Más allá del orizonte en una roca que sobresalía del océano se encontraba un chico recostado en ella. Sintiendo como la fría brisa chocaba en su rostro, y como le costaba respirar, miraba hacia el cielo contemplando las estrellas, estaba ya cansado emocionalmente, de que su padre le dijera que es lo que tenia que hacer a cada momento, eso no le gustaba para nada. Tenia ya veintitrés años merecía un poco mas de libertad y de tomar sus propias decisiones, ya estaba en edad para hacerlo. Estaba harto de solo ser un peón más en ese estúpido juego de ajedrez al que estaba obligado a participar y donde sabía que definitivamente no iba a ganar.
No quería casarse con la princesa de los mares el reino vecino, Mila. Tampoco está preparado para ejercer su rol de príncipe responsable. Sabía que su destino no era sólo sentarse en un estúpido trono. El quería hacer más, mucho más que eso. Su destino iba mucho más allá de lo que cualquier joven heredero pudiera imaginar y sabía que sus padres no le darían la oportunidad de averiguar en lo que era bueno, en que podía ser útil.
El ansiaba su libertad, libertad para poder escontrarse a sí mismo, para entender aquellos libros que leyó hace trece años, sobre la otra especie que en su niñez creyó que eran sirenas de dos cola, pero que sin embargo los libros le explicaron que se les llamaba humanos y que aquellas dos colas que tenian se llamaban pies. El quería saber más sobre ellos, como eran sus vidas, como eran sus leyes, que les gustaba hacer, aquel sentimiento había nacido desde el día que vio a su perla, si su perla.
Las sirenas y tritones denominaban su perla a aquellos quienes eran su impulso para vivir, quienes los inspiraban, quienes eran su debilida. por su puesto que ese humano era su perla, no lo había olvidado desde el día que se encontraron, cuando lo salvo y creyó que era otra especie de sirena en el mar.
Sin embargo nunca lo volvió a ver. Fue encerrado dos años en el palacio sin salida alguna, ese fue el tiempo en que se la pasaba en la biblioteca del palacio estudiando sobre los humanos, cuando pasaron los dos años creyó que el castigo había terminado pero no fue así, siempre fue escoltado a todos lados por dos guardias tritones, hasta que su padre decidió que era suficiente y que creyó que su hijo había madurado y ya no iría nunca más a la superficie.
Pero ahí estaba en aquella roca recostado admirando el cielo estrellado, desobedeciendo por completo a su padre, —Si tan sólo tuviera la oportunidad de elegir, de elegir un destino completamente diferente al que tengo, si pudiera ser mas que un rey, todo sería tan distinto, si tan sólo pudiera hacer mucho más que ser un simple heredero al trono y nada mas que solo estorbar —dijo con una lágrima cayendo por su mejilla, se la limpio rápidamente y sonrió con dolor, cubriéndose la cara —Estoy tan cansado de esto, de hacer todo lo que mis padres me dicen. De no vivir una vida propia.
—Otra vez estas aqui— una voz interrumpió los pensamientos del príncipe el cual se levanto rapidamente para verle — El no va a volver —dijo con una cara agobiada era Pitchit quien había venido a buscarlo
—Lo se, pero tenía que intentarlo—suspiro pesadamente
— Vamos, han pasado trece años desde aquel incidente, el luce totalmente diferente a como estaba antes al igual que tu y...
— Y eso ¿que tiene que ver?— lo interrumpe — serias incapaz de reconocerlo, lo sabes —frunció el ceño
—Por supuesto que no, podría reconocerlo en cualquier lugar — sonrió mirando el cielo cual enamorado — eres irremediable —negó con la cabeza el moreno
— Tal vez — río por lo bajo —pero sabes aún no se me quitan las esperanzas, necesito verlo por lo menos una vez mas
—Vamos, Yuuri has venido sin parar todas las noches estos últimos años y nada, no lo has encontrado o reconocido más bien.
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I'll never forget you
Fiksi PenggemarLos caminos del destino son tan inpredecibles como la importancia que tendrán las personas una vez que entran en nuestras vidas, tal vez así fue entrastes a mi vida por obra del destino y sin que tu lo supieras, sin que yo me diera cuenta. Enamorars...