Tome una decisión.

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Nadaba lo más rápido que podía, sin descanso alguno, acercándose cada vez más a la Atlántida, podía verlo a lo lejos. Intento no ser visto por los habitantes del Reino, se armaria un gran escándalo si notaban que había salido de este, por lo cual tenía que tener cuidado con no ser visto, no fue demasiado difícil pues aún era muy temprano y casi no había nadie por los alrededores. Nadó con más calma, debía entrar por la ventana de su haitacion, la puerta principal estaba siendo cuidada por los guardias tritones, que claramente lo llevarían con su padre al ver que provenía de fuera.

Con decisión y cuidando de que ninguno de los guardias lograrán verlo entro por la ventana, estaba sumamente nervioso, creía que su padre ya habría notado su ausencia, pero también tenía la leve esperanza de que este no se hubiera dado cuenta y eso era prácticamente imposible.

Espero unos breves momentos en su habitación, esperado a que se le diera alguna indicación o más bien estaba esperando que alguien viniera a buscarlo por orden de su padre, para descubrir de una vez por todas si es que este se habría dado cuenta de su ausencia.

Por una parte el se sentía feliz, se habia entregado a la persona que por años había amado, sus sentimietos fueron correspondidos y paso la noche más maravillosa a su lado.

Pero por otra  parte se sentía terrible, sabía que se habia expuesto de la peor manera, no sólo poniéndose en riesgo a el mismo, si no también a Viktor. Si su padre se enteraba de que el era la razón por la cual siempre iba a la superficie el era capaz de hacerle daño, y claramente el no queria eso, debía tener cuidado con lo que decía, el era malo mintiendo, lo sabía, debía tratar de ocultar la verdad ante el.

—¡Yuuri! — Logró escuchar como alguien llamaba a la puerta seguido de la voz de su amigo quien llamo por su nombre, sacándole de sus pensamientos.

— ¡Yurio! — Dijo desconcertado. Sabía que cuando el rubio venía a buscarlo siempre era por órdenes de su padre. Quería pensar que nadamas había venido por su cuenta, pero le era imposible, pensaba nadamas en lo peor.

— ¿¡Me podrías decir en donde estuviste toda la noche?!— Exclamo enojado— Tu padre esta furioso, el noto tu ausencia debiste ser más cuidadoso, sabías que la Princesa y la reina de los mares del sur estaban aquí. Tu padre estaba apunto de mandar a los guardias para que te vayan a buscar y..

—¿¡Lo hizo?! — lo interrumpió.

— No, por suerte no lo hizo, mi madre le dijo que en cualquier momento regresarias y que probablemente si los mandaban a buscarte corría el riesgo de que "nuestras invitadas" se enterarán de tu desaparición y crearían que no te educaron correctamente. Lo cual se vería mal. — Yuuri sintió un gran alivio ante eso. — Pero tu padre quiere verte ahora, no quiero asustarte pero para ser honesto, no se ve nada feliz. —Fruncio el seño— Está vez en verdad te metiste en un gran problema —Dijo con molestia.

—Lo se, no es necesario que lo digas.

— ¿Donde estuviste toda la noche? ¿Por que no regresaste?

Yuuri no pudo contestar, no pudo decir nada más, pues no se lo permitió, alguien abrió la puerta sorpresivamente para ambos.

—¡Yuuri!— Dijo con una voz cantarina la peliroja quien inmediatamente se puso frente a el.—¡Ay! Lo siento, ¿Los interrumpo?—Pregunto en cuanto vio al rubio a lado de Yuuri.

—Agradecería que tocaras antes de entrar.

— ¡Yurio!

—¿Que? Es la verdad.

— No lo escuches, el siempre suele ser así ¿A que se debe que hayas venido aquí?

— Bueno pues ¡Se me ocurrió que podríamos desayunar juntos! Por que aun no lo has hecho ¿Cierto?

I'll never forget youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora