledad:

Cameron respiró profundo antes de hablar, y yo lo observé, esperando sus palabras.

—Bueno, como ya sabes, antes de lo del accidente, habíamos hablado sobre algo —comenzó.

Mi corazón dio un pequeño salto. Pensé que yo era la única que recordaba esa conversación. Había estado en mi mente todo el tiempo.

—Sí, me acuerdo. Me invitaste a salir, y yo te dije que sí, pero solo como amigos —respondí, algo nerviosa.

Cameron asintió, pero su mirada seguía fija en mí, como si estuviera tratando de encontrar las palabras adecuadas.

—Eso mismo quería decirte —dijo, con una sonrisa algo tímida—. Quería invitarte nuevamente a salir, y esta vez no habrá ningún tropiezo en el camino, como amigos, claro.

Narra Soledad:

Mi corazón latió con fuerza. La oferta estaba ahí, clara y directa, pero las dudas seguían flotando en mi mente. Sin embargo, algo en su tono, en sus ojos, me hizo sentir que tal vez valía la pena darle una oportunidad, aunque solo fuera para ver cómo se desenvolvía todo.

—¡Ok, acepto! —le respondí, tratando de sonar tranquila, aunque mi interior estaba lleno de incertidumbre.

Él sonrió, y esa sonrisa me hizo sentir algo en el pecho. Sabía que todo esto no iba a ser fácil, pero al menos estábamos dispuestos a intentarlo.

Un amor inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora