Abby siempre se sintió diferente al resto. Desde la muerte de su madre podía detectar cuando algo extraño, no necesariamente malo, estaba por suceder.
Al terminar la secundaria, en plenas vacaciones, se une a un un viaje con sus amigos de casi toda...
Dinámica: ¿Qué sentía Abby repetidamente mientras hablaba con sus amigos de sus vacaciones juntos?
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La mañana era hermosa. No había ni una sola nube en el cielo y el sol brillaba más que nunca. La temperatura ya era alta, por lo que seguramente, a la tarde, iba a hacer mucho calor.
Nathan da unos golpes en la puerta de mi habitación y entra. Nunca supe por qué se gasta en tocar la puerta si de todas maneras va a ingresar sin haber recibido una respuesta aún. Gracias a eso me tuve que acostumbrar a cambiarme en mi baño.
—¿Todo listo primita?
—Claro, ya revisé mi valija por si me faltaba algo tres veces. Solo me falta cerrarla. ¿Me ayudas? —lo miré con ojos de perrito faldero para que ni se le pase por la cabeza decirme que no. A veces saco alguna de mis armas y lo manipulo un poquito para que haga lo que le pido.
Soltando un fuerte bufido, se acerca a mi valija, la inspecciona y ve un cuaderno viejo forrado en cuero. Lo toma, y al hacerlo lo abre. En su rostro noto como su curiosidad crece a medida que va pasando las páginas debido a que este está todo escrito y algunas palabras están en un idioma desconocido para ambos.
—¿Qué es esto Abby? —pregunta con sumo interés.
—Es el diario de mamá. ¿Te acuerdas cuando ella pasaba horas y horas escribiendo? ―Nath asintió―. Bueno, ahí escribía todo. No me preguntes por qué ya que simplemente no lo sé, pero siento que debo llevarlo. No ocupa mucho lugar así que déjalo ahí por favor. Y... ¿Nathan? No digas nada. No quiero que la tía se entere y se preocupe pensando que ando buscando respuestas de por qué mamá hizo lo que hizo.
—Está bien, pero últimamente te veo rara. Si necesitas hablar, ya sabes que me puedes decir cualquier cosa, siempre te ayudaré.
Luego de que me ayudara a cerrar mi valija y de que llevemos todo el equipaje y la comida a su camioneta, nuestros amigos empezaron a llegar.
Primero llegaron Sophie, Callie y Evelyn en el Jeep negro de Sophie. Dos minutos después llegaron Jason, Dylan y Lion. Terminamos de guardar todo el equipaje y los suministros necesarios y emprendimos viaje.
El viaje duro alrededor de cuatro largas horas, los muchachos habían ido en la camioneta de Nathan mientras que nosotras fuimos en la de Sophie. Habíamos decidido dividirnos debido a que no entrábamos todos en una.
Nos la pasamos escuchando The Vamps todo el viaje. Evelyn tenía una grave obsesión con Middle of the Night. Creo que, si la vuelvo a escuchar en un futuro cercano, voy a arrancarme los tímpanos de los oídos. La canción era hermosa, si, y me gustaba; pero luego de escucharla nueve veces en 4 horas, no quería saber nada más de la canción. Admítanlo, en algún momento cansa.
Tras llegar, nos juntamos todos frente a las camionetas y nos detuvimos a admirar el paisaje verde que teníamos frente nuestro. Pasados ya unos minutos disfrutando de las vistas y los sonidos que la naturaleza misma nos regalaba, nos dispusimos todos a bajar las cosas de las camionetas.
