Encuentros Inesperados

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El reencuentro entre Cameron y Soledad fue una mezcla de emociones intensas. Cameron la levantó suavemente del suelo y la sostuvo por un instante, buscando en su mirada los recuerdos que empezaban a despertar en él.

—¡Sole! ¡Me acordé de vos! —dijo, emocionado—. Estoy tan feliz de haberte encontrado, aunque casi te pierdo otra vez. Lo siento de verdad... Andrea me contó todo, y lamento mucho haberte lastimado, no quería que fuera así.

Soledad lo miró en silencio, con una suave sonrisa en los labios, antes de abrazarlo con fuerza. Luego, se inclinó y le dio un beso dulce y nostálgico, como si en ese gesto quisiera agradecer todo lo que alguna vez compartieron. Cuando se separaron, habló con ternura.

—Está bien, mi amor —dijo, aunque una chispa de tristeza se reflejaba en sus ojos—. Ja, creo que será la última vez que te llame así.

Cameron la miró, confundido.

—¿Por qué? No entiendo...

Soledad respiró profundamente, como si quisiera ordenar las palabras adecuadas.

—Cameron, estar contigo ha sido toda una aventura. Eres mi gran amor, y siempre lo serás, pero la verdad es que... nosotros ya no nos amamos de la misma forma. Te sigo queriendo, pero nuestro tiempo juntos ha llegado a su fin. Me enamoré de Sebastián, mi mejor amigo, y aunque tú ahora estás confundido porque acabas de recobrar la memoria, creo que también sentís algo por Andrea. Con el tiempo, nos dimos cuenta de que el amor también puede transformarse en algo diferente, algo igual de bonito, pero distinto. Me enseñaste lo que significa el verdadero amor y el valor de arriesgarlo todo por alguien, y eso siempre lo voy a guardar en mi corazón.

Cameron quedó en silencio, tratando de procesar lo que ella le decía. Al cabo de un momento, la abrazó, sabiendo que este abrazo era un cierre y, al mismo tiempo, un comienzo para ambos.

—Sole, tú fuiste la primera chica de la que estuve realmente enamorado en mi vida. Pero creo que tenés razón. Cuando me besaste recién y me llamaste "amor", me sentí bien, pero no de la misma forma que me siento cuando Andrea me lo dice. Y sé que vos sentís algo muy profundo por Sebastián. Tus ojos brillan cuando hablas de él, y me doy cuenta de que eso es algo especial. Quizás no somos los mismos de antes, pero eso no cambia que siempre vamos a estar para el otro, como amigos.

Soledad lo miró con cariño y asintió, sabiendo que sus caminos habían cambiado, pero que siempre contarían con el apoyo del otro.

—Te quiero, Cam.

—Y yo a vos, Sole —respondió él, sonriendo.

Se miraron por un instante más, compartiendo una conexión que solo ellos entendían, y luego se dieron la espalda para continuar sus vidas. Aquel encuentro, en lugar de revivir lo que alguna vez tuvieron, cerró el capítulo de una historia que ambos llevarían consigo siempre.

Un amor inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora