NUEVAS RECONCILIACIONES

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Narra Cameron: Hoy es lunes, y Soledad se va en tres horas. No puedo permitirlo, tengo que actuar ahora mismo con el plan B. Tomo mis llaves y salgo rápidamente. Sé que si me demoro, la perderé.

Narra Soledad: Mientras me preparo para ir al aeropuerto, no puedo evitar que las lágrimas caigan. Hoy dejo atrás todo. ¿Qué digo? ¿Amigos? Bueno, si todos se alejaron desde que supieron que me iba, entonces tal vez no tenía tantos amigos. Cameron es el único que se preocupó por mí, mi único consuelo. Pero incluso él no hizo lo suficiente para que me quedara. Supuso que yo iba a esperar eternamente sus disculpas y su esfuerzo, pero eso no es así. Estoy agotada de ser ignorada y de sentirme sola. No entiendo qué hice para que todos me trataran de esta forma. ¿Acaso les hice algo malo?

Con la mente en mil pensamientos, me subo al taxi y salgo hacia el aeropuerto.

Narra Soledad: ¿Por qué a mí? Todo este año ha sido un desastre: primero mi novio me engaña, luego mi mejor amigo también, y después todos me tratan como si yo fuera la culpable de todo. Mientras pienso, las lágrimas no dejan de brotar. Es en ese momento que siento unos brazos alrededor de mi cintura.

Giro rápidamente, y ahí está él, Cameron. Me quedo en shock, pero la felicidad me invade. Me aferro a él y lo beso.

—¡Cameron! No puedo creer que estés aquí. 

—No podía dejar que te fueras con una mala imagen de mí, Soledad. Yo te amo, y quiero que sepas cuánto. Jamás podría dejar que te fueras sin decirte esto.

Lo abrazo con fuerza y, en ese instante, todo el rencor se disipa. Le doy otro beso, esta vez uno más profundo, uno que dice todo lo que siento.

—Perdóname, Cameron. Estaba tan herida, pensando cosas que no debía. No me di cuenta de que tú... tú siempre estuviste ahí. 

—No llores, mi amor. No tienes la culpa de nada, en serio.

Cameron me acaricia el rostro y me sonríe. Pero me doy cuenta de que aún tengo algo clavado en el pecho.

—No entiendo... ¿por qué todos me trataron tan mal? ¿Qué hice para merecerlo? 

—Es que... bueno, estábamos preparando algo especial para ti. Queríamos darte una sorpresa para que no te fueras. 

—¿En serio? ¿Y cuándo pensaban decírmelo? Porque si no hubieras venido, ya estaría en el avión. 

—Soledad, ¿de verdad te quedarías si yo te lo pidiera?

Lo miro a los ojos y asiento lentamente.

—Si hubieras hecho esto antes, sí, me habría quedado. 

—Eres increíble. No puedo creer que consideraras dejarme solo aquí.

Nos miramos en silencio. Después de unos segundos, Cameron se inclina y me besa, profundo y sincero, como si este fuera nuestro primer beso, sellando un amor que sé que es eterno.

Cameron toma mi mano, entrelazando nuestros dedos.

—Aún no he terminado de sorprenderte. ¿Vienes? 

—¿Otra sorpresa? —pregunto, sonriendo. 

—Sí, solo ven.

Cameron me lleva a un lugar especial, pero me tapa los ojos antes de que lleguemos. Después de unos minutos, me dice que los abra.

—¡Sorpresa!

Al abrir los ojos, veo a toda mi familia, mis amigos y hasta a Sebastián, quien al final fue parte del motivo por el cual Cameron y yo pudimos reconciliarnos. Me rodean rostros llenos de sonrisas y cariño. Una fiesta llena de luces y flores, todo esto hecho para mí.

—¿Te gustó, mi amor? —me pregunta Cameron, con una sonrisa orgullosa. 

—¡Me encantó! No puedo creer que hayan hecho todo esto solo para que no me fuera. No iré a ninguna parte.

Cameron sonríe y me da un beso en la frente. Su abrazo es cálido, sincero.

—¿Sabes? Estoy feliz de quedarme con mi novio. 

—¿Novio? ¿Hablas en serio? —dice, confundido—. ¿Acaso piensas en volver con el torpe de Sebastián?

Río y le doy un ligero golpe en el brazo.

—No seas celoso, nene. Claro que hablo de ti. Te quiero a ti, te amo solo a ti, siempre haz sido tú. 

—¿Entonces... me perdonas? —pregunta Cameron, mirándome con una ternura que me derrite.

Lo abrazo con todas mis fuerzas y le doy un beso en los labios.

—Por supuesto que sí, Cam. Te amo.

- Y yo mucho más a ti, amor mío.

Un amor inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora